Sin duda alguna, el mejor encuentro disputado hasta el momento de lo que llevamos de temporada en Liga Endesa. Se citaban los dos mejores clasificados en la tabla y el resultado no defraudó a nadie. El Madrid tiró de coraje de líder y remontó 16 puntos en la segunda mitad para llevarse una auténtica exhibición de baloncesto en Vitoria.

Era el partido de la jornada y desde el primer instante éste no defraudó a los espectadores de un Buesa Arena muy activo a lo largo del todo partido. Se inició con a un ritmo muy alto, en el que un nombre brilló por encima de todos: Andrés Nocioni. El alero argentino asumió galones ante la baja de última hora de Maciej Lampe, anotando 9 puntos en el tramo inicial del primer cuarto y dando las primeras ventajas a los baskonistas (17-10, minuto 6). El Madrid no encontraba referente más allá de un inspirado Jaycee Carroll (15 puntos al descanso) y se mantenía a remolque gracias a los tiros libres (35-27, minuto 13). Además, su defensa en el segundo periodo bajó en intensidad, hecho que aprovechó la dupla San Emeterio-N. Bjelica para irse al descanso con una renta considerable (52-39).

Tras el descanso el partido enloqueció por momentos, con un parcial de 0-7 (todos de Rudy) de los blancos, dos técnicas (a Nocioni y a Mirza Begic) y inconsistencia en ambos equipos. Pese a todo, el Caja Laboral puso los pies en la tierra antes que su rival, dando un festival de triples (X en el tercer cuarto) con Milko Bjelica sumándose al gran acierto baskonista (68-52, minuto 26). Pablo Laso espoleó a sus jugadores a centrarse y remontar poco a poco, sin perder la cabeza. Y sus pupilos obedecieron y ¡de qué manera! De la mano de un Rudy Fernández estelar (19 puntos en este periodo), el líder de la ACB fue recuperando diferencia hasta ponerse al mando del partido (76-78, minuto 33). Desde entonces empezó un nuevo partido, de tú a tú, entre los dos mejores equipos de la competición, que como púgiles en el ring intercambiaban golpes en forma de canastas. A un minuto para el final el Real Madrid llevaba una ligera ventaja gracias a una canasta de Nikola Mirotic (92-96). Una internada errada de San Emeterio para acercar a los suyos pusó la nota negativa del final, ya que tras no señalarle falta, el alero cántabro se dirigió airosamente a Carlos Peruga, que le castigó con una técnica que dejaría el partido visto para sentencia y a los blancos todavía más líderes.