Plantaban sobre el parqué del Palau sus relucientes nuevas plantillas los dos trasatlánticos más escorados hacias los procesos, las banderas y los referéndums, haciendo gala de mucha cara nueva y alguna de vuelta. Luces, cámara y…triples, muchos triples! y muchas canastas, en un primer cuarto en el que el jugón de Pressey se chocaba con la realidad de nuestra liga y la pareja Huertas-Granger dominaba a sus anchas para marcar las primeras ventajas visitantes (24-26).
Siempre por delante los de Vitoria, se ceñía el Barça Lassa a su acierto exterior para voltear parcialmente el acta e irse por encima al descanso con un Thomas Heurtel desatado en su vuelta a nuestra más ilustre competición. Mejoraban detrás los blaugranas y ametrallaban desde detrás de la línea al ritmo de Els Segadors cantado por la grada para poner un 45-39 con el segundo triple de Moerman.
Eran pocos los jugadores del novel Prigioni y muchas las bajas que contemplaban el partido y animaban a sus compañeros desde lo más hondo del banquillo visitante. No obstante, equilibraba mejor el argentino el juego interior y exterior de su equipo para estirarse y envalentonarse en el luminoso con el paso de los minutos de la reanudación. Un triple que devolvía a la vida a Carlos Delfino y una bomba copiada al 11 del banquillo contrario de Janning subía ventaja de dos dígitos para los hoy de blanco y daba muchas papeletas de esas que no se imprimen para la victoria alavesa.

Y a partir de ahí, desconexión debida al cansancio, las malas decisiones y las protestas a los árbitros. Aceptaba Prigioni el reto del Small Ball, a pesar del buen partido de Ilimane Diop, quien se destapara incluso con dos triples abiertos (las cosas del baloncesto moderno, ya lo advertimos…) y se jugaba los cuartos del choque con Voigtmann en el cinco. Entre eso y la intensidad que desde la banca insuflaba Alonso a sus jugadores, Pau Ribas, Thomas Heurtel y las precipitaciones visitantes, consumaban el volteo de las encuestas que predecieran victorias ajenas.
Una técnica a Delfino, un triple de Heurtel y un mate de Vezenkov tras robo del francés terminaban de firmar el descalabro alavés para voltear el partido de forma definitiva (77-71 a 2:23 del final). Remaban de nuevo los de Gasteiz y llovían otra vez triples sobre Barcelona para mantener las ventajas locales que se lograran en apenas tres minutos de locura colectiva. Adam Hanga, a sólo chispazos hasta ese momento, cerraba definitivamente el partido con una penetración a izquierdas que su defensor no pudo parar, ni el resto de la defensa, ayudar para marcar el 87-82 final. Las cosas del baloncesto moderno, que serán…
.@HangaAdamOnline ha encarrilado el triunfo del @FCBbasket Lassa con esta penetración pic.twitter.com/jbNNEbS6WM
[vía @MovistarBasket]— Liga Endesa (@ACBCOM) 29 de septiembre de 2017