Con todos sus particularidades propias (Alberto Díaz volvía a la que fue su casa durante un infausto año en el que, sin embargo, dejó buen recuerdo a la afición fuenlabreña; Christian Eyenga se enfrentaba a los que fueron sus compañeros hace tan sólo unos meses, por un breve pero intenso período de tiempo), llegaban a este duelo en la tercera jornada dos equipos que mantenían su casillero de derrotas inmaculado. Destacaba en especial el de un Unicaja que había conseguido escalar hasta el primer puesto la tabla hasta que ayer Herbalife Gran Canaria, en su partido adelantado, le arrebatara el liderato. En un arranque de intercambio de golpes, con ritmo, tanto Fuenlabrada, que arrancó con un 4-0 inicial, como Unicaja, que levantó esa desventaja hasta una igual renta máxima (8-12), pudieron mostrar sus virtudes ofensivas y dar buena cuenta del igualado duelo que le esperaba a la afición del Fernando Martín. Fuenlabrada conseguía levantar ese 8-12 con dos triples consecutivos de Christian Eyenga que levantaron la primera gran ovación de la grada local y a partir de los cuales Fuenlabrada no volvería a situarse jamás por detrás en el marcador.

Esto no quiere decir que el marcador se inclinara de manera clara del lado local. Tras unos primeros 10 minutos de tanteo, Joan Plaza pudo calibrar su defensa contra Fuenlabrada, apretando mucho más sus posesiones y dejando un segundo cuarto mucho más igualado, en el que ninguno de los dos conjuntos consiguió anotar con fluidez, con una mala racha en el tiro de Fuenlabrada, que, además, agotaba casi todas sus posesiones sin encontrar tiro limpio. Era el mejor momento de la defensa de Unicaja, que no encontró réplica en el otro lado de la cancha más que en las manos de un buen Nedovic (8 puntos) y un Augustine que anotó (4 puntos) e hizo daño en el rebote (4 rechaces). Fuenlabrada encontró puntos tirando de carácter y, sobre todo, del talento individual de sus dos escoltas, Marko Popovic y Pako Cruz, que, con 5 puntos cada uno, se erigían en la referencia ofensiva de un Fuenlabrada al que le vino bien el descanso.
Y es que el paso por vestuarios no le hizo ningún bien al conjunto de Joan Plaza, que arrancó el tercer cuarto con menor intensidad y, en cuanto pudo pestañear, ya había recibido un 10-1 de parcial. Los de blanco apretaron entonces los dientes empujados por un paso adelante en el rebote y un Jeff Brooks que se benefició de los espacios en la transición para anotar unas cuantas suspensiones (hasta 7 puntos de sus 11 puntos, en este cuarto) para dar a los suyos puntos en los momentos en los que Fuenlabrada intentaba dar el golpe definitivo para dejar de cara el último cuarto.

No fue así, y a los últimos 10 minutos llegaron ambos conjuntos con opciones, aunque Fuenlabrada en todo momento puso por delante y como principal discurso la renta de 7-9 puntos que había cumulado en ese tercer cuarto. Se entró en algún intercambio de canastas que evidentemente beneficiaba a los locales y, cuando Unicaja intentó llevar a los locales al límite para quebrar su confianza, los de Nestor García anotaban unas cuantas canastas de mérito, de esas que terminan ganando partidos, en manos de Pako Cruz desde el triple, a un gran nivel de confianza hoy, de los sempiternos Marko Popovic y Blagota Sekulic, de Ian O’Leary, que falló en algún momento delicado para jamás dejó de trabajar en la defensa y el rebote, o de un Gregory Vargas que anotó 5 puntos casi consecutivos en minutos decisivos cuando no había logrado ninguna cesta en los 30 y tantos minutos anteriores de partido.