Con la moral y la confianza de cuatro victorias consecutivas, el Real Betis Energía Plus encajó sus inercias frente a un Barcelona que se plantó sobre el parqué con una buena circulación de balón, pero lanzamientos meridianamente cómodos errados. Una claridad ofensiva ineficiente frente a un Betis con demasiadas nebulosas, pero con la producción de puntos de Anosike. Y es que los primeros minutos resumen el plan en balones al pívot, para el verdiblanco de origen nigeriano, para Tomic en el Barça. El marcador iluminaba un buen inicio del Betis (10-2, m. 4).
 
El Barça tenía la intención, pero una plasmación opuesta a su voluntad. Juan Carlos Navarro simbolizaba sus años luz de sus legendarios años y Tomic centraba todos los planteamientos azulgranas. Frente a ello, la lectura de juego de Schilb y la producción de Anosike, que no ejecutaba en el poste bajo. Recuperado el acierto, el Barcelona se rehizo en el tanteo (15-13, m. 7).
 
El Betis retomó distancias, pero poco le duró. Una caraja importante en el último minuto dio la posibilidad al Barça de correr y encontrar en la autopista – sin peajes – el camino. Del dominio verdiblanco apenas quedaban dos puntos (21-19).
 
El segundo acto dejó un ritmo anotador más lento. La segunda unidad bética careció de referencias ofensivas y ello le llevó a la desconcentración atrás. Úriz protagonizaba malos minutos, al contrario que un Koponen que movía la pelota de manera acertada y encontraba a compañeros como Vezenkov. El Barça, por primera vez, se ponía por delante (24-25, m. 14).
 
La presencia de Tomas Heurtel también otorgó el despegue para el Barcelona (24-31, m.16). La autopista de San Pablo vio desplegados los motores de los azulgranas, estelas que el Betis ni vio ni olió. Los de Sito Alonso corrían bien y, además, crecieron con el partido. Las inercias del primer renglón. Al descanso, el progreso era palpable (31-40).
 
Las esquinas fue el objetivo catalán iniciada la segunda mitad. Allí habitaba Moerman, desacertado, pero con alguna excepción en sus lanzamientos. El Barça comenzó a disfrutar de las mejores rentas en la reanudación, y aún estaban por venir las mejores. Anosike volvió a ser el apoyo del Betis, a base de rebote y canasta bajo el aro, algo más acertado en la ejecución. Pero la facilidad en la que se adentró el partido fue aprovechada por Hanga, que leyó bien los desajustes de juego además de poner su avión personal en servicio por la autopista (42-50, m. 25).
 
Si las penetraciones habían sido el leit motiv visitante, el frenesí en el que entró el partido provocó la entonación de Navarro, que se fue a los seis puntos. A menudo, las carreras carecían de sentido, de rumbo, el correr por el correr, que no fue saludable para un Betis desquiciado, sin vías, de lanzamientos forzados y sin patrones. La sangría de velocidad no encontró freno y un triple de Pau Ribas sentenciaba la locura con el mayor talento azulgrana (42-59, m. 27).
 
Los de Óscar Quintana entraron en otra guerra, la arbitral – con o sin razón – en vez de buscar un guión de juego, algo que al Barça, que iba de rachas, le vino de perlas para alcanzar su objetivo de ganar en Sevilla (49-62).
 
Franch y Anosike lideraron la comitiva verdiblanca en el último acto. Uno y otro vieron el aro, pero también lo hizo el Barça con muchas vías, más repartidas, propias de la diferencia entre uno y otro equipo. El triángulo magnífico formado por Heurtel, Tomic y Vezenkov se desenvolvió en la comodidad de un resultado sumamente espaciado pero con una pequeña ventanilla abierta por si la rebelión llegaba. Y de repente, el Barça perdió tres balones seguidos en un minuto (63-74, m. 34).
 
Koponen y Vezenkov, con sendos triples, abortaron la posibilidad de remontada, acrecentada con los triples de Luke Nelson, que hicieron creer mínimamente a los verdiblancos. El perímetro limó las pérdidas tontas del Barça, que con un 2+1 de Ante Tomic cerró el envite (69-82, m. 37).
 
A partir de ahí, basket control. El Barcelona aprovechó los demasiados errores puntuales del Betis, sin canon de juego en toda la segunda parte (cabría preguntarse si en todo el partido). Circulación de bola lenta y a dormir un choque que cerraba las navidades tras otros triples mediantes. También la racha del Real Betis Energía Plus tras ese diciembre de laureles (82-89).
 
Franch y Anosike lideran en el Betis, pero el Barça encontra también muchas vías, más repartidas, propias del mayor talento. Heurtel, Tomic y Vezenkov. Un triángulo magnífico que se deseonvolvió en la comodidad de un resultado sumamente espaciado pero con una pequeña ventanilla abierta por si la rebelión llegaba. Y de repente, el Barça perdió tres balones seguidos en un minuto (63-74, m.34). Koponen con un triple aborta la rebelión, pero Luke Nelson sacó la artilerría del triple para hacer creer a los verdiblancos. El recurso del Barça, también el triple, que limaba sus pérdidas tontas. 2+1 de Tomic cierra el envite (69-82, m. 37). El Barça se dedicó a mover la bola y recoger la carroña de un Betis desacertado, con demasiados errores puntuales y sin canon de juego en toda la segunda parte. Basket control para dormir un partido y cerrar las navidades. También la racha verdiblanca tras ese diciembre de laureles (82-89).