En menos de dos meses, el Real Betis Baloncesto —ahora bajo el nombre Baloncesto Sevilla— ha transitado del éxtasis del ascenso a la máxima categoría del baloncesto español a un limbo judicial que amenaza con la desaparición del club. El rechazo de la ACB a su inscripción ha desatado una tormenta legal, institucional y social que arrastra consigo a jugadores, directivos y aficionados. A continuación, desgranamos todo lo sucedido a través de fuentes oficiales, declaraciones y movimientos verificados hasta el 30 de julio de 2025.
La negativa de la ACB y la respuesta judicial
El 24 de julio de 2025, la Asamblea General de la ACB rechazó oficialmente la inscripción del Baloncesto Sevilla en Liga Endesa por incumplimientos administrativos: el canon fue abonado fuera de plazo y la auditoría financiera fue desfavorable. Esta posibilidad ya fue apuntada por solobasket incluso antes de que concluyera la pasada campaña.
El club sevillano respondió de inmediato. El 25 de julio anunció en X que interpondría una demanda judicial y solicitaría medidas cautelares ante el Consejo Superior de Deportes, abriéndose la posibilidad de repetir, por segunda vez en la historia de la ACB una liga con 19 equipos si la solicitud de Baloncesto Sevilla llegara a buen puerto:
Ese mismo día, el periodista José Manuel Puertas (Tirando a Fallar) valoraba el desgaste institucional del club, la falta total de apoyo al proyecto de Baloncesto Sevilla por parte de las instituciones y la propia ciudad de Sevilla, además de apuntar el surgimiento de alternativas para el baloncesto en la capital de Andalucía como el club de reciente creación Caja87:
La soledad institucional de Pedro Fernández
Pese a los intentos del presidente Pedro Fernández por recabar apoyos institucionales, no ha recibido respaldo oficial del Ayuntamiento de Sevilla, la Diputación ni la Junta de Andalucía. La Fundación Cajasol, que mostró su apoyo dos días después de expirar el plazo de presentación de la documentación requerida por la ACB, sólo habría mostrado su disposición a colaborar si el club jugaba en Liga Endesa, condición ya descartada, como ya informó ABC de Sevilla.
El plan de trasladar la sede a Jaén también se frustró, a pesar de que el propio presidente, Pedro Fernández, llegó a mantener conversaciones con representantes institucionales de la ciudad y del Real Jaén CF, según informó Diario de Sevilla. La propuesta incluía un posible cambio de nombre y sede, lo que habría permitido desbloquear ciertas ayudas públicas. Sin embargo, la operación fue descartada por inviabilidad logística y falta de respaldo firme.
Estas maniobras ha sido interpretada por diversos medios y analistas como una estrategia para dilatar plazos, ganar tiempo ante la presión judicial y, en última instancia, preparar el terreno para una posible liquidación del club si no prosperan las medidas cautelares solicitadas ante el CSD. La falta de un plan deportivo o financiero alternativo refuerza esta percepción generalizada en el entorno del baloncesto sevillano.
Tampoco habrá proyecto en Primera FEB
El 30 de julio ha expirado el plazo extraordinario ofrecido por la FEB para ocupar una plaza en Primera FEB. No ha habido confirmación oficial por parte del club sobre la inscripción, aunque según informó Pablo Salvago en Diario de Sevilla el 28 de julio, Pedro Fernández planeaba presentar la documentación antes del cierre del plazo, con el objetivo de mantener abierta la vía judicial y presionar simultáneamente a las instituciones públicas.
El plan de Fernández consistiría en formalizar la inscripción pero sin garantizar un proyecto deportivo estructurado, como lo demuestra el permiso otorgado a los agentes de Jelinek, Hughes y Benite para negociar su salida tras el rechazo de la ACB. Además, la convocatoria institucional fijada para el 31 de julio —un día después del cierre del plazo de inscripción— ha sido interpretada como una maniobra simbólica más que efectiva.
A ello se sumaba el rumor, extendido en redes sociales durante la mañana del 30 de julio, de que la FEB podría haber rechazado la documentación presentada por el club, al parecer por defectos de forma o presentación fuera de plazo. Aunque no existe confirmación oficial de este rechazo, la ausencia de comunicados del club solo alimenta la incertidumbre sobre su futuro inmediato.
Todos los rumores se han confirmado dos horas después de la publicación del presente artículo, con la confirmación oficial de la confección de la nueva tamporada por parte de la Federación Española de Baloncesto, donde en un comunicado indicaba que habrá una liga de 17 equipos, en vez de los habituales 18 que la componen cada año. Baloncesto Sevilla, ex Real Betis, tampoco disputará la competición de Primera FEB.
Estos movimientos alimentan la hipótesis de que el club podría no competir en ninguna categoría durante la temporada 2025-26.
Primeras fugas: Mark Hughes y Rubén De la Torre
Según informó ABC Sevilla el 28 de julio, los tres jugadores con contrato en vigor hasta 2026 (Mark Hughes, Vítór Benite y David Jelinek) pueden negociar su salida si el club no juega en ACB. Esto ha sido confirmado también por Estadio Deportivo en un artículo de Álvaro Arenillas publicado el 29 de julio .
“Desde el propio club se dio permiso a los agentes […] para buscar equipo a sus representados en caso de que la ACB diese una respuesta negativa.”
Mark Hughes, el jugador más determinante de la pasada temporada con promedios de 17,1 puntos, 4,2 rebotes y 50% en triples, está muy cerca de convertirse en nuevo jugador del Bàsquet Girona, según adelantó el periodista Óscar Herreros:
Su salida, aún no oficializada por el club, representa un golpe simbólico y deportivo clave. Hughes fue una de las renovaciones anunciadas tras el ascenso, y su marcha constata el desplome del proyecto competitivo. Su decisión responde tanto a la cláusula liberatoria por no jugar en ACB como al deseo de asegurar su continuidad en la élite.
A esta baja se suma la salida confirmada de Rubén De la Torre, anunciada en un comunicado oficial del club:
De la Torre fue una pieza importante en el ascenso desde Primera FEB, valorado por su entrega, intensidad y capacidad de liderazgo en pista. Su marcha confirma que el proceso de descomposición de la plantilla ya ha comenzado de forma estructural, en ausencia de un proyecto deportivo alternativo viable.
Reacciones sociales: indignación y ruptura con la afición
La indignación de la afición ha tomado las redes sociales como principal altavoz. Muchos seguidores han expresado su hartazgo con la directiva, encabezada por Pedro Fernández, a quien responsabilizan directamente de la pérdida del ascenso y de la actual deriva institucional. Comentarios especialmente duros, virales en X, incluyen:
Los mensajes hacen referencia al “paripé institucional”, la falta de autocrítica y la instrumentalización de la afición. También denuncian el chantaje emocional hacia las administraciones locales.
Caja87: ¿la alternativa para mantener vivo el baloncesto sevillano?
En medio del hundimiento institucional del Baloncesto Sevilla, una nueva esperanza ha comenzado a resonar con fuerza entre la afición: el proyecto Caja87. Nacido como una iniciativa ciudadana, está impulsado por antiguos jugadores, técnicos y referentes históricos del basket sevillano, con la intención de reconstruir desde abajo una entidad que recupere los valores, la gestión transparente y el arraigo local que caracterizaron a clubes históricos como el Caja San Fernando.
Aunque aún se encuentra en fase embrionaria con tan sólo dos temporadas de vida, Caja87 ha logrado captar la atención mediática y social como una opción realista para aglutinar el sentimiento de pertenencia perdido. Su crecimiento en redes sociales es notable, especialmente en X:
Esta polarización refuerza la desconexión entre el club y su base social, en un momento crítico donde el silencio institucional solo alimenta más incertidumbre.
El status real del Baloncesto Sevilla
A día 30 de julio de 2025, el Baloncesto Sevilla está inmerso en una tormenta sin precedentes. Sin apoyo institucional, sin plantilla estructurada, sin inscripción en FEB y con demandas judiciales como único anclaje, el club se aproxima peligrosamente al abismo de la desaparición. El silencio oficial y la falta de estrategia deportiva consolidan un final tan ruidoso como evitable.