En la parte final del particular tourmalet que el calendario había preparado para Fuenlabrada en los meses de octubre y noviembre, el conjunto del Ché recibía en el Fernando Martín al Real Madrid una semana después de tumbar a Barcelona en el mismo escenario y tras caer derrotado entre semana en Atenas ante el AEK. La delantera en el marcador la tomaba el conjunto visitante maximizando sus ataques con acciones de 3 puntos, en manos sobre todo de un Llull que fue alfa y omega de las ofensivas del Real Madrid durante la mayor parte del primer cuarto (11 puntos). Fuenlabrada reaccionaba entonces desde la larga distancia gracias a un Tomás Bellas que ejecutó (8 puntos) y un Lucas Nogueira que ayudó a base de físico y bloqueos en la elaboración. Solo un último apretón del Real Madrid con un parcial de 0-6 en el que se benefició, sobre todo, de la gran diferencia de faltas en los primeros 10 minutos (6-2) les permitió a los de Laso acabar por encima en el marcador (21-26).

Aunque el segundo cuarto arrancaba con especial acierto del Real Madrid, que construyó su primera gran ventaja (+9, 28-37) en los primeros minutos gracias sobre todo a la aparición de otros protagonistas en su elenco, Reyes por encima de todos (8 tantos y 11 de valoración en los poco más de 7 minutos que pisó el parqué en el segundo período) el partido siguió transcurriendo en términos de igualdad. Era, eso sí, el momento más delicado de Fuenlabrada, que consiguió recortar con un parcial de 5-0 al que rápido contestarían los de Pablo Laso con otro 0-5. Echaría entonces mano el Ché de su reparto exterior, con Popovic y la intensidad de Marc García y de Daniel Clark para enlazar un 6-0 que igualaba el marcador a 3 minutos del descanso. De ahí al túnel de vestuarios ambos conjuntos básicamente intercambiarían golpes, quedando la balanza tan solo ligeramente inclinada para el conjunto visitante merced a un triple en el desenlace de Facundo Campazzo.

El paso por vestuarios hizo flaco favor a Fuenlabrada y mucho al Real Madrid, que salió con mayor intensidad y concentración que los locales. Fuenlabrada encontraba respuestas a los puntos de Llull o Randolph en Marko Popovic o Lucas Nogueira. Pero precisamente sobre el brasileño comenzarían a aflorar los síntomas del peor estado anímico de Fuenlabrada tras el descanso. Se enlazaría una secuencia de errores sobre los hombros del brasileño que comenzaron con un mate que no entró. Los de Laso buscaron aprovechar el contexto enviando posesiones a Tavares, que llegó a enlazar un tapón, un mate con falta y una segunda sanción sobre Nogueira que supondría la cuarta para el brasileño. Con Bebe sentado casi por obligación. lo que dio muchas facilidades a los de Laso para seguir buscando a Tavares (9 de sus 12 puntos en esos minutos), y las hasta 7 faltas que llegarían a pitarle al conjunto local en 6 minutos (9-4 en el total del cuarto), Fuenlabrada terminaría saliéndose del partido sobre todo en lo mental. El Real Madrid alcanzaría entonces hasta 14 puntos de renta, distancia que no haría si no aumentar hasta los 18 en el último período en uno minutos brillantes en lo ofensivo para el conjunto visitante, haciendo circular el balón ante una defensa que necesitaba ya poco para terminar de bajar los brazos.