El Real Madrid regresó a la competición doméstica de la mejor manera posible. En una de las canchas en las que siempre econtraban una fuerte oposición como era el Pavelló del Molt Ilustre Govern d’Andorra, arrasaron de principio a fin sin dar casi oportunidad al equipo local (66-87), dominando en ataque.
El partido arrancó igualado en el inicio del primer cuarto, pero pronto el Real Madrid aprovecharía todas las perdidas y segundas ocasiones que dejaba el MoraBanc Andorra y se empezó a imponer, aunque los locales aguantaba el tirón. El primer cuarto acabó con un 19-24, fruto de la efectividad blanca.
Pero fue en el segundo cuarto cuando el encuentro comenzó a romperse. Un parcial de 0-11 hizo que el Real Madrid alcanzara su máxima ventaja en el partido, casi sin fallos en los lanzamientos, con buena efectividad de tiros exteriores. La primera canasta de Andorra no llegó hasta el minuto 6 del cuarto, por parte de Dylan Ennis, y a eso se le unió la retirada por lesión de David Walker por un golpe en el hombre. Aunque en los últimos minutos el conjunto local se recuperó, el Real Madrid seguía siendo superior con una amplia ventaja sobre ellos.
En la segunda parte, los más de veinte puntos de distancia de los blancos ante los andorranos pesaron demasiado y esto le restó interés al partido, al igual que competitividad. Shurna animó a la afición local con acierto en el tiro exterior, pero las cosas se complicaron con Albicy y las faltas, que le obligaron a tener más minutos en el banquillo de lo que acostumbran. Además, a eso hay que unir que David Walker se tuvo que salir lesionado del partido por un golpe en el hombro. Con el Real Madrid aun dominando y con ventaja amplia, poco hubo que hacer y el partido terminó de la manera previsible (66-87).