Recibía el Betis a Unicaja en San Pablo para abrir la segunda vuelta del campeonato para ambos equipos. Dos años después, regresaba el derbi andaluz en competición oficial tras el periplo verdiblanco por la LEB Oro la pasada temporada. El Betis afrontaba el partido en estado de gracia, en busca de su tercer victoria consecutiva tras superar en casa a Herbalife Gran Canaria y un rival directo en la pelea por no descender como Montakit Fuenlabrada en tierras madrileñas. Unicaja, con el puesto para su Copa en el bolsillo, cayó la pasada jornada en la pista de UCAM Murcia. En Europa, los chicos  de Luis Casimiro cumplieron los deberes superando a Joventut de Badalona en un encuentro que se complicó para el equipo de Málaga, que llegó a acumular hasta 22 puntos de renta.

Con todo el papel vendido y más de 150 aficionados llegados desde la Costa del Sol, arranque favorable para los malagueños, que ajusticiaban a los béticos desde el triple para enojo de un Curro Segura muy descontento con el arranque de su equipo (2-10). Segura ordenó más intensidad atrás, con presión a toda pista, mientras que en ataque la circulación era más sólida. La chapa y pintura del entrenador bético hizo que el Betis empatase el partido a pesar de su poco acierto en el tiro libre (12-12). Los arreglos de Casimiro también surgían efecto para un Unicaja que seguía bordándolo desde fuera del arco (15-20). No todo era gloria para el exentrenador de Cajasol, que veía cómo el Betis empataba otra vez el choque tras serle señalada una falta técnica. Un empate roto tras un nuevo triple del equipo de Málaga, en este caso de Waczynski (22-25). Unicaja de Málaga logró un notable (6/10) desde el triple con dos triples para Josh Adams y uno de Deon Thompson, Jaime Fernández, Alberto Díaz y Adam Waczynski. En el Betis, los siete puntos de Demitrius Conger con 3/4 en TC era lo más destacable junto a las cuatro pérdidas que sumó el quinteto dirigido por Curro Segura.

Unicaja seguía jugándose sus opciones desde el triple, aunque con menos acierto que en el primer cuarto. El dominio en el rebote de los malacitanos les permitía seguir al mando del partido (22-29). En el segundo cuarto el juego se dinamizó  y en ambas pinturas se permitió más contacto del normal. Un panorama que favorecía al cuadro visitante, a pesar de que Conger seguía al mando de las operaciones en el Betis (28-34). Los problemas de Unicaja con los faltas –Alberto Díaz y Adams con tres faltas y Waczynski con dos-, obligaban al cuadro visitante a cambiar el planteamiento y a intentarlo más por dentro. Y el plan funcionaba. Unicaja empezaba a jugar por San Pablo al son que imponía Darío Brizuela para irse al descanso con una renta holgada (33-49).

Al final de los primeros veinte minutos, Unicaja mantenía sus buenos números en el triple (9/18). El equipo costasoleño sacaba rédito además en apartados como los puntos tras pérdida (16-5) y en la aportación desde el banco (20-10). Darío Brizuela con 10 puntos, un triple, dos rebotes y dos asistencias era el más destacado por Unicaja. En el Betis, las ocho pérdidas era el dato más llamativo junto a su mala estadística en los tiros de campo (10/29). Demitrius Conger con diez puntos, un triple y una asistencia era lo más reseñable en el bando verdiblanco.

El empuje del Betis para cambiar el signo del encuentro encontró recompensa en un parcial de 10-3 en los primeros compases de la segunda mitad (46-52). Casimiro tiró de Brizuela para evitar que el aire siguiese soplando a favor de los béticos. San Pablo aplaudía las intentonas de los suyos a pesar de estrellarse una y otra vez contra el aro. Y la colonia malagueña desplazada a Sevilla coreaba el nombre de la ciudad ante un nuevo acierto de Brizuela (48-62). El Betis empezaba a sentirse desquiciado y Unicaja buscaba la perfección cada vez más (53-71).

Con el marcador decidido, quedaba por saber si Unicaja seguiría sometiendo al Betis o si los béticos lograrían achicar la herida. Brizuela empezaba a ganarse los gritos de MVP desde la grada visitante (57-80). El Betis intentaba oponer resistencia a un baño que empezaba a hacer mucho daño en el alma del Betis (58-83). Mientras la fiesta ya estaba iniciada en el pequeño Carpena de San Pablo, Unicaja ponía la firma a un sobresaliente triunfo ante un Betis que poco pudo decir ante el severano repaso recibido (66-88).