El cielo encapotado amenazaba lluvia instantes antes del salto inicial en la Ciudad Condal, pero lo que se vio fue una tromba de puntos de los blaugranas al inicio del partido. En algo más de dos minutos consolidaban un parcial de 11-2 de salida, en el que algo tuvieron que ver las tres pérdidas de Van Rossom y Vives. La entrada de Jordan Loyd le vendría de perlas a los de Ponsarnau, dándole puntos instantáneos.
Sin embargo, la eficacia desde el triple era clave y Mirotic, con dos nuevos aciertos, protagonizaba los ataques de los de Pesic mientras que solo Doornekamp de manera aislada se oponía a la tiranía del de Podgorica. Rompería la dinámica Quino Colom, que progresivamente está adquiriendo más importancia en el equipo valenciano. Entre él y Loyd sustentaban a los suyos y poco a poco pero con buena letra se pasaría de un 22-11 tras los triples de Mirotic a un 27-23 al final del cuarto.
No empezaban finos los taronja el segundo cuarto, agotando dos posesiones consecutivas sin obtener rédito. Los cambios defensivos de los locales y los continuos 2vs1 a Quino Colom tras bloqueo agotaban al andorrano que acabaría por ser sustituido poco después. Aún así, el partido ya había cambiado y ese dominio inicial de los azulgrana había desaparecido, dejando paso a unas jugadas de mucha calidad en ambos lados de la pista. Aunque algunos se marchaban a la mina, como Mirotic o Ndour, para traer piedras en forma de tablerazos desde el perímetro.
Parece que esa era la señal para que los francotiradores de los dos conjuntos mediterráneos decidían sacar el fusil a pasear. Cuatro triples consecutivos, dos para cada bando, regalaban espectáculo al Palau pero el joven Bolmaro era el que hacía levantar al público del asiento. Tras rebote defensivo se inventó un pase picado, casi de lado a lado, fantástico para que Mirotic acabase con una bandeja sin oposición.
Y de pase a pase, Nikola tiraba porque le tocaba, pues Hanga, que había completado un gran último minuto, cerraba la primera parte con un pase de quarterback para el nacionalizado español, que se aprovechaba de un empujón sobre Motum para acabar con bandeja. Ese empujón provocaría las quejas, justificadas, de Ponsarnau siendo sancionado con técnica. Con poca vistosidad pero con eficacia permanecía Valencia Basket al descanso seis puntos por debajo, 52-46, aunque con un tiro libre en contra por recibir.
Ese lanzamiento, que convertía Delaney, confirmaba una reanudación poco usual tras el paso por vestuarios. Era el momento más crítico para los visitantes, que se asomaban de nuevo al balcón de los diez puntos de diferencia. Sin embargo, entre los tiros libres de Doornekamp y el primer gran partido de Jordan Loyd en Liga Endesa, se volvía a estrechar la distancia en el marcador. Brandon Davies, que no estaba teniendo su día, perdía varios balones que daba más alas si cabe a la remontada taronja. Mirotic seguía a lo suyo pero con Loyd delante ya no era lo mismo que en el primer cuarto.
Un último minuto sublime de Colom, con 4 puntos y 1 asistencia dejaba un último asalto repleto de emociones y un apretado 74-72 con diez minutos por jugar.
Como había pasado durante el resto del encuentro, en el tira y afloja en el que se había convertido el duelo, Valencia Basket no conseguía ponerse a la misma altura que los azulgranas y solo era capaz de seguir su rueda. Con Dubljevic y San Emeterio ganando protagonismo cuando más falta empezaba a hacer, era una vez más Mirotic el que no permitía perder el dominio en el tanteo. Tres tiros libres de Loyd empataban a 88 faltando 4 minutos. Los de Ponsarnau confiaban todos sus medios a que el balón le llegara al de Atlanta en buenas condiciones y un 3+1 espectacular suyo volvía a igualar el choque después de que Brandon Davies incendiara las gradas del Palau con un robo finalizado con un mate segundos antes.
El partido se resolvería, principalmente, con unos tiros libres de Mirotic tras una falta polémica -ante los posibles tres segundos en zona del ala-pívot- de Ndour bajo el aro. San Emeterio y Motum desaprovechaban los últimos ataques visitantes y un poderoso mate de Claver sentenciaba un auténtico partidazo que tuvo dos claros protagonistas: Nikola Mirotic y Jordan Loyd.