Con Townes y Rojas elevando de inicio el ritmo defensivo, UCAM Murcia desactivó el potencial interior de los visitantes (9-1). Alejados de su posición natural, Dubljevic y Ndour se atrevían sin suerte desde el 6.75. Ni siquiera el poderío del pívot senegalés en el rebote ofensivo, 6 capturas en el primer cuarto, otorgaba respiro a los de Ponsarnau. Askia Booker, demoledor solo de arranque (8 de 22), castigaba sin piedad el camino directo hacia el aro. No había rastro de su marca, tampoco de otras ayudas en la barrera de Valencia Basket (16-5 min. 5).
Sadiel Rojas hirió aún más el desconcierto rival y campó a sus anchas en la zona: hasta 9 de valoración antes de alcanzar el banquillo (22-9). Los primeros puntos de Dubi o el triple de Vives eran un pobre bagaje para un equipo al borde del colapso. Jaume Ponsarnau, reacio al tiempo muerto, confió la defensa de Eddie en Ndour y Motum. El tirador de Florida selló el parcial inaugural con dos dianas marca de la casa (24-13). Doornekamp, confundido a la espera de asumir el reto, desconectó también del encuentro hasta la prórroga.

La segunda unidad de Sito Alonso, con Rafa Luz a los mandos, mantuvo la diferencia de intensidad en ambos lados de la pista. Solo la fortuna bajo canasta evitó que la renta fuera en aumento (26-19). Era el momento para que la dupla Colom-Dubljevic comenzara a sumar con cierta facilidad en la corta distancia. Tumba y Cate incurrían además en problemas de faltas personales. La frescura de Lecomte ya no lograba frenar el avance foráneo (30-27 min. 17).
De repente, el ambiente se enrareció en torno al arbitraje. Tras el reparto de técnicas hacia los banquillos, Rojas sonrojó de nuevo la actitud taronja (35-28). Alberto Abalde, pendiente de su emparejamiento con Jarell Eddie, tenía tiempo para reducir la ventaja en tareas de ataque (35-31). Pero también para encararse con la grada y, tras una primera técnica, ser descalificado de manera directa por Carlos Peruga. El carrusel en el tiro libre relanzó a UCAM Murcia, que alcanzó el túnel de vestuarios presentando candidatura a la victoria (46-34).
En la reanudación, la presión ambiental sometió la fragilidad de Valencia Basket cerca de su límite. En volandas, Marques Townes disfrutó por fin de un escenario ideal para desplegar energía (54-41). Louis Labeyrie, especialmente motivado tras el altercado con la grada, apretó los dientes (19 de valoración). Pero su aportación ofensiva no tuvo continuidad en la defensa sobre Eddie. El especialista de UCAM Murcia amenazaba una y otra la vez los intentos del enemigo. Solo la incursión de Jordan Loyd (15 puntos) parecía dar esperanza a los suyos (60-48).

La insistencia del ex de Toronto Raptors prendió entonces la inspiración de compañeros como Fernando San Emeterio y Quino Colom (13 tantos de valoración). Juntos construyeron un parcial de 0-13. La confianza murciana se había borrado del parqué. Los de Sito Alonso entraban en el último acto tras cuatro minutos de sequía (60-61).
La magia de Colom crecía por momentos. La conexión en el bloqueo directo con Mike Tobey daba frutos por fin (61-66). Booker y Lecomte no dejaron ir la contienda y acertaron de nuevo en el perímetro (69-69 min. 33). Apareció Cate, se hizo grande y retuvo un instante la pintura. Regresó Loyd para liderar todo en ambos lados del juego (72-75 min. 37). El duelo era ya un intercambio a vida o muerte tras el triple de Larentzakis (75-75). Y tras el de Loyd. Y tras el de Lecomte (78-78).
Aparece el MAGO @qcolom10.
¡Vaya asistencia!#LigaEndesa
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En mitad de la batalla, cuando el Palacio se desencajaba, Eddie conectó una nueva daga en la distancia. Tras rebote ofensivo, otra de las claves (hasta 19 cogió Murcia). 81- 78 con 1:42 por delante. Pero la incómoda presencia de Bojan Dubljevic, apoyada en la dirección de Colom, propició la igualada por enésima vez. En un cúmulo de despropósitos la prorroga apareció en el horizonte (81-81). Cinco minutos más de BA-LON-CES-TO.
Golpeó de inicio el vuelo de Emanuel Cate. Las energías pimentoneras iban, sin embargo, a la deriva. Otra vez Dubi, esta vez en la línea de 3 puntos (83-86). Remaron los de Sito Alonso en el ecuador del tiempo extra, ya con el corazón por delante (86-86). Y cuando las baterías se agotaban, el estilo del técnico madrileño fue hasta el final. El 6.75. Booker primero. Eddie después (92-86 min. 40). El carácter de Larentzakis hizo el resto en el 4.60, inviable incluso para el portentoso intento de San Emeterio y Doornekamp. Al griego le sobró, eso sí, el desprecio hacia los visitantes tras una última defensa tan agónica como primorosa. Victoria en el zurrón (97-95); ilusión y diversión a partes iguales.