Hay cierto jugadores que nunca pasan desapercibidos. Bien por su forma de jugar, por su aspecto o por el modo en el que tienen de vivir los partidos, son jugadores especiales que sobresalen por el encima del resto. Estos son los 10 jugadores más peculiares que actualmente disputan la Liga ACB:

David DOBLAS (Bruesa GBC): el interior cantabro es uno de esos jugadores que no pasa desapercibido por la cancha. Todo corazón, este voluminoso jugador no para de animar a sus compañeros y a su público. Todo es excesivo en su juego; sus gestos, sus movimientos (a veces parece un elefante en una cacharrería cuando se adentra en la zona), su lucha por el balón (ya son de sobra conocidos los doblazos). Es un jugador muy especial, de esos que logra una perfecta comunión con sus aficionados, hace vestuario y no crea problemas. Todos los que lo conocen hablan maravillas de él como persona. Está viviendo su temporada de confirmación como jugador ACB.  

Bud ELEY (ViveMenorca): la presencia física de este pívot de 2.09 de estatura y 34 años asusta. Es una auténtica mole granítica y en la cancha mantiene un gesto facial de muy pocos amigos. Irascible y con tendencia a perder por momentos el control, es el hombre récord de la liga en cuanto a número de tatuajes con cerca de 50. Según sus propias palabras, "cuando me hago uno (tatuaje) es porque estoy enfadado y así controlo mi ira y me mantengo equilibrado en la vida”. Sin comentarios. Eso sí, su trato y forma de ser fuera de las canchas no tiene que ver en absoluto con esta ferocidad que muestra en la pista.

Salva GUARDIA (iurbentia Bilbao Basket): este veterano pívot es un jugador de otra época, un interior "a la italiana" (bueno, más concretamente, al estilo de los cláseicos interiores transalpinos de los `80, como Costa  o Meneghin). Un auténtico viejo zorro que se las sabe todas. Un hombre duro que se pega en la zona con cualquier, que reparte cera saliendo casi siempre airoso. Un artista en sacar petroleo en las situaciones más inverosímiles y, sin embargo, fallar en ocasiones francas. Su juego tiene claras limitaciones, pero las conoce y las sabe camuflar a la perfección. Es un hombre muy emotivo, que  vive los partidos como si fuera un auténtico junior. Su pelo largo recogido es ya un clásico en la ACB.

Demond MALLET (DKV Joventut): el perfil del eléctrico base verdinegro contempla una serie de características que le hacen ser especial. La primera circunstancia destacable es ser primo de Shaquille O ´Neal, una leyenda viva de la NBA. En segundo lugar, destaca su físico: es, con su 1.78 de estatura, uno de los jugadores más bajo de la competición. En tercer lugar, también debemos hacer referencia a su peculiar estética, ya que Mallet utiliza unos pantalones especialmente largos y anchos, que van por debajo de la rodilla. Da la impresión de haberse colocado los pantalones de Edu Hernández-Sonseca.

Nacho MARTÍN (CB Granada): los jugadores nacionales no suelen precisamente destacar por su aspecto o sus actividades fuera de la cancha, eso parece un terreno reservado a los jugadores extranjeros, sobre todo, a los norteamericanos. Nacho Martín es la excepción. Hijo del ex jugador y tristemente fallecido Jose Ángel Martín de Francisco, es una persona muy especial. Tiene impresos en su cuerpo nada menos que 8 tatuajes. Es un gran amante del Hip-Hop y miembro, junto con nuestro blogger Roger Fornas, del conocido grupo de street ballers B -Squad. Nacho es conocido en el ámbito del baloncesto callejero como DaFlow.

Boniface NDONG (Unicaja): este magnífico pívot no está en esta lista por su llamativa forma de ser en la pista o por su capacidad mediática, sino por su biografía. Desde su senegal natal, este hombre culto, que domina a la perfección el inglés, el francés, el dialecto de su tierra natal y habla correctamente castellano, ha vivido muchas historias. Llegó al profesionalismo superados la veintena, haciendo su debut en Europa en la Budesliga alemana. Allí conoció a su mujer. Posteriormente, se hizo con un nombre en Francia, probó fortuna en la NBA, volvió a Europa, concretamente a Rusia, y completa su tercera temporada en la ACB.  En esa biografía destaca su experiencia en el seminario. A punto estuvo de colocarse el alzacuellos y el hábito de cura, pero, finalmente, se decidió por el basket.  El baloncesto ganó un bravo pívot y la Iglesia católica perdió un ministro de culto de 7 pies de altura.

Andrea PECILE (Cajasol): su nombre es de obligada mención en este listado. Sunshine Pecile es todo un personaje. Sus cómicos videos son de sobra conocidos en la red, diseña camisetas, sus lemas (Stai sereno… sempre…, che vanzada etcétera) son muy populares en el mundo del baloncesto. Una personalidad arrolladora para un jugador distinto. No está viviendo un buen momento deportivo en Sevilla, pero seguro que el sol vuelva a brillar muy pronto en la carrera de Pecile.

PJ RAMOS (Alta Gestión Fuenlabrada): este interminable pívot de Alta Gestión Fuenlabrada llama la atención allá por donde pasa. Su altura, sus multiples tatuajes y sus largas trenzas no ayuda, precisamente, a que pase discretamente por la cancha. No es un hombre nada expresivo en el juego, al contrario, parece frío como un tempano y siempre mantiene su eterna cara de poker. Solamente explota al realizar alguno de sus característicos mates a un mano, entonces comienza su característico agitar de hombros al más puro estilo Antoine Walker.

Daniel SANTIAGO (Regal FC Barcelona): este gigante boricua no pasa inadvertido por la cancha. Sus ojos saltones, las gafas protectoras que utiliza y su cinta en el pelo hacen parecer de él un jugador que hemos creado en un videojuego. Persona muy religiosa, al que hemos podido ver rezando en la cancha junto con Marcus Brown en su época de Unicaja, se declara seguidor del Rap Cristiano. Otra curiosidad: luce la bandera de Puerto Rico en sus zapatillas de juego.

Pedja SAVOVIC (iurbentia Bilbao Basket): llegó hace 5 temporadas a Bilbao con el cartel de anotador con experiencia NBA y grandes números en la NCAA, pero no cumplió con las expectativas creadas. Su boda con una ciudadana española le permitió continuar en la plantilla, al ser, como consecuencia, considerado cupo nacional. Y en la disciplina de iurbentia Bilbao Basket continúa. Actualmente es uno de los últimos hombres de la rotación exterior, pero cuando salta a la cancha se hace notar, y mucho. Capaz de lo mejor y lo peor, todo los hace a lo grande. Las conocidas como savovadas son de sobra conocidas en La Casilla; pueden llegar en forma de triple a tablero con tiro adicional, falta sacada tras sobreactuación en defensa, pero también en forma de pedradas sin ton ni son, despistes en defensa etcétera. Especialmente querido por la afición (los gritos de Savo, Savo afloran a la mínima en La Casilla) y compañeros, es un jugador disciplinado, que no da problemas, hace vestuario y es todo un relaciones públicas (es un trotamundos que, por uno u otro motivo, es conocido en el mundillo baloncestístico). Su adaptación al entorno es envidiable: parece un bilbaíno más.