Zeljko Rebraca salió a jugar el pasado viernes como miembro del cinco inicial de Pamesa Valencia ante el CB Granada. Disputó siete minutos y medio y se sentó. Hasta aquí todo normal, parecía que Katsikaris no consideraba oportuno volver a situarle en la cancha. Sin embargo, las alarmas saltaron tras el descanso. Rebraca no estaba. Ni en el parquet, ni en el banquillo.
Todo el mundo se empezó a preguntar qué ocurría con Rebraca a lo que desde el departamento de prensa del club se nos respondía que estaba en el vestuario recuperándose de una bajada de tensión. Acabó el partido y la historia se repetía: “ha sido una bajada de tensión”, se repetía una y otra vez. El único dato nuevo que se aportaba era cuando Katsikaris decía que había sido debido a “una gastroenteritis”. Así que, ante la reiteración de la versión oficial, las especulaciones comenzaron a aflorar, apuntando muchas de ellas ya a su corazón.
Los días pasan y sigue sin estar claro lo que le sucedió. Jorge Candel, médico del Pamesa, no descarta “ninguna patología” y asegura que “se están realizando pruebas para descartar posibilidades.” Mientras, Katsikaris no puede contar con el jugador, ante el riesgo de que se reproduzcan los problemas cardíacos que ya obligaron a Rebraca a pasar por el quirófano anteriormente. No le dejamos hacer ejercicio ni entrenar con tal de prevenir por si es algo grave, determinó Candel.
El Pamesa tiene una opción para rescindir el contrato de Zeljko Rebraca si se reproducen sus antiguas patologías de corazón y ya la Cadena SER, en su edición local, se ha hecho eco de la posibilidad de que la decisión de prescindir del serbio esté ya tomada por parte del club, evitando así una posible desgracia mayor; apuntando también que la salida de Rebraca evitaría al Pamesa problemas a la hora de descartar un pívot con el próximo regreso de Garcés.