Sabía bien lo que hacía Xavi Pascual cuando el pasado verano defendió con tozudez la cesión del montenegrino Marko Todorovic a Bilbao Basket. Desde los despachos del FC Barcelona no veían muy clara la salida de su jugador con destino a un club que había vivido un verano tan movido y cuyo futuro podía ser cuestionable. El técnico catalán insistió para que la operación se consumara y se salió con la suya. Era consciente de que bajo la batuta de Sito Alonso su pupilo podría salir del cascarón y crecer como jugador. Y los hechos le han dado la razón. 

Marko Todorovic (2.08/1992) nacido en Podgorica, se formó de niño en la Joker School de Jadran Vujacic, la misma de donde procede Nikola Mirotic. Todorovic desembarcaría en España en 2008 de la mano del Joventut de Badalona. Considerado una de las más firmes promesas del basket europeo e internacional en categorías inferiores con la selección de su país, pronto iría alternando su presencia como piedra angular en el filial de la Penya, el CB Prat de Adecco Plata, con esporádicas apariciones con el primer equipo en Liga Endesa, donde debutó en la temporada 2010-11. Su explosión en competiciones FEB llegaría en la campaña 2011-12, en la que sería considerado MVP de la Adecco Plata merced a sus 15.8 puntos, 8.2 rebotes y 1.4 tapones por choque entre liga regular y playoff de ascenso. Además, en Liga Endesa completó 14 partidos con FIATC Joventut en los que promedió 2.5 puntos y 1.9 rebotes.

Sus excelentes prestaciones, su proyección y además de la consideración de jugador de formación local según el acuerdo suscrito por la ACB con la ABP harían que en verano de 2012 el FC Barcelona se fijara en nuestro protagonista y se hiciera con sus servicios por dos temporadas y otra adicional tras llegar a un acuerdo con la Penya para que los verdinegros no acudiesen al tanteo.

En el FC Barcelona veía en Marko Todorovic al cuatro del futuro, a su particular Nikola Mirotic. Sin embargo, en los dos años que el montenegrino defendió los colores del equipo azulgrana, ni contó con las oportunidades y continuidad necesarias para establecerse en la elite, ni tampoco demostró en los minutos que tuvo un crecimiento como jugador. A pesar de conocer el juego y de su innata calidad, su tiro en suspensión no mejoraba y su carencia de explosividad y de atleticismo no le permitían adaptarse al puesto de 4 moderno como si lo hizo su compatriota enrolado en el Real Madrid. Tras dos años estancado, era evidente que Marko Todorovic necesitaba un cambio de aires. Un equipo donde pudiera tener minutos y en el que despegar definitivamente como jugador de primer nivel. Y Xavi Pascual lo vio claro, Bilbao Basket era el destino ideal. 

El montenegrino ha vuelto a sonreír en Bilbao. Sito Alonso ha sabido despertar al enorme jugador que Marko Todorovic lleva dentro. Un jugador que necesita atención para que se sienta importante. Al que hay que exigir para poder exprimir al máximo. Y el técnico aragonés ha sabido tocar la tecla exacta, apretando y exigiendo pero también ofreciendo su confianza y dándole minutos y galones desde el primer momento. En Bilbao Basket Marko Todorovic está explotando sus virtudes, como su instinto reboteador, sus recursos en las cercanías del aro y el gran IQ y conocimiento del juego.

En 8 encuentros ha promediado en Liga Endesa 12.1 puntos y 6.1 rebotes (2.9 ofensivos), logrando dos premios de MVP de la Jornada (J2 y J8). Su valoración media es de 16.3 (7º), pero si vamos a la estadística avanzada del PER vemos que se va hasta los 25.98, el segundo mejor promedio de toda la Liga Endesa tras Maxi Kleber (Rio Natura Monbus). En aspectos como el ratio ofensivo, es el sexto mejor de toda la liga, con 133.8 puntos por cada 100 posesiones que se juega. Y todo ello jugando de cinco.

En Bilbao parece haberse olvidado al Marko Todorovic como proyecto de cuatro moderno. Ha ganado volumen y peso para "pegarse" en la zona y apenas sale de la pintura para lanzar en suspensión (un solo triple intentado en toda la temporada por 62 tiros de dos). El basket ha podido perder el cuatro que pudo haber sido y no fue, pero ha ganado un cinco de primer nivel, que suma por inteligencia, clase y recursos y no por explosividad, atleticismo y fuerza, aunque es evidente que su falta de contundencia cerca del aro le hace cometere, en ocasiones, errores de bulto en sus terminaciones. Talento con sabor clásico. Una delicia verlo jugar.