El Ayuda en Acción Fuenlabrada sufrió su sexta derrota consecutiva en el último partido de un mes de noviembre que ha sido el más negro de la historia del club.
No bastó con jugar en casa ante un motivadísimo público que protestó con un minuto de silencio dando la espalda a los árbitros tras la polémica falta antideportiva que se le pitó a Batista en el momento decisivo del partido ante el Baskonia. Tampoco las reapariciones de Fitch y Berzins fueron suficiente, ni los 19 puntos y 10 rebotes del constante Batista.
El Baloncesto es un deporte de dinámicas, y si se enfrentan un equipo que viene de un 0-5 contra otro que lleva un 5-1 en sus últimos choques, lo normal es que gane el que llega con la racha victoriosa, y ese fue el Cajasol.
Andrés Miso fue el jugador más destacado del equipo sevillano, precisamente uno de esos ejemplos de jugador que ha bajado mucho su caché y que tras fichar por el Fuenla vuelve a estar en la cresta de la ola.
Jugando como base o como escolta, superó en todo momento a sus pares y además estuvo muy acertado de cara al aro. Al igual que Kirksay (3 de 3 en tiros de tres) o Savanovic (3 de 5).
El conjunto de Joan Plaza anotó la mitad de los 28 triples que lanzó mientras que el Fuenla, llevado por la ansiedad de verse debajo en el marcador desde los primeros compases del partido, se precipitó en sus lanzamientos y firmó un pobre 25% en tiros de tres.
"Lo que más me preocupa es la pérdida de identidad que habíamos vuelto a conseguir en los dos partidos anteriores, donde competimos muy bien desde la actitud", dijo Luis Guil, el técnico del Ayuda en Acción Fuenlabrada
Ahora, al Fuenla sólo le queda mejorar esta actitud de cara al partido del próximo domingo ante el DKV Joventut mientras espera que se resuelva el caso del tránsfer de Niko Tskitishvili, que vio el partido desde la grada.

