Jasmin Repesa ha caído de pie en Málaga. En el mes y medio que lleva en la capital costasoleña ha logrado ganarse a casi todo el mundo, desde aficionados y prensa, hasta jugadores y directiva. Técnico de mano dura en el trabajo, es un hombre muy amable en el trato fuera del parquet y que, tanto dentro como fuera de la pista, te habla mirando directo a los ojos.
Se esperaba en Málaga su mano dura, como buen técnico balcánico, algo que faltó en las etapas anteriores y que provocó que el Unicaja perdiese en muchas ocasiones una de sus señas de identidad y que siempre conectaba mucho con la grada, la garra. Pero además de ser muy exigente, Repesa sabe valorar el trabajo de sus hombres y no duda en invadir la pista para felicitar a algún jugador por una buena acción.
El entrenador ha calado en su plantilla. Con su discurso directo, sus jugadores van captando el mensaje y el modo de juego que el croata quiere para su equipo. Uno de los ejemplos más claros nos lo encontramos en Marcus Williams. Fue de los primeros en ser señalado por Repesa. Un jugador que era una incógnita, se conocía de él tanto su calidad, como su capacidad tanto para desconectarse como para engordar. Pero el técnico buscaba la reacción del jugador a través de tocarle su orgullo en público y buscar su comodidad en privado. El propio Williams, en una entrevista concedida a Málaga Hoy, reflejaba que "el coach es un gran maestro. Me dijo al principio de trabajar que iba a conseguir que yo defendiera y en dos meses me notó la mejoría. Está encima mía. ‘Marcus, haz esto, Marcus haz lo otro, Marcus, hazlo así’. Y escucho. A veces grita y se pone serio de verdad. Pero pienso que es bueno para mí. Es un maestro, te habla dentro de su despacho de cualquier cosa, en lo que sea te intenta ayudar".
La exigencia de Repesa también está quedando reflejada en los tiempos muertos. La posibilidad de transmitir estos descansos permiten ver al técnico corrigiendo a sus hombres o pidiéndoles mayor intensidad, porque quiere que trabajen los cuarenta minutos, como muestra esta bronca a su equipo tras ver cómo la ventaja a su favor había bajado de 27 a 19 puntos (traducción bajo el vídeo).
(Traducción: A Simon: "Pierdes la bola en ataque, entonces haces pasos, vuelves a perder la bola. Vamos hombre, tranquilízate, maldita sea".
A Perovic: "¿Me dices que tienes fe en ti mismo? Tengo cinco veces más fe en ti, de la que tú tienes en ti mismo. ¡Cinco veces! )
En su presentación, una de las cosas que Repesa destacó como factor importante para decidirse a venir a Málaga era la afición de Unicaja. Sus recuerdos del Carpena de sus visitas en Euroliga son de un pabellón lleno, sin sillas vacías, y que estaba totalmente entregada a su equipo. Y el principal objetivo que se ha marcado el técnico ha sido recuperar ese ambiente en el feudo malagueño, algo que considera vital, como ocurrió en el partido ante el Montepaschi Siena y que Repesa destacó posteriormente en rueda de prensa
Se comprende la desilusión de la afición de Unicaja porque las últimas temporadas no han sido fáciles. Ésto, unido a la situación económica que se vive en la actualidad y el crecimiento del Málaga en fútbol, ha hecho que la gente deje de acudir al Carpena. Pero Repesa quiere que el pabellón deje de tener asientos vacíos y vuelva a lucir como antaño, con la gente volcada con un equipo que lo dé todo durante cuarenta minutos. Y hasta el momento, el equipo se está ganando que la afición responda y comience a llenar el Pabellón Martín Carpena.