En el inicio del partido todo parecía favorable a los blancos: el Eiffel Towers no vio la canasta hasta cinco minutos después del inicio, los jugadores holandeses no parecían muy bien conjuntados y el único conocido por la afición española, Sharone Wright, se veía fuera de forma.
Un quinteto formado por los no habituales: Varda, Hervelle, Tomas, Smith y Tunceri vencía con eficacia hasta que los “jugones” americanos del Eiffel Towers -Weathers, Young y Rodgers– empezaron a enchufar y apabullar al equipo blanco, que se fue con un puntos de desventaja al descanso a pesar del 0-10 inicial.
Plaza puso sobre la pista a su artillería pesada, con Hamilton, Reyes y Raül López, y minutos más tarde era Bullock quien acudía al rescate. Con este antídoto los blancos parecieron volver a tomar las riendas, pero el equipo rojo, apoyado por una esperanzada afición, no cedía y la diferencia no era muy grande.
En el último cuarto el héroe fue Travis Young, que con tres triples casi consecutivos consiguió meter a su equipo en la prórroga. Además, en los primeros instantes del tiempo extra Raül López cayó lesionado y a partir de entonces el Eiffel Towers consiguió una ventaja que el Real Madrid no recuperó. Un triple a la desesperada que no anotó Mumbrú y una pérdida de balón de Bullock fueron la puntilla para el 84-77 definitivo.