Formado en la Universidad de Cincinnati, intentó iniciarse como profesional al otro lado del charco, en el Estrasburgo francés. Pero la prueba que realizó no fue satisfactoria y tuvo que conformarse con las Ligas Comerciales americanas.
Más tarde regresó a Europa vía Grecia, el país donde realmente alcanzó la fama. Tras jugar en Peristeri y Dinamo de Moscú, fue en el Makedonikos donde jugó sus mejores minutos, promediando 21,5 puntos y 8 rebotes por partido.
Un año después lo fichó el Breogán de Lugo, y aunque el equipo descendió, Mickeal deslumbró en la ACB con sus 19 puntos y 7,3 rebotes por noche.
El año pasado jugó en Corea, pero las nuevas normas para la contratación de extranjeros impuestas a partir de este verano le dejaron sin opción de continuar en la KBL. Ahora regresa a la ACB con un equipo que aspira a todo.