Muchos son los jugadores americanos que eligen como destino la KBL de Corea del Sur en vez de las competitivas ligas europeas. La ACB, la LEGA o la A1 griega, atraidos por los suculentos contratos que se les ofrece.
Uno de ellos es Pete Mickeal, alero de 1.99 y 28 años de edad que la pasada campaña desplegó su potencial en la ACB, aunque no pudo evitar el descenso de su equipo, el Leche Río Breogán, a la LEB. El estadounidense ha firmado por los Daegu Orions. Allí forma dupla de americanos con Lee Benson, uno de los jugadores de baloncesto con una biografía más sorprendente. Benson pasó ocho años y medio en la cárcel por asuntos de drogas.
Ingresó en prisión como uno de los talentos más prometedores de los High Schools estadounidenses y allí siguió jugando al baloncesto. Al salir de la cárcel, en 2001, tenía claro que quería reanudar su vida donde la dejó y, tras unos meses jugando a un altísimo nivel en una universidad de segunda línea, se declaró elegible para el draft de 2002. Al final no fue drafteado y ha pasado por ligas como la chipriota para acabar en Corea a sus 33 años.
Hoy viernes han disputado el primer partido de la temporada y Pete Mickeal se ha despachado con 37 puntos y 12 rebotes, para llevar a su equipo a la victoria por 92-87 ante Inchon ET Land Black Slamer.
Además, Phil Ricci también se unió a Mickeal y Lou Roe en su viaje de la ACB a la KBL. Tras desestimar la oferta de Pamesa, ha desembarcado en los Pusan KTF Magic Wings, donde formará tándem con otro viejo conocido del basket español, Aaron McGhee.