No hay alternativa. El Unicaja se enfrenta en el Martín Carpena a dos difíciles rivales: en primer lugar el Tau, que ha demostrado su solvencia para sacar adelante, sin forzar demasiado, los dos partidos disputados en Vitoria; y en segundo lugar, sus propios miedos, que han atenazado a algunos de sus jugadores poniendo al conjunto malagueño al borde de la eliminación.
Algo ocurre en el fuero interno de este equipo, capaz de lo mejor y de lo peor, de realizar un juego de ensueño para alzarse con la Copa del Rey hace sólo unos meses, y de caer en un estado de mediocridad tal como el que lo llevó a anotar la ignominiosa cifra de 4 puntos en el segundo cuarto del anterior partido de la semifinal.
Quizás el principal problema sea el estado físico de algunos jugadores verdes, que ha lastrado su puesta a punto para el momento decisivo de la temporada, como parece deducirse de los pésimos porcentajes de tres puntos que han logrado los hombres di<rigidos por Sergio Scariolo en los últimos partidos.
Si el técnico italiano no logra levantar el ánimo de sus jugadores y recuperar el espíritu de Zaragoza con el apoyo de su incondicional público, el conjunto baskonista podría lograr su pase anticipado a la final de la ACB en tierras malagueñas.
<f>Las opciones de Unicaja pasan por recuperar a varios jugadores que no han aparecido aún en la eliminatoria: la magia de Pepe Sanchez y su creatividad; los triples y las penetraciones vertiginosas de J. R. Bremer; los puntos de sus aleros Stephane Risacher y Walter Herrmann; y la entrega y el saber estar del capitán Berni Rodríguez. Parece claro que, si el conjunto de Scariolo sigue dependiendo únicamente de Carlos Cabezas, Jorge Garbajosa y Fran Vázquez, sus opciones de ganar a un grupo tan cohesionado y eficaz como el Tau, se reducen al mínimo.
Por parte baskonista, el conjunto de Dusko Ivanovic viaja a Málaga con la sensación de haber ganado los partidos disputados en Vitoria con una claridad mayor que la que indican los resultados, forzando sólo lo justo para mantener la distancia en el marcador. No parecen haber notado la sensible baja de José Manuel Calderón, pues a la habitual aportación de Luis Scola, se han sumado la capacidad anotadora de Arvidas Macijauskas y Drew Nicholas, y la prodigiosa actuación de Sergi Vidal, que parece estar llamando a las puertas de la selección.
El Unicaja Málaga no necesitará sólo del apoyo de su público. La victoria debe construirse desde la defensa, como ha anunciado su técnico, pero no deberá descuidar una faceta ofensiva en la que se ha mostrado con una inoperancia inadmisible si pretende disputar la final de la ACB o, al menos, llevar la serie de vuelta a Vitoria para un hipotético quinto partido.