Que el Joventut de Badalona ha iniciado la temporada a un nivel excelente es algo sobradamente conocido, tanto en Liga Endesa como en Europa. Ayer, pese a no haber nada en juego y con la primera plaza de su grupo de la Basketball Champions League ya asegurada, volvió a imponerse en la pista del Cholet. Y lo hizo, además, sin Ricky Rubio. El base catalán no fue la única ausencia. Otro jugador volvió a quedarse fuera de la convocatoria y todo indica que no será la última vez.

De querido a apartado: La historia del año de Dekker en Badalona

Sam Dekker llegó a Badalona a finales del pasado año y, en muy poco tiempo, alteró de forma significativa el rendimiento competitivo del equipo. Fue determinante en la clasificación para la Copa del Rey de Gran Canaria y, aunque el tramo final de la temporada no fue especialmente brillante en lo colectivo, se ganó el cariño del entorno con rapidez. El club, satisfecho con su impacto, decidió realizar un esfuerzo económico este verano para renovar su contrato.

Con el regreso de Ricky Rubio, el fichaje de Cameron Hunt y la incorporación de la pareja de jugadores suecos, la plantilla parecía cerrada con garantías para competir por todo. Dekker debía ser la pieza que completara el proyecto. Sin embargo, apenas cuatro meses después del inicio de la competición, el escenario es radicalmente distinto.

¿Un problema sin solución? El futuro a corto plazo de Dekker y Joventut

Dekker acumula varias semanas sin vestirse de corto. No existe lesión alguna, lo que convierte la situación en especialmente preocupante. Dani Miret, entrenador del Joventut, ha abandonado el discurso de la paciencia y el respaldo al jugador. Tras la victoria en Cholet, admitió que se trata de un asunto complejo y fue claro al señalar que Dekker debe cambiar determinadas actitudes si quiere volver a jugar. No hay problemas físicos ni relacionados con la salud mental. Xavi Ballesteros, periodista que sigue la actualidad de La Penya, llegó a apuntar que el jugador podría no volver a ponerse la camiseta verdinegra. Todo apunta a una relación rota entre el club y el ala-pívot estadounidense.

En un contexto tan delicado, resulta difícil pensar que algún día se conozcan los motivos reales de lo sucedido. A primera vista, la llegada de jugadores como Rubio o Hunt y la consiguiente redistribución de roles parecen factores clave para entender que Dekker no haya sabido adaptarse a un papel menos protagonista. En Badalona persiste la sensación de que, con el estadounidense plenamente implicado, el equipo podría aspirar a cotas todavía más altas, pese al excelente inicio de curso. No parece una situación destinada a prolongarse, ya que no beneficia a ninguna de las partes. El Joventut continúa firmando una gran temporada: quinto en la Liga Endesa y clasificado para la siguiente fase de la BCL. Dekker, por su parte, necesita minutos y protagonismo. Un acuerdo permitiría al club mantener el nivel competitivo con una plantilla corta. Por ahora, Dani Miret parece tener muy clara su postura.