El Real Madrid no está atravesando un buen momento. El equipo acumula dos derrotas consecutivas en Liga Endesa, y este jueves se enfrentan al Anadolu Efes en un partido decisivo que decidirá el liderato del grupo A en Euroliga.
La situación de los blancos no es, en absoluto, preocupante en estos momentos en cuanto a resultados. Tienen un balance de 16 victorias y 4 derrotas sumando las dos competiciones principales. Por lo tanto, de momento no deben saltar las alarmas, siempre y cuando el equipo evolucione y corrija los principales errores que le han llevado a caer derrotados en dos ocasiones consecutivas en Liga Endesa.
El Real Madrid aprendió una lección muy importante la temporada pasada. Completaron el año con balances difícilmente mejorables en temporada regular de ACB y Euroliga -tan sólo dos derrotas en total- y cayeron en la final de ambas competiciones. Han aprendido que lo realmente importante se juega en Mayo, y que perder algunas batallas por el camino no significa que se vaya a perder la guerra. El problema es que esto es un arma de doble filo. Si el entrenador y jugadores afrontan cada partido con la misma importancia pero caen derrotados en algunos de ellos, no hay ningún problema. No se puede ganar siempre. El problema viene cuando se repite demasiado que lo importante se juega en el futuro y se descuida el presente. El hábito de quitar importancia a las derrotas podría ser muy perjudicial para el equipo. Como en todo, los extremos son malos. Ni una cosa, ni la otra.
No se acaba el mundo por perder, pero hay que analizar por qué se pierde.
La defensa
El Real Madrid es la decimocuarta mejor defensa de la Liga Endesa. Esto quiere decir que hay trece equipos que reciben menos puntos que los blancos. Aún así, van segundos en la clasificación porque son, con diferencia, el equipo que más puntos anota (86.55 de media, casi 6 puntos de diferencia con el segundo). Esto demuestra que el problema no está en el ataque.
En la competición europea ocurre más de lo mismo. Los madrileños han anotado 100 puntos totales más que los otros cinco equipos de su grupo, pero sin embargo son la segunda peor defensa.
Analizando jugador por jugador, el equipo no tiene nada que envidiar a la capacidad defensiva que tenían el curso pasado. Por lo tanto, no es problema de efectivos sino de ganas. El conjunto sufre muchas desconexiones que más de una vez han provocado parciales escandalosos en contra que reducen la ventaja conseguida en ataque. Esto es algo en lo que Pablo Laso insiste mucho: mantenerse concentrados durante todo el partido.
Curiosamente, el Real Madrid es el equipo que más faltas personales comete. En las once primeras jornadas han hecho 260. Una media de 23.64 por partido. Una evidencia más de que algo no funciona a la hora de defender el aro.
Este es el principal problema del conjunto blanco en este comienzo de temporada y lo primero y más importante que se debe mejorar. Por muy bien que se esté en ataque -que lo están- llegará un momento en el que no sea suficiente.
Abuso del triple
Como he dicho anteriormente, el ataque no es lo que más debería preocupar al Real Madrid, pero es cierto que en ocasiones se abusa demasiado del triple, y parece que cuando hay problemas es el único recurso. No hay duda de que el tiro de tres es una de las principales armas del conjunto blanco, pero a veces cuesta imaginar si existe alguna otra.

En el partido contra Bilbao Basket, los madrileños lanzaron 26 triples y anotaron tan sólo 5. Esto es un 19% de acierto. Los blancos estaban obcecados con el tiro de tres, cuando lo más lógico habría sido buscar alternativas ya que no estaban, en absoluto, acertados. Pero no hubo plan B. La desesperación suele llevar directamente al lanzamiento indiscriminado desde la línea de 6.75. Y ese no es el camino.
Una solución efectiva habría sido meter más balones a los jugadores interiores, y tratar de generar ventajas a partir de ahí. Entre Bouroussis, Ayón y Reyes sumaron 13 tiros de campo. Llull y Rudy acumularon 20 entre los dos. Demasiado tiro exterior y escasa utilización del juego interior en un día idóneo para explotarlo.
Además, hay que añadir que Sergio Rodríguez no estaba y la dirección de juego se vio seriamente afectada. Felipe Reyes, Llull y Nocioni parecían los únicos dispuestos a dejarse la piel en la pista, atacando el aro con fuerza y decisión. A los demás parecía no importarles perder el partido. Tanto a algunos jugadores, como al entrenador. Y esto sí es peligroso.
Escasos de efectivos
Varios jugadores han comenzado la temporada a un nivel muy inferior del esperado. Algunos por falta de rendimiento y otros por falta de oportunidades para demostrarlo. La lesión no ha dejado tiempo a Rudy Fernández para destacar en este comienzo de temporada, pero el equipo le necesita cuanto antes. Jaycee Carroll cada vez es menos peligroso. Todos los rivales saben cómo defenderle y la gran mayoría de tiros que realiza son bien defendidos. Salah Mejri no está teniendo hasta ahora muchas oportunidades para demostrar su rendimiento. Sin duda, es un jugador efectivo en labores de intimidación en defensa y de finalización cerca del aro en ataque. Pero hay que darle confianza. Esto es, minutos.
Se espera una participación ofensiva más regular de todos los jugadores. Una de las características del Real Madrid es la aportación colectiva en ataque. Una gran ventaja para los blancos y una pesadilla para la defensa contraria. El objetivo debe ser recuperar esto.
Jueves, día clave
El Real Madrid se juega el próximo jueves ante su público el primer puesto de la competición europea ante el Anadolu Efes. Una cita realmente importante para dar un golpe sobre la mesa y volver a recuperar sensaciones. Si los blancos consiguen la victoria se meterán en el mismo grupo que el FC Barcelona para la próxima ronda. Motivación suficiente.
El conjunto de la capital tiene en Diciembre el doble de derrotas en temporada regular de ACB y Euroliga que el año pasado en el curso completo: cuatro. En este momento no debería cundir el pánico. Mejor fallar ahora que en Mayo, siempre que se aprenda de los errores.