El Real Madrid castigó la insolencia de Baskonia en el primer partido, aunque el equipo de Pedro Martínez estuvo, por momentos (28-33 al final del primer cuarto; 52-52 al descanso), amenazando con dar una segunda puñalada que, para los de Laso, habría sido mortal.

El entrenador vitoriano apostó por un quinteto diferente al del primer encuentro, cambiando a 3 de los titulares del miércoles. Confió en la continuidad de Jaycee Carroll (otra vez, máximo anotador, junto a Thompkins, de los suyos) y apostó por la potencia de Taylor y Felipe. Parecía que la apuesta salía adelante y el cordobés conseguía sumar, además de sacar dos faltas a Shengelia que condicionaron todo el encuentro.

Pero, enfrente, un Baskonia idílico desde la larga distancia, conseguía mantener el pulso ofensivo, inalcanzable para pocos equipos en Europa (15-15 en menos de 4 minutos). El desmadre blaugrana comenzaba a imponerse y el tercer triple sin fallo de Matt Janning (acabó con 6/6) comenzaba a disparar a Baskonia, que se colocaba 10 arriba tras la suspensión de Voigtmann (17-27, min 7). Pero no todo eran buenas noticias para los vascos, que a los problemas de Shengelia se sumaba la lesión del alemán, que tenía que poner rumbo a los vestuarios tras torcerse el tobillo. El Madrid aprovechó para acercarse, pero los 33 puntos de Baskonia en los primeros 10 minutos eran un primer golpe muy duro para un Madrid que estaba jugando con fuego.

Marcelinho Huertas tomó el testigo de Vildoza para anotar 11 puntos en este tramo, manteniendo la ventaja para los suyos, pero la segunda unidad interior del Madrid empezaba a funcionar y con Ayón como eje de distribución (6 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias en la primera mitad), conseguía ponerse por delante tras una asistencia suya para el triple de Thompkins (41-40). El Madrid encontraba en la pintura a su mejor aliado, mientras Janning seguía castigando desde fuera con dos nuevos triples que dejaban el empate tras una primera parte formidable en el Wizink Center (52-52).

El tercer cuarto lo cambió todo. El Real Madrid fue capaz de dar rienda suelta a todo su talento ofensivo para asestar un parcial de 31-13 que acabó con el encuentro. Los blancos sí pudieron mantener el ritmo ofensivo, frente a un Baskonia que, sin el tremendísimo acierto exterior de la primera parte, sucumbió esta vez ante las torres madridistas. Con Trey Thompkins en estado de gracia y Campazzo poniendo el galope nadie, te lo hace pagar caro. Tavares se encargó de contener a Poirier y los exteriores marcaron un ritmo defensivo inalcanzable. En poco más de 5 minutos el Madrid había alcanzado la veintena (77-57) y el partido ya estaba muerto.

Quién lo iba a decir después de la primera parte que ofrecieron ambos equipos. Lo que está claro es que Baskonia puede sufrir mucho la baja de Voigtmann durante el resto de la serie (no tiene pinta de que pueda volver a jugar), ya que ni Diop ni mucho menos Malmanis están preparados para asumir los galones del alemán. En cualquier caso, la serie viaja a Vitoria y son ahora los locales quienes tienen el factor cancha y la posibilidad de ganar el título de la Liga Endesa delante de su público. Que se prepare el Buesa Arena.