Río Breogán estuvo toda la temporada coqueteando con el descenso a la LEB Oro -o Primera FEB- y tuvo que esperar hasta el 10 de mayo para certificar su permanencia. Esta temporada, habiendo disputado la Basketball Champions League, los lucenses no repararon en inconvenientes y los fichajes tampoco fueron de lo más fructíferos.

En vista de encontrar un equilibrio y sufrir menos irregularidades en la siguiente campaña, las incorporaciones estivales serán clave. Jugadores formados, maduros y que conozcan la competición son fundamentales en la configuración de cualquier plantilla que desee competir sin fisuras.

RÍO BREOGÁN SE INTERESA EN DRAGAN APIC

En ese grupo de jugadores entra un pívot serbio de 28 años y que ya jugó en la ACB con San Pablo Burgos. Según ha informado Chema de Lucas, Río Breogán estaría siguiendo los pasos de Dragan Apic. Tras su breve paso por España en la 2020-21, donde tuvo un papel secundario con 14 minutos por partido, Apic pasó por tres equipos en cuestión de tres años.

Enea Zastal Zielona Góra en Polonia, Nizhny Novgorod en Rusia y llegó a mitad temporada al Le Mans francés. En la LNB tuvo un gran rendimiento y sacó provecho de sus 19 minutos en pista de meda, con 10.4 puntos y 4.4 asistencias con un 55.8% de acierto. Con el interés de Río Breogán, Apic volvería a coincidir con Stefan Momirov, con quien jugó en el FMP de Blegrado.

Por resolverse quedan los dos destinos de Justin Robinson y Ben McLemore, los dos extracomunitarios de Veljko Mrsic que terminaron la temporada. Su marcha es un escenario probable y nombres como el de Apic siguen dando margen de incorporar algún americano que impulse la ofensiva lucense, como hizo el propio McLemore en su llegada. Charlie Moore es la primera incorporación en ese sentido, un base estadounidense procedente del Estra Pistoia de la Serie A.