Bajo el silencio que propaga una pobreza sin límites; tras unas paredes que nunca protegieron; desde los prejuicios que siempre quisieron sanar sin éxito. Este podría ser el pequeño relato de un hombre africano como Sitapha Savané (36 años/2’01). Sitapha o, mejor dicho, el elegido (traducción literal de su nombre): estandarte del FIATC Joventut de Badalona, coraje y entrega de una de las gratas sorpresas de esta temporada, símbolo de la “teranga” u hospitalidad que emana de sus valores personales; icono de humildad y conciencia ética. Desde Senegal y con amor, “Taph” nos hace un recorrido por su trayectoria: adolescencia, metas y objetivos, baloncesto en senegal, actualidad personal y del equipo… Todo esto reunido en esta entrevista que nos ha brindado “el elegido”. Todo un honor.
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SoloBasket: Se acerca uno de los grandes eventos del baloncesto español. ¿Cómo vives personalmente esa vuelta a Gran Canaria tras 8 temporadas jugando allí?
Sitapha Savané: Recuerdo que estando en el Gran Canaria, hablando Jim Moran especialmente, comentábamos que nos gustaría seguir hasta que hiciesen el pabellón nuevo y disputar allí la Copa del Rey porque sería una gran manera de acabar nuestra carrera en el “Granca”. No ha podido ser, obviamente, pero por lo menos en mi caso, me hace especial ilusión disputar allí un torneo como ese para volver a la que ha sido y es aún mi casa. Por supuesto, voy también con muchas ganas de disfrutar.
SB: ¿Y el equipo?
S: Lo que hemos procurado hacer ha sido seguir nuestro día a día porque la competición continúa hasta que llegue la Copa, y trabajar diariamente es la mejor manera para prepararnos para ello. Aún no hemos hablado del Gran Canaria, ni lo haremos hasta acabar este tramo que queda antes de ir hacia allí. Es el camino a seguir: ir mejorando las pequeñas cosas que aún quedan por pulir para llegar de la mejor manera posible.

SB: ¿Crees que el FIATC Joventut puede dar la campanada en la Copa?
S: Si pudiese predecir quién va a dar la campanada, ganaría bastante dinero en las apuestas. Depende muchísimo del momento en que llegan los equipos. En nuestro caso, me gustaría saber que no es tanta la sorpresa porque hemos demostrado una capacidad para competir contra todos los equipos de la liga y en este torneo, si llegamos en buen momento, podemos conseguir algo.
SB: Hoy en día, mantener el bloque de la plantilla es muy difícil. ¿Cuál es tu opinión acerca del éxito a corto plazo que ansían las directivas del baloncesto?
S: Es algo bastante dañino para el baloncesto español, y en muchos niveles además. Para el público, porque se producen esos cambios constantes dentro de las plantillas, y en muchos casos puede que sea más complicado crear esa conexión con los jugadores. En Gran Canaria tuve la suerte de estar muchos años, al igual que otros jugadores, y eso hacía que siempre hubiese plena implicación de la afición con el equipo. Así se mantenía un hilo que podía durar mucho tiempo. En cambio, en otros muchos clubes puede pasar que dejes el equipo, y cuando vuelvas 3 años después ya no quede ningún jugador de la plantilla en la que estuviste, y creo que eso es negativo. Además, a la hora de buscar resultados, aquí en el FIATC Joventut se ha visto la ventaja de tener paciencia, tanto con un proyecto como con un entrenador. En los tres primeros años de Salva se ha estado a las puertas de los Play-off, y si hubiese faltado paciencia en el club, no hubiéramos logrado lo de esta temporada.
Me hace especial ilusión disputar la Copa en la que fue y sigue siendo mi casa
SB: Centrándonos en ti. Esta pregunta, obligada: ¿Cuál es el secreto de tu segunda juventud?
S: Todo viene por el trabajo realizado a lo largo del tiempo. No creo en los milagros. Desde luego, he sido un jugador que ha destacado por cuidarse desde hace mucho tiempo. Siempre en los veranos he dedicado casi la mitad del tiempo a mis entrenamientos; he procurado tener un plan, un preparador para intentar mejorar las cosas que me hacían falta física y técnicamente para ir mejorando. Obviamente, cuando a esto le añades una buena genética, se puede dar este tipo de situación. El otro factor que también está ahí siempre y es muy importante es encontrar las motivaciones. Por todas las cosas que te van pasando a lo largo de la carrera encuentras diferentes motivaciones. Como te he dicho antes, que al principio de mi carrera me dijeran que no podría llegar nunca a la ACB era una motivación; cuando llegué a la ACB, que me dijeran que no iba a hacerlo bien en esa competición era una motivación; que me dijeran que no me podía mantener al máximo nivel mucho tiempo y que la edad iba a hacer que perdiese las cualidades físicas era una motivación. Cuando tienes una buena motivación, solo te hace falta tener un buen plan y ejecutarlo.
SB: Continuamente los aficionados pueden observarte como figura del jugador que entabla una relación especial con las aficiones independientemente de la camiseta que vistas. ¿Cómo consigues crear ese vínculo y ese afecto con los aficionados?
S: Creo que ante todo, tiene que haber respeto. Desde luego, no soy un jugador que haya provocado nunca ningún lío con el público. Por otra parte, pienso que el público, en general, respeta la profesionalidad y la entrega aunque estés en otro equipo. Cuando se dan esas situaciones [como la del aficionado de Manresa], quizás sea por mi personalidad que hace que tenga una cierta cercanía no solo con la afición de mi equipo sino con cualquier aficionado del baloncesto. Al fin y al cabo, creo que todos somos amantes del mismo deporte y eso ya de por sí es un vínculo; somos todos como una gran familia.
SB: Esta “filosofía” y estos valores, ¿vienen de familia?
S: Más que familiar, creo que es un tema cultural. Si llegas a conocer a gente senegalesa, en general somos gente bastante abierta. Uno de los valores más apreciados en general se llama la “teranga”, que es la hospitalidad senegalesa. Eso lo llevamos con nosotros allá donde vayamos. No es algo que tenga que intentar, es algo que ya lo llevas dentro y sale de forma natural porque así te han criado y así te han educado.
SB: Hablemos de Álex Suárez y de Nacho Llovet. ¿Qué techo tienen?
S: No creo que ningún jugador tenga techo. Siempre les intento transmitir eso. Cuando empecé a jugar al baloncesto en España me dijeron que nunca saldría de la LEB y que si llegase a la ACB nunca destacaría ni duraría mucho. Al final, sin hacer caso a ello, he logrado hacer todas estas cosas. Ellos han tenido más cualidades desde un principio: son dos jugadores diferentes que tienen sus respectivas armas y con ellas ya están ayudando al equipo. Les he visto crecer muchísimo como jugadores en la cancha, he visto que han ido cogiendo cada vez más confianza y he visto mejorar las cosas que no hacían tan bien. Creo que si los dos siguen en esta misma línea, les quedan muchísimos años en esta liga todavía, y quién sabe si les espere otra mejor.
Intento compartir con Suárez y Llovet pequeños trucos de perro viejo
SB: ¿Qué les enseñas y qué aprendes?
S: Intento compartir con los dos pequeños trucos de perro viejo que uno ha ido acumulando durante los años. Con Álex Suárez intento ayudarle mucho en conceptos defensivos porque quizás ahí es donde tiene un cierto camino por recorrer. Nacho, que puede jugar más en el poste bajo, casi sin decirle nada porque es así de listo Nacho, pilla él mismo los trucos. He visto ya un par de movimientos que me ha pillado, pero como esos movimientos yo también se los he hecho, procuro pillar cosas suyas porque siempre he intentado aprender de mis compañeros sean más jóvenes o más veteranos.
SB: La piña que se ha mostrado como equipo, ¿es tan real e importante como parece?
S: Ahí nos odiamos todos [risas]. No, no; es real, esas cosas son bastante difíciles de fingir. En el deporte vivimos muchas situaciones de tensión y puedes fingir en el día a día cuando todo va bien, pero cuando las cosas se ponen difíciles sabes lo que hay realmente debajo. Este año, cuando hemos estado en situaciones complicadas, siempre hemos tenido la reacción de unirnos y de apoyarnos unos a otros y así hemos podido sacar adelante muchos partidos apretados (casi todos los que hemos tenido). Eso da un plus porque en otros equipos, cuando no todo sale como ellos quieren, cada uno hace la guerra por su cuenta y se vienen abajo. Aquí no tenemos ese problema, ni mucho menos.
SB: Trasladándonos al continente africano, ¿qué opinión tienes acerca de esos jugadores africanos que llegan a las canteras españolas con una edad más que dudosa?
S: Siempre trato eso con mucho cuidado porque es muy difícil andar hablando sin pruebas. En este sentido, siempre utilizo el ejemplo de Nacho Llovet, les digo que si él no llega a ser blanco y nacido en Cataluña, con ese cuerpo a los 20 años, muchos hubieran pensado que ni de broma tenía esa edad por ese físico tan impresionante que ya tenía a esa edad. Luego, en los casos que se determina que ya sí es mayor de lo que decían, hay poco que hablar porque eso no se puede permitir, ni por este jugador, porque solo destacaría en edades determinadas, ni para la competición.

SB: En tu adolescencia, cuando tú jugabas en esas pistas senegalesas que estaban en tan malas condiciones, ¿te veías jugador ACB?
S: Ni en aquellos tiempos ni después. Nunca pensé en ser deportista profesional cuando era joven; nunca he tenido eso en la cabeza hasta bien entrada la mitad de mi periplo universitario, cuando empezaba a destacar a la NCAA y veía esa posibilidad factible. En mi familia, el deporte profesional no era ni una meta ni una opción. Era bastante estudioso y tenía mi plan de vida como cualquier joven que tenía muchas direcciones menos el deporte. Pero bueno, al final se cruzó en mi vida y he cogido un asiento principal en este oficio.
SB: ¿Cómo ves el futuro del baloncesto en Senegal?
S: No se están haciendo bien las cosas en muchos sitios. Hablando de Senegal, que es lo que más cerca tengo, hay muchísimas barreras a la hora de intentar cambiar las cosas. Ahora, por ponerte un ejemplo, Boniface Ndong es general manager de la selección desde hace más de un año. Él, aun teniendo el conocimiento necesario y sabiendo todo lo que hay por hacer, el tema está siendo muy complicado porque al final también tratas con los gobiernos locales y hay muchos intereses que se pelean ahí dentro, que no miran siempre por el bien del equipo ni a corto plazo ni a largo plazo. La verdad es que es muy difícil, pero bueno, al fin y al cabo es la particular batalla que tenemos los africanos, especialmente los del baloncesto, para coger con nuestras manos este deporte y procurar que vaya creciendo y que los más jóvenes tengan más oportunidades que nosotros. La mayor diferencia, a día de hoy, es que en España un jugador puede ir a la cantera del FIATC Joventut de Badalona y ya con 6 o 7 años estar en un equipo, en un entorno adecuado aprendiendo a jugar a baloncesto. En Senegal eso no ocurre hasta quizás los 13 o 14 años: eso es una diferencia enorme que hay que intentar recortar.
En Senegal hay muchísimas barreras a la hora de intentar cambiar las cosas
SB: ¿Impotencia?
S: Sí, impotencia como jugador porque como jugador solo puedes cambiar las cosas hasta un cierto punto, y además te lleva a tomar ciertas decisiones muy difíciles como hice yo al no ir con la selección. Básicamente, valoro muchísimo mi verano y lo he utilizado para mejorar y trabajar; no puedo ir con un combinado nacional que va a estar en unas condiciones lamentables y con una organización que no ayuda nada a la mejoría del jugador. Es solo meterte por ahí, exprimirte un poquito y luego, dejar tirados a los jugadores para que ellos solos se busquen la vida.
SB: Vamos terminando. ¿Piensas en la retirada?
S: Con 36 años, si no piensas en la retirada, algo estás haciendo mal [risas] porque puede llegar en cualquier momento y más ahora, que casi nunca lo decides tú. Es una cuestión que tengo muy presente: empecé esta temporada honestamente pensando que sería la última. Por cómo está yendo la temporada, me lo estoy replanteando por la gran marcha del equipo y por lo que estoy disfrutando con ellos. Pero bueno, sé que es algo que está a la vuelta de la esquina. Aparte, también hay infinidad de cosas que quiero hacer en un futuro, y por mucho que se piense que ser deportista de élite es un no va más, lleva también una serie de sacrificios. Sin ir más lejos, tengo toda la familia en Senegal y estoy lejos de mis hijos y demás y bueno, llega un momento en que otros factores que son la carrera profesional que toman más fuerza.
SB: La última. ¿Qué prefieres que suceda antes, la retirada o el segundo triple?
S: Estaría bien subir este total, pero sin fastidiar el porcentaje [risas], así que si tengo que elegir, quizás me quedo con la retirada porque como dicen, hay muchos tiradores, pero no todos son metedores.