Con casi 31 años y 13 temporadas a la espalda, Sergi Vidal es un perro viejo en esta liga que sufrimos y disfrutamos cada año como niños con zapatos nuevos. Tras dos años casi en blanco, ocupando un puesto de lujo en el banquillo del Real Madrid, el pasado verano, el catalán aterrizaba en San Sebastián; en un club, sin duda, mucho más modesto que los que le habían acogido hasta entonces, pero donde se le ha recibido como un rey de reyes mientras protagoniza una de las mejores temporadas de su carrera como profesional.
Quizá sean el País Vasco, San Sebastián, los pintxos de lo Viejo, o el vivir de nuevo en la costa, cerca de la playa que asegura necesitar como agua de mayo; sea como fuere, salta a la vista que esta campaña las cosas marchan viento en popa para Sergi. “Se han juntado varias cosas, la primera de ellas la confianza que he tenido desde el primer momento tanto con el entrenador como con los compañeros; poder sentirme a gusto para ser yo mismo y poder hacer mi juego”, asegura el alero y continúa, “considero que sigo teniendo la misma ilusión que tenía cuando era un chaval. Me sigue encantando jugar y sigo disfrutando lo mismo. Para mí, lo que hago cada día es una satisfacción, y creo que uno de los secretos para que el baloncesto funcione es que la cabeza funcione, que se mantenga esa ilusión. Eso es lo que nos mueve”.
“Sergi está hecho un toro” se harta de repetir Sito Alonso, el técnico del Lagun Aro GBC, cuando se le pregunta por el exceso de minutos que el catalán se ve obligado a disputar cada partido. Salta a la vista que no nos miente, los hechos le avalan. Vidal ha encontrado el elixir de la vida, la piedra filosofal… o eso se rumorea en Gipuzkoa. “Siempre dentro de uno mismo se deben encontrar los retos, las metas, los objetivos a los que te quieres enfrentar… yo hago que me sirvan para mejorar aunque ya hayan pasado muchos años desde mis comienzos”, dice el alero.
Vidal tiene magia. Sus números son de vértigo (11.8 puntos, 4.7 rebotes, 2.6 asistencias y 1.5 robos con 15.7 de valoración); se ha consagrado como el mejor nacional de la liga superando incluso a componentes de la última selección absoluta en su misma posición como Fernando San Emeterio (10.1 puntos, 4.2 rebotes, 2.8 asistencias y 1.1 robos y 12.3 de val.), Carlos Suárez (6.6 puntos, 3.9 rebotes, 1.2 asistencias y 9,3 de val.) o Víctor Claver (5.8 puntos, 3.3 rebotes, 1.1 asistencias, 1.2 robos y 5.4 de val.).
Con estos números, el mejor porcentaje de tiros de tres de su carrera (32/68, 47%) y dejándose el alma en cada jugada, ya son muchos los que alzan la voz en grito para pedir que el de Badalona tenga un hueco en los Juegos Olímpicos de Londres el próximo verano. Él asegura que, “para un deportista unos Juegos Olímpicos son lo máximo a lo que se puede aspirar. Poder estar representando a tu país, en un Europeo, en un Mundial… es sin duda todo un orgullo; significa que estás entre los mejores, pero yo creo que unas olimpiadas van un paso más allá. Son lo más grande”. En cualquier caso, la decisión no es suya, “No depende de mí. Yo tengo, por supuesto, toda la predisposición, las ganas y la ilusión por poder estar allí, pero es una decisión que yo no puedo tomar. En mi mano sólo está el seguir trabajando para el equipo, seguir jugando, intentando hacerlo lo mejor posible en cada partido para que la persona que tenga que decidir eso, sea el entrenador o el cuerpo técnico, pueda llegar a ver algo en mí que resulte de su agrado y confíe en que puedo encajar en el equipo”.
Pero si alguien conoce bien a Vidal y sus posibilidades, ese es sin ningún género de duda, su técnico, “Sergi está preparado para cualquier cosa. Después de dos años en los que no ha tenido la fortuna de participar en la liga, ha vuelto con energías renovadas y no creo que tenga ningún techo. Sería capaz de asumir cualquier papel que le dieran en cualquier equipo, y uno de ellos puede ser la selección, ¿por qué no?” se pregunta Sito Alonso, y añade, “Hay cosas que él aporta que son muy difíciles de encontrar en el minuto a minuto. Tiene una enorme capacidad de entrega en el rebote, en el balón recuperado, en el balón suelto, en la incidencia en la zona con su verticalidad penetrando… eso es muy difícil de encontrar”. Esperemos que no lo pasen por alto.