“Todavía es una perla a la que hay que pulir” afirmaba Boza Maljkovic a principios de temporada. El Real Madrid está seguro de convertir a Sinanovic en la referencia del juego interior merengue en un par de años como mucho.
Una aparición sorprendente
El técnico madridista, Boza Maljkovic, cuenta un relato tan sorprendente como pintoresco. Sinanovic estaba jugando al fútbol cuando le fiché gracias a mi asistente, Kosta Janko.
Era el año 2002 y el ayudante de Maljkovic en el Unicaja, recibió el soplo de que en Bosnia había un pívot altísimo que empezaba a hacer sus pinitos en el baloncesto. El conjunto malagueño reclutó a Sinanovic y éste estuvo medio año viviendo en la Costa del Sol, donde compartió piso con Fran Vázquez. Allí, en cinco meses, aprendió a hablar español y a jugar al baloncesto, un deporte que no había practicado nunca.
Este chico vino de Bosnia, vivía en una montaña y nunca había visto un balón de baloncesto ni una cancha. Cuentan incluso que en la montaña ejercía el pastoreo con cabras.Sinanovic vino a Unicaja y recuerdo que no tenía ni ropa para entrenarse. Los jugadores le llevaron chandal, camisetas, zapatillas… y él se puso a llorar, recuerda Boza.
El draft de la NBA
Su relación con el baloncesto hasta hace cuatro años era inexistente, por eso en la NBA desconfiaron cuando le draftearon en 2003. Cuando salió en el draft los americanos nos pidieron información porque no sabían quién era. Sinanovic no tenía pasado. En la NBA pensaban que era un truco, que no tenía la edad que se decía y que no podía ser que no hubiese datos sobre él, pero no era un truco, cuenta Maljkovic.
Yo he firmado un contrato de cuatro años y sólo pienso en el Madrid, en progresar. ¿La NBA? Puff… queda lejos, es un sueño y ahora no es mi principal objetivo” comentó el bosnio.
Sus condiciones
Maljkovic asegura que tiene talento, muy buena coordinación, una buena velocidad y un tiro muy bueno. Tiene fuerza física suficiente para jugar de espaldas al aro. Además, rebotea muy bien, tapona e intimida. Siendo así, no se explica cómo este año ha jugado sólo 51 minutos. Boza lo atribuye a que no tiene experiencia y al rol que tiene en su equipo ya que hay otros jugadores por encima de él en la rotación.
Me gustaría ser el nuevo Sabonis
A Sinanovic le escogió Portland en el draft de 2003 (número 54), igual que a Arvydas Sabonis 17 años antes (nº 24). El lituano triunfó en el club blanco antes de cruzar el Atlántico en 1995. Le encantaría seguir su camino: “Me gustaría ser un nuevo Sabonis en el Madrid y también en Portland, pero tendré que trabajar y mejorar muchísimo para parecerme en algo a él. De pequeño era uno de los que admiraba”.
Un futbolista de 2,21 m.
El bosnio reconoce que siempre le tiró más el fútbol: Era mi deporte favorito. Jugaba con los amigos de centrocampista por la derecha. Puedo decir que no tenía problemas para rematar de cabeza. Luego cambió de deporte. Me decidí por el baloncesto en 2002, cuando estando en el Ejército en Bosnia, recibí una invitación para entrenarme en un equipo de allí. Tenía ya 19 años.
Nedzad Sinanovic es uno de los fichajes sorpresa de la temporada y el techo de la Liga junto a Roberto Dueñas. Lleva poco más de tres años jugando al baloncesto y en el Madrid confían en que evolucione lo suficiente para que el año que viene sea un jugador decisivo en la competición. “Para eso he venido al Madrid, para aprender y ser el mejor jugador posible. ¿El mejor del mundo? No renuncio a nada y si tengo suerte con la lesiones lo intentaré”.