El verano de Cajasol fue bastante movido. Era el segundo año de Joan Plaza y las intenciones de la directiva pasaban por mantener el bloque para intentar repetir los éxitos de la campaña anterior, teniendo en cuenta que el equipo tendría el honor añadido de disputar la Eurocup. Tras dos de las tres renovaciones pretendidas y el fichaje de Paul Davis y Kaloyan Ivanov, la duda llegó en el puesto de escolta, que hasta el momento había sido ocupado en las malas (la lucha por la permanencia con Comas, Magnano y Pedro Martínez) y las buenas (clasificación para la Copa del Rey y Playoff) por un hombre de garantías como Tyrone Ellis. El norteamericano, con pasaporte georgiano se había ganado a la afición a base de esfuerzo, dando siempre la cara, pero la salida de Louis Bullock del Real Madrid ponía al alcance del club sevillano un sueño hecho jugador, objeto de deseo de varios clubes.
Bullock acabó con la intriga decidiéndose por el Cajasol de Joan Plaza. El jugador ganaba la posibilidad de continuar en ACB dentro de un equipo aspirante a las ocho primeras plazas y que disputaba competiciones europeas con un entrenador al que conocía, donde recuperaría todas las responsabilidades como líder y jugaría una alta cantidad de minutos. El club, por su parte, contrataba los servicios de uno de los mejores tiradores de la competición, lo que sin duda elevaba la categoría de la plantilla como unos pocos años antes había hecho en el puesto de base Elmer Bennett. El problema pasó a ser la continuidad de Ellis, que con la llegada de Katelynas vio cerrado el cupo de comunitarios y sólo podría jugar los partidos de Eurocup. El jugador no lo dudó y terminó fichando por Asefa Estudiantes, siguiendo los pasos de Asselin y Caner-Medley, despidiéndose de la afición con una De la misma forma se despidió Bullock de la afición blanca para cerrar una etapa de seis temporadas y dar paso curiosamente a otro ex cajista, Clay Tucker.
La temporada no pudo empezar mejor para el ya ex madridista. Un triunfo sobre otro clásico de la liga, el DKV Joventut, le servía para enamorar a su nueva afición y apuntar alto. Sus 19 puntos (3/5 en tiros de 2, 3/8 en triples y 4/4 en tiros libres) y 4 asistencias para hacer 19 puntos de valoración hacían presagiar que el jugador no había llegado a Sevilla para abandonarse y que estaba dispuesto a seguir ofreciendo baloncesto de gran nivel. Esa noche, Bullock mejoró su impresionante carta de presentación ofreciendo espectáculo al Pabellón de San Pablo, aliándose con Tariq Kirksay para acabar con el conjunto de Pepu Hernández y arrancando exclamaciones en la grada ante su técnica en el tiro y entradas a canasta. Otros 13 puntos ante el siguiente rival, Lagun Aro, confirmaban su disposición en ataque, con peores porcentajes: 3/7 en tiros de campo, 4/4 en tiros libres y 1/6 en triples. Siguieron buenos partidos ante Meridiano Alicante (17 de valoración), Unicaja (19) y CAI Zaragoza (12) hasta enfrentarse a su irremediablemente eterno rival, el Barcelona. Contra los hombres de Xavi Pascual, Bullock firmó 13 puntos (5/6 en tiros de campo y 1/3 en triples), 3 asistencias y 2 robos para 14 de valoración que no lograron evitar la primera derrota en casa. Si bien no estaba dando los números que se esperan de una estrella, sí ofrecía un rendimiento regular y cierta complicidad con Earl Calloway.
Contra CB Granada llegó su primer bajón. El mismo partido en el que se lesionó Calloway dejó a Bullock con 1/5 en tiros de campo, 0/4 en triples (un total de 2 puntos), números muy bajos en anotación para acabar con -4 de valoración mientras se complicaba la clasificación del equipo para Copa del Rey. El americano se desquitó contra el Gran Canaria (16 puntos sufridos, 2/8 en tiros de campo y 2/5 en triples, sólo firme desde el tiro libre con un 6/8, además de 2 rebotes y 3 asistencias para alcanzar los 15 de valoración), pero no pudo evitar repetir contra Fuenlabrada (1/5 en tiros de 2, 1/2 en triples y 2/2 en tiros libres para 7 puntos, 1 de valoración) y ofreció poca anotación pero un mayor nivel defensivo en la sorprendente victoria de su equipo ante el Caja Laboral: 10 puntos (3/6 en tiros de 2, 1/3 en triples y 1/2 en tiros libres), 2 rebotes y 2 asistencias para 6 de valoración, por los que fueron otros como Satoransky o Katelynas los que tuvieron que hacerse grandes contra el equipo de Dusko Ivanovic.
Con el base titular lesionado, la responsabilidad había caído sobre tres jugadores. Por una parte, el joven Satoransky vio cómo las exigencias del entrenador crecían mientras se fichaba a Bojan Popovic, para no quemarlo con la presión. Por otro, la versatilidad de Tariq Kirksay y la experiencia en ese puesto del propio Bullock hizo que ambos se repartieran minutos para ayudar en la subida de balón, lo que pudo menguar los números del tirador, si bien es cierto que la mayoría de las veces era el alero el encargado de disfrazarse de base. Bullock volvió a brillar con luz propia en la primera victoria fuera de casa de los azules (17 puntos, 19 de valoración) y pareció mejorar anotando 15 puntos en los dos siguientes partidos. Aún así, la imagen que siguió ofreciendo no llegaba a la esperada y la afición de San Pablo no podía dejar de recordar el compromiso de jugadores como Ellis. Si los tiros no entraban, Bullock evitaba esconderse y aumentaba su empeño, se ofrecía y jugaba. Aún así, siguió enganchando malos partidos, respirando sólo de cuando en cuando en Europa. Algunos aficionados no podían evitar impacientarse y cuestionarse por qué tenía que recaer la responsabilidad en Bullock, sobre todo en los momentos decisivos, cuestionando el mismo papel de líder del que nadie había dudado a su llegada. En 15 jornadas disputadas, el especialista en triples ofrecía una media de 3/6 en tiros de 2 y 1/4 en tiros de 3, 12 puntos y 10 de valoración por partido.
Con la visita del Real Madrid a Sevilla, Louis Bullock encontró la oportunidad de demostrar a Messina que se había equivocado (aprovechando que tampoco Tucker había conseguido convencer del todo a la afición madridista). El jugador soñado, presentado por el speaker sevillano como “con el 22… ¡el dios, Louis Bullock!”, intentó meterse rápidamente en el partido y durante los minutos finales se convirtió en los pulmones de su equipo, anotando las primeras canastas y devolviendo los golpes de hombres como Carlos Suárez o Tomic, nuevas insignias del Real Madrid. Sin embargo, a medida que transcurrían los minutos, el jugador no pudo evitar ceder el protagonismo a Paul Davis. Preguntado por el americano en rueda de prensa, Messina señaló que si bien había empezado el partido con mucho orgullo, la mayor parte de sus puntos habían llegado en los minutos iniciales y le deseó un buen fin de carrera. Siguió sin remontar los dos siguientes partidos, caricaturizando su falta de puntería contra Bizkaia Bilbao Basket (1/10 en triples). Posiblemente preocupado por la situación (de las jornadas 14 a 18 su tiro exterior se quedó en un 5/27), Joan Plaza intentó cambiar las críticas de la afición por ánimos, haciendo ver que Bullock necesitaba su apoyo para no perder su propia confianza y volver a convencer.
La reacción del escolta llegó ante Lagun Aro: 17 puntos, 3/5 en tiros de 2, 3/6 en tiros de 3 y 2/3 en tiros libres le devolvían 15 puntos de valoración, fruto del esfuerzo. Contra Meridiano Alicante volvió el killer: 25 puntos (6/8 en tiros de campo, 4/5 en triples), 2 rebotes y 3 asistencias para 25 de valoración. El escolta, sin embargo, no se inmutó en sus declaraciones: “Metí más puntos que otros días, pero no hicimos nada diferente para ello. El partido salió así, era mi día y otro le puede tocar a cualquier compañero. En los momentos importantes de la temporada busco más responsabilidad, siempre dentro del plan de partido del equipo. Juego para ganar”. Finalmente, contra Unicaja, Bullock demostró que tampoco quería faltar al playoff: en esa remontada mágica de 1 minuto de duración, Urtasun capturó el rebote del fallido 2+1 de Davis y se la dio a Bullock para que mordiera desde el triple, casi sin tiempo para armar o pensar. Además de poner los cimientos de la remontada, Bullock firmó 21 puntos y 23 de valoración, volviendo a las actuaciones grandes y determinantes, demostrando no haber perdido el pulso ni la ferocidad. Mientras, participaba en el ascenso europeo de Cajasol hasta hacerse con el liderato, añadiendo grandes actuaciones, de hasta 22 y 24 puntos de valoración. Tampoco entonces fallaba ante los medios, relajando la euforia antes de pasar por encima del Alba de Berlín y certificar el pase: “Necesitamos pensar partido a partido. De esa forma puedes crecer y coger la confianza que se necesita para poder estar en una final. Hay que tener los pies en el suelo. Ahora es el momento de crecer”.
Contra Gran Canaria celebró sus 350 partidos en ACB, disfrutando con su equipo de una plácida victoria con que ponerse séptimos en la clasificación y el mérito individual de ser el quinto jugador de la historia de la liga con más triples anotados. Tampoco carece de mérito su 10º puesto como máximo anotador de la liga (13,2 puntos, líder del Cajasol y seguido por Paul Davis) y 8º en tiros libres (60/69, 13º en porcentaje con un 86,96%) o haber llevado en volandas al equipo por el Last 16 de la Eurocup para pasar a cuartos de final como un digno aspirante al título. Sus últimos partidos lo han llevado a convertirse en escolta del mes dentro del quinteto ideal de Solobasket.
Por delante quedan todavía 12 jornadas, 12 partidos en blanco, incluidas las visitas a Madrid y Barcelona, que esperan la entrada de un tirador que ya forma parte de la historia de la ACB, además de un título en juego como es la Eurocup y al que aspira con la misma intensidad de sus encuentros de Euroliga. Con su dulce regreso a la lista de jugadores determinantes, Bullock ha recuperado su momento y poder determinación. Ahora vuelve a irradiar respeto y tiene la oportunidad de hacer suspirar a los aficionados, vuelve a estar en su mano hacer que dejen de hablar de su retiro para centrarse en su técnica, entonando el único lenguaje válido: su baloncesto.