Se podía cortar la tensión con un cuchillo en Málaga hace un par de semanas. El equipo volvía a quedarse sin disputar la Copa del Rey y no se veían visos de reacción. Unicaja mostraba muchas debilidades en el juego pero, sobre todo, en la mentalidad. Los malagueños han logrado esta temporada grandes victorias en Tel-Aviv y Moscú y ha tenido minutos de gran baloncesto, con los primeros 25 minutos del partido de Euroliga ante el Real Madrid como principal ejemplo de que es un equipo capacitado para plantar cara y vencer a cualquier rival.

Pero esa mentalidad débil le ha provocado muchos problemas. Raro ha sido el encuentro en el que no se ha visto a Unicaja con un bloqueo de 8-10 minutos que le ha hecho encajar parciales que le han costado dilapidar grandes ventajas a favor o encontrarse con encuentros muy encarrilados para su rival. Repesa ha llegado a reflejar este déficit en alguna ocasión, llegando incluso a culpar de estos bloqueos a la afición del Carpena y el ‘rún-rún’ que generaba a la grada ver a su equipo irse del encuentro, aunque lo cierto que los bajones también han sido habituales fuera de casa, léase primer tiempo en Valencia o en Gran Canaria, Bilbao, Vitoria o algunas otras canchas que ha visitado Unicaja este año.

Los malagueños llegaron al parón motivado por la no participación en la Copa del Rey con muchas dudas, con una victoria con mucho sufrimiento ante el Lagun Aro. Jasmin Repesa estaba muy discutido y el calendario ofrecía a Unicaja cuatro salidas de forma consecutiva, dos a Alemania en Euroliga y partidos en las canchas de Estudiantes y Blancos de Rueda Valladolid. Cuatro pruebas de fuego para ver si durante los diez días de parón el equipo velaba armas y lograba reaccionar.

Los números revelan que Unicaja ha ganado en tres de los cuatro encuentros tras la Copa del Rey. Es cierto que las tres victorias han sido con mucho sufrimiento ante rivales teóricamente inferiores y que la derrota ha sido precisamente en el escenario donde no se debía perder, en la pista del ASEFA Estudiantes, rival directo por los Playoff, tropiezo que pone muy complicado para los malagueños poder meterse en la lucha por el título, teniendo que hacer una gran remontada en lo que queda de competición.

Pero la confianza y la seguridad en sí mismos se logran a través de las victorias. Unicaja necesita una racha de resultados positivos para volver a creerse capacitado de seguir creciendo y mejorando para ver si llega a tiempo esta reacción de cara a luchar por no quedarse fuera de Playoff por segundo año consecutivo. Estas victorias han venido sobre todo apoyadas en la mejora de la aportación de los jugadores españoles, que han dado un paso adelante. Sergi Vidal y Fran Vázquez están mostrando sus mejores minutos de la temporada y Txemi Urtasun ha recuperado su tono de comienzo de temporada, después de acusar la exigencia de jugar Liga y Euroliga.

Las dudas surgen después de ver la cantidad de altibajos de Unicaja durante toda la temporada y el hecho de haber sufrido para sacar las victorias de estas dos semanas, por lo que el aficionado malagueño prefiere ser cauto y esperar a ver si estos resultados sirven para que el equipo empiece a resurgir o haya sido un nuevo espejismo de la eclosión de Unicaja, como ocurrió tras las victorias ante Maccabi, Barcelona Regal o CSKA Moscú, de las que se esperaba que fuesen un punto de inflexión y terminaron siendo el inicio de una mala racha de resultados. Ahora llegan tres rivales de tronío al Carpena de forma consecutiva, Zalgiris, Uxue Bilbao Basket y Panathinaikos. ¿Se verá a Unicaja seguir mejorando o volverá otro bajón? En Málaga esperan que sea la primera opción, pues el equipo malagueño no tiene más margen de error si quiere salvar la temporada.