Unicaja se dió un festín en este encuentro gracias a doblegar al Caja Laboral por un marcador contundente (93-72) y mostrando una de sus mejores imágenes de la temporada, sumando otro buen resultado al cosechado en Turquía ante el Anadolu Efes en Euroliga para ganar confianza de cara al final de temporada, donde los malagueños deben conseguir meterse en la lucha por el título.

Se esperaba que Caja Laboral podría dejarse ir en el encuentro, con la cabeza puesta en el partido de Euroliga del próximo jueves y su menor necesidad en la Liga Endesa, cómodos en la segunda posición de la tabla. Sin embargo, los baskonistas tuvieron una mejor puesta en escena. Unicaja cometía cuatro pérdidas en sus primeros cinco ataques y las diferencias se les ponían peligrosas a los locales en el arranque (0-8 a los 3 minutos, 5-17 a los 6 minutos).

Entonces sonó el despertador de Unicaja. Los dos triples de Sergi Vidal y el de Marcus Williams fueron el inicio del cambio de ciclo del encuentro. De ese 5-17 se pasó a un 31-20 mediado el segundo cuarto, nada menos que un parcial de ¡26-3!. ¿Qué había cambiado? Simplemente la actitud.

Unicaja creció en su defensa, no encontraba soluciones el Caja Laboral, y sus pérdidas y errores eran castigadas por los malagueños, que salían como flechas hacia el aro rival y anotaban con facilidad. Una técnica sobre Tabak puso la diferencia en 19 puntos (45-26) pero al menos el técnico baskonista conseguía despertar a sus hombres unos instantes, para que anotasen un parcial de 0-8 que les daba aire, aunque el electrónico daba quince puntos a su favor Unicaja al descanso (51-36).

En el inicio del tercer cuarto, el nivel de acierto de los vitorianos aumentó. Comenzaron a entrarles los triples y surgieron algunas dudas en Unicaja pero, por suerte para los malagueños, su ataque no se resintió y no bajó su ritmo anotador. Curioso que Unicaja lograse superar la veintena de puntos en todos los cuartos, algo que es noticia en un equipo que es el segundo peor ataque de la Liga Endesa.

El partido murió con la lesión de Fabien Causeur. El francés estaba siendo junto a San Emeterio la única fórmula ofensiva del Caja Laboral y su retirada dejó cojo a los vitorianos. Y como los malagueños no bajaban el ritmo, la diferencia no hacía más que aumentar.

No ocurría igual en Unicaja. Vidal durante el primer tiempo, Simon en el tercer cuarto, Panko y Zoric desde el inicio hasta el último cuarto, había muchos recursos por parte de Unicaja para sumar, su confianza era plena y se creían capaces de todo. Y la amplia diferencia sólo sirvió para que la afición del Carpena reconociese a sus jugadores el gran encuentro, aplaudidos en cada cambio, con mención especial al cariño otorgado a Luka Zoric, y haciendo la Ola para celebrar la gran victoria de Unicaja (93-72)