Será difícil defender la candidatura del Basquet Manresa a la próxima edición de la Liga Endesa. Ofreció muy poco en el primer partido de su nuevo entrenador, Pere Romero, en el Congost ante el equipo más joven de la competición: 13 puntos y a remolque en todo el primer periodo, poca voluntad de sus interiores y poca pericia ante la defensa rival, intensidad a medio gas y una defensa que permitió muchos tiros sin oposición a su rival. Ante todo, un inicio muy flojo que ya no supo enderezar y se sometió a la motivación sevillana por hacerse un sitio entre los ocho primeros puestos.

Arrancó el partido con Bamforth caliente, bomba y triple para dar impulso a los visitantes, pero el verdadero daño lo hicieron los locales en defensa. Los brazos en alto y firmes para mitigar la necesidad de La Bruixa d’Or, dos tapones seguidos de Porzingis y muchas carreras para quemar pronto el aro rival. Robó Satoransky y se lució con un mate a media vuelta. Después fue Balvin el que lo agitó a dos manos para desesperación de todo el Nou Congost  (02-17). Los triples de Kouguere y Eriksson reanimarían parcialmente al equipo local, que no se atrevía a ir más allá de la orilla porque a cada pérdida respondía Cajasol con una bandeja y, justo cuando logró sumar desde 6.75, despertó Willy Hernangómez para matar una y otra vez (08-21).

Los sevillanos rebosaban confianza frente a un planteamiento que no funcionó hasta entrado el segundo cuarto (13-27). Aún así, Hernangómez trató como quiso a los Arteaga y Asselin, mordiendo bajo los aros una y otra vez. A otro triple de Eriksson contestó con más intensidad, y justo cuando parecía que despertaban los manresanos interceptó un balón para dejar su quinto mate. A duras penas, los locales alcanzaron los 30 puntos al descanso (32-47). No pudieron hacer más.

Con la relajación del Cajasol, los de Pere Romero intentaron un nuevo asalto entre las intermitentes apariciones de Monroe y un triple de Ljubicic. Ahora sí que se atrevían los interiores locales con la pintura. Los triples de Mata y Landry reanimaron a los visitantes y volvieron a escapar hasta los 21 de ventaja tras la bandeja de Franch, pero insistió Larsen desde 6.75. Con dos nuevos triples recortó antes de entrar en el último cuarto, y Giannopoulos aprovechó un rebote ofensivo para asomarse a la remontada (54-67).

Hasta aquí pudo llegar La Bruixa d’Or. Con las mismas facilidades del primer cuarto que dejaba la defensa manresana, Satoransky acudió al rescate y Landry palmeó un balón antes de que “Billy” volviera a hacerse hueco, porque el aro era suyo. Arrancó un ir y venir que no benefició al equipo local, entre Asselin y Porzingis, Eriksson y otra del gigante león, antes de que Urtasun accionara el detonador desde el perímetro (60-82). Buscó Monroe su canasta y de todos se escapó Radicevic para sacar el 2+1. Eriksson forzó un triple como un suspiro, y rugió otro de Bamforth. Otra vez Monroe y otro triple de Urtasun, cogía aire a gritos Manresa y pisaba Cajasol. De nuevo brilló Radicevic para anotar mientras sacaba la falta, y al cuarto triple de Eriksson cayó el de Porzingis. Justo aquí terminó el partido, asomados los sevillanos a los 100 puntos y dejando en peligro la categoría de un Nou Congost que ya puede pensar en su próximo rival: UCAM Murcia.