Tras el frío y la tormenta, la calma. Tras los viajes largos e intempestivos, la pausa de lo doméstico, el calor de lo casero, lo manso y dócil de lo conocido. Vuelta a la Liga Endesa de las menos exigencias para el Barça Lassa y de las posibilidades para hacer rodar un equipo en pleno crecimiento. Y si es ante un equipo que pone todas las facilidades sobre la cancha, mejor que mejor. En el día de hoy, a pesar de las amenazas de tempestad y borrasca, todo fue calma para el más doméstico de los Barça Lassa.
Y para lidiar con las fluctuaciones de las isobaras, quintetos rarunos para empezar el partido, avisando a navegantes después del primero tropiezo serio de la temporada, con Oriola, Pangos y Blazic entre los cinco locales y galones para el joven Alocén en el mando visitante. Y le sentaban mejor los cambios a esta nueva versión de Barça, apretando como acostumbra detrás para un temprano 11-0 de parcial con hasta tres triples acertados. Se le venía grande el Palau al joven diamante maño que era sustituido por McCalebb tras el necesario tiempo muerto de Fisac. Suya precisamente sería la primera canasta visitante para cerrar el terrible parcial de inicio, pero seguía sin enterarse del partido Tecnyconta Zaragoza y el enésimo rebote ofensivo local permitía a Oriola poner un 15-2 después de 5 minutos. Espoleados quizás por el frío ruso, los de Pesic se afanaban en su oficio detrás, para dejar a los visitantes en unos discretos nueve puntos e irse hasta los 25, con hasta cinco canastas desde detrás del arco, al finalizar los primeros diez minutos de juego.
En el vaivén que supone para Pau Ribas esta temporada se le venía de cara el partido y se asomaba al acta como máximo anotador, para disparar la ventaja por encima de la veintena y sólo 11 minutos jugados (30-9). Se le comenzaba a acabar el partido a un errático Tecnyconta, que circulaba a menos de punto por minuto. Como un buen funcionario que hace el cometido encomendado, se le caían los puntos a este Barça de sábado doméstico y el tercer triple sin fallo de Ribas avecinaba muchos minutos para el basurero de la intrascendencia (39-12 min. 15). El flow estaba hoy en el lado blaugrana. Y cuando el balón no entraba, la sangría del cierre del rebote visitante jugaba con los nervios de Fisac, para dar una, otra y la enésima oportunidad de anotar a los dueños del pabellón. Hasta 15 rechaces robaron del aro visitante en la primera parte (casi tantos como defensivos) para amenizar la fiebre del sábado noche a base de triples (10/24 por tan sólo 17 tiros de dos intentados) y calmar las primeras tempestades.
Intentaba activar Fisac a sus jugadores y resguardar su rebote con una zona 2-3 rota al tercer intento por Blazic para seguir descosiendo el marcador (55-21). Se empeñaba el esloveno en romper los planes del entrenador visitante para estos veinte minutos de suplicio, aunque delante ya los maños pasaban del punto por minuto para sumar 30 en los primeros 25. Hacía tiempo que la trascendencia del partido se fijaba en la cifra final de triples del Barça Lassa y a ello que se ponía Kuric con dos seguidos, ante la defensa de brazos caídos maña. El decimoquinto lo hacía Ribas para asomarse a los cuarenta de ventaja, que redondeaba Oriola con un tiro libre (74-34 min. 28).
El @FCBbasket Lassa suma y sigue. Esta vez, con un 2+1 de @KPangos que bajó con hielo
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Ya con las manos en los bolsillos, relajado sólo en eso, Pesic mandaba a parar la intensidad para que McCalebb hiciera algo de maquillaje y los jugadores locales se divirtieran intentando alcanzar el record de triples. Así discurría un último cuarto completamente intrascendente y largo, muy largo para unas huestes mañas que hasta mal encajaban la derrota, sobre todo en la figura de su pivot Justiz con un feo gesto sobre Tomic. De ahí al final, paz para los de blanco y minutos para las últimas rotaciones locales, que esas, todavía están bastante marcadas en la cabeza del serbio capitán.
Finalmente no habría ni record de triples, ni de máxima ventaja, acabando la cosa en un más discreto, pero abultado 99-55. Qué más le dará eso a Pesic, que ha cubierto con nota alta el primer revés de la temporada, cuando ya se avecinaban las primeras borrascas venidas del frío otoño moscovita. Tras la primera tormenta, todo fue calma doméstica para el Barça Lassa.