Volvió a ocurrir. El Real Madrid de Pablo Laso se alzó con su tercera Supercopa consecutiva. Tras su caída en la final de la Liga Endesa 2013-14, volvió a acercarse a la imagen que ofreció en la última Copa del Rey: superior ante un Barça que intentaba acercarse, aunque esta vez llegaron menos argumentos por parte del equipo azulgrana. 

Atentas y entonadas las defensas, un triple lejano de Rudy abrió el marcador. Maniatado, pero más despierto que durante buena parte de su Copa del Mundo, Tomic pudo ayudar a sumar a su equipo mientras Llull atravesaba la pintura y sacaba el 2+1. El menorquín dirigía a placer, sorteaba sin demasiada dificultad sus marcajes y no dejó pasar la oportunidad de adelantar al Real Madrid, ya fuera desde 6.75 o en carrera (19-08). Estaba tardando en activarse los engranajes ofensivos del Barcelona, sin más referente que el pívot croata. Para cuando Lampe o Huertas hicieron acto de presencia, Llull seguía castigando con sus triples. Por contra, el perímetro azulgrana no funcionaba. Reyes y Bourousis asestaron sus puñaladas en la pintura y un nuevo triple de Rudy ensanchó las heridas (29-14). 

 

Un triple de Deshaun Thomas empezó a acercar al Barça. Con Lampe dispuesto a reactivar la lucha por el rebote y asaltar trincheras, el alero de Indiana anotó su segundo triple y Pablo Laso tuvo que pedir tiempo (32-24). La reacción de los catalanes llegó por medio de estos dos cambios en pista, que a la vez se encontraron con otro que normalmente suele implicar la dosis necesaria de alquimia: el Chacho metió su canasta y sirvió la de Bourousis ante un rival igual de efectivo, pero ahora más musculoso. Entre una escapada de Oleson y las cargas de artillería pesada, el equipo azulgrana fue dando pasos hacia delante y recortando una distancia que el largo brazo de Gustavo Ayón volvió a alejar en apenas un minuto. Oleson desde 6.75 volvió a pedir aire en la recta final del segundo cuarto, pero el regreso de Llull a la pista dejó una nueva canasta sobre la bocina que certificaba la superioridad blanca al descanso (49-39).

Con los mismos argumentos de la primera mitad, insistió el Real Madrid. Con nuevos triples de Rudy y Nocioni, y otra vez confiado a Sergio Llull, la nave blanca reimpulsó la diferencia. Esta vez sí que respondieron los tiradores del Barça, y entre Abrines y Navarro se reajustó el marcador (59-49). Lo que no lograron reavivar a golpe de muñeca fue el ritmo del partido, así que Rudy aprovechó para sorprender con una entrada y Sergio Rodríguez robó un balón de los que provocan el enfado en el banquillo rival mientras Thomas se descubría de nuevo remando en solitario (67-53). 

Fue reanudar el juego y volver a robar el ChachoAnte el bajo nivel de energía y concentración de su rival, reanimado por Tomic nada más entrar en el último cuarto, el base canario tomó el testigo. El acierto exterior del Madrid ya quemaba, en manos de Rudy o Bourousis, y a cinco minutos para el final del partido, tras una entrada meteórica de Llull, la distancia no se había movido (85-71).

Oleson recuperó opciones desde 6.75, pero sus compañeros no lograron seguir esta nueva senda y Rivers rápidamente la cerró, también por fuera. Con este último tiro bajó los brazos el FC Barcelona, pero Bourousis se encargó con un triple frontal de rematar al eterno rival (93-74). A falta de dos minutos, todo lo que pudo plantear el equipo catalán llegaba tarde. El camino hacia el trofeo ya estaba más que claro.