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Ganar o morir. Así era el partido que disputaban Valencia Basket y Barcelona en el quinto partido de las semifinales de la ACB y así se lo tomaron los bases de ambos equipos, sobre todo Marcelinho Huertas. El brasileño quiso desquitarse de su mal partido el jueves y anotó los siete primeros puntos del Barça. En Valencia Basket, Sam Van Rossom y Oliver Lafayette sumaban las canastas para demostrar que el ritmo de partido era superior al visto en el Palau Blaugrana. El intercambio de golpes se mantuvo durante el cuarto. Los bases perdieron un protagonismo que empezó a llevarse Justin Doellman. Doellman superaba con facilidad a Bostjan Nachbar y a Maciej Lampe y con cinco puntos consecutivos estiró la diferencia a cinco puntos. Tras el tiempo de Xavi Pascual, Juan Carlos Navarro anotaba su primera canasta con su típica bomba, pero Valencia Basket continuaba acertado y no dejaba que le dieran la vuelta al marcador. Un alleyoop de Joey Dorsey acercó al Barcelona a solo dos puntos al final del primer cuarto (20-18).
En el segundo cuarto, Valencia Basket puso una marcha más al partido gracias a la irrupción de Romain Sato. El centroafricano fue protagonista en las dos partes de la pista. Primero al cometer una falta antideportiva sobre Kostas Papanikolaou que el Barcelona aprovechó para colocarse a solo cuatro puntos. Antes, Ante Tomic seguía errando tiros libres pero se desquitaba con seis puntos consecutivos. Valencia Basket continuaba anotando y Pascual puso una zona 2-3 que de poco sirvió, pues Lishchuk la rompió en el primer ataque y Doellman anotaba desde el poste alto. Y de nuevo, focos para Sato. Esta vez fue un excitado Papanikolaou el que cometió falta antideportiva sobre el alero taronja. Sato anotó tres de los cuatro tiros libres, pues recibió falta de tiro antes, y en el ataque sumó otros dos puntos que ponía +11 a Valencia Basket. El partido se estaba rompiendo y Pascual que no lo veía claro. Por suerte para el Barcelona, Marcelinho Huertas y Dorsey anotaron para bajar de diez la diferencia al descanso (43-34).
Con todo lo ocurrido en la primera parte, las estadísticas dejaban dos noticias. La primera, que Marcelinho Huertas había jugado los veinte minutos. La segunda, que Valencia Basket ganaba en rebotes 22 a 16 al Barcelona.
Tras el paso por vestuarios, el Barcelona se hizo fuerte en la pintura y no solo con sus pívots. Tomic y Lorbek enseñaban el camino y Álex Abrines y Navarro los acompañaban con penetraciones. En una de esas, Navarro sacó un 2+1 casi imposible que dejó al Barça a solo tres puntos. Valencia Basket había encontrado el hueco también en la pintura, pero la superioridad interior era para los culés. Para frenar el roto de la zona, Perasovic puso una zona que fue contestada rápidamente por un triple de Huertas. Los taronja, a individual y ahí, Tomic se hacía grande y sumaba ya 12 puntos. La relación de amor odio entre el tercer cuarto y Valencia Basket volvía a verse por la Fuente de San Luis. Una penetración de Marcelinho Huertas y dos tiros libres de Abrines pusieron por delante al Barcelona a falta de 40 segundos. Valencia Basket estaba tocado y podía verse hundido si no reaccionaba a tiempo (57-61).
En el último cuarto, Valencia Basket necesitaba a un revulsivo si quería seguir en partido y lo encontró con Romain Sato. Sato, de dulce, tomó la responsabilidad y empató el encuentro, pero Tomic y Huertas, los dos mejores jugadores del Barcelona, frenaron a los taronja. Lo paraba Perasovic y el partido, en apenas cuatro puntos. Pero el problema de Valencia Basket estaba en el ataque. Había dejado de encontrar jugadores abiertos ante la defensa del Barcelona y los tiros ya no entraban, el tiempo pasaba y el Barça se sentía a gusto. Tuvo que volver Justin Doellman a pista para intentar apretar el marcador y con una canasta daba vida a aun Valencia Basket que defendía de nuevo en zona. Con el paso de los minutos, Ante Tomic seguía anotando en una pintura taronja rota. Rafa Martínez reactivó a su equipo con un triple, pero Huertas volvía a anotar desde la pintura. El Barcelona había encontrado un filón y no lo iba a desaprovechar. Pero si algo caracteriza a este Valencia Basket es su carácter luchador. No dejaba de intentar conseguir la machada pese a los golpes en la zona y Van Rossom acertó desde más allá desde el 6,75 para dejar a solo dos puntos la diferencia. Quedaban 45 segundos y el partido, en un puño.
El Barcelona pudo sentenciar el partido, como no, con una canasta de Tomic, pero esta vez no acertó ante la defensa de tres hombres que se encontró y Valencia Basket, con opciones de ponerse por delante. Van Rossom lo intentó con un triple, pero erró. El rebote, para Valencia Basket. Responsabilidad para Doellman, que también erró. El rebote, para Valencia Basket. Responsabilidad para Sato, que esta vez no erró y puso el empate en el marcador. Quedaban once segundos y el balón, para el Barcelona. Marcelinho Huertas, el hombre del partido, quiso el balón para él, superó a toda su defensa y anotó la canasta que ponía al Barcelona en la final. El lanzamiento de Huertas se coló en la red cuando el tablero se iluminaba. El Barça estaba en la final. Misma historia que en el segundo partido (75-77).

Serhiy Lishchuk, que salió lento a la ayuda, terminó llorando tras el pitido final. Pero nadie quiso recriminar nada en la Fuente de San Luis. El sueño taronja se había desvacenido en solo un segundo. La canasta de Romain Sato hacía que el partido tuviera tintes de prórroga, pero la exhibición de Marcelinho Huertas tenía que terminar a lo grande.
La afición esperó a que salieran sus jugadores a vestuarios para agradecer el trabajo hecho. Mientras, el Barcelona hizo lo mismo con los seguidores desplazados hasta Valencia. La final era para los de Xavi Pascual, que habían mantenido la cabeza fría en los últimos segundos.