La igualdad inicial entre Zaragoza y Fuenlabrada no pudo resultar más engañosa. Los de Fisac arrancaron el partido muy pegados a su plan inicial, con ataques cortos y muy dinámicos y Fuenlabrada fue encontrando respuestas n el arranque hasta el 10-10. Ahí apretaría su defensa Zaragoza y empezaría a sumar errores Fuenlabrada, lo que se traduciría en un parcial de 0-9 que ya dejó a Fuenlabrada en el alambre con apenas 5 minutos del primer periodo transcurridos. Pronto Zaragoza se colocaría de manera cómoda en el doble de tantos y llegaría a sumar una renta superior a los 20 puntos justo sobre la bocina del primer período con una suspensión de Seibutis que ponía broche a un primer cuarto casi perfecto para Zaragoza, con un 83% de acierto tanto en la corta (10/12) como en la larga distancia (5/6), 35 tantos, un Okoye que ya sumaba 10 tantos resolviendo sus situaciones en catch & shoots muy rápidos y cerrando colectivamente muy bien atrás el rebote, con 10 capturas por las 5 de un Fuenlabrada que lanzó con un 32% de acierto.

Ese nivel de juego pudo seguir replicándolo Zaragoza sobre todo en los primeros cinco minutos del segundo período ante un Fuenlabrada en el que Cuspinera seguía tocando teclas y probando rotaciones hasta dar con una en la que su equipo no hacía tantas aguas en defensa. En esas, Zaragoza ya se escapaba a 23 tantos (17-40), su máxima en el partido. Esa consistencia atrás anhelada por Cuspinera la encontraría finalmente al menos de manera parcial con Kravtsov, Kemp y Eyenga echando el cerrojo a la zona. Con la mejora física que esos tres nombres suponían atrás para Fuenlabrada, los locales lograron frenar el ritmo con el que Zaragoza iba aumentando su renta para dejar esta en 14 tantos al descanso.

La reanudación hoy cambiaría casi todo lo que se había visto en el partido, aunque lo haría dando continuidad a lo que se había visto en los últimos cinco minutos del segundo cuarto. Y esto es, sobre todo, gracias al buen nnivel defensivo que Fuenlabrada pudo encontrar y a que Eyenga pudo jugar y correr las transiciones. Los locales firmaron un 17-5 de parcial que les dejaba en partido otra vez (56-58) y Eyenga firmaba 11 de sus 18 tantos hoy en esos minutos. Lo que no logró hacer Fuenlabrada es terminar de romper esa barrera de la remontada que es terminar de colocarse por encima en el electrónico. Zaragoza logró que lo de Cuspinera jugaran más ataques estáticos y con menos espacios y ahí no estuvieron acertados Rowland, Marc García o Popovic. Este último se convertiría en protagonista en los minutos finales del tercer cuarto con cuatro faltas en los últimos tres minutos de juego, la última en una acción sobre la bocina en la que Okoye intentaba levantar un triple desde la línea de personal de su propio campo y que suponía la expulsión de croata.

Con ese ánimo caliente se entró a un último cuarto al que Zaragoza volvía a llegar con una renta superior a los 10 que fue administrando de manera más o menos cómoda hasta el minuto 35. Un triple de Okoye para el 70-83 sería la última acción cómoda y en control para los de Fisac. Entraron en juego entonces para Fuenlabrada la personalidad de Rowland, que sellaría 7 de sus 9 tantos en el último cuarto y, sobre todo, el dinamismo de un Maurice Kemp que en los últimos cinco minutos del partido supo estar en todas partes para Fuenlabrada, llegando a sumar 14 tantos, 3 rebotes y 2 tapones que lograron colocar a Fuenlabrada a un tanto (86-87), con dos tiros libres para Kravtsov, con un margen de 2 faltas hasta llegar al bonus y con 51 segundos por delante. A partir de ahí, nada salió del todo bien para los de Cuspinera: Kravtsov fallaría uno de los tiros libres y Zaragoza lograría, en una acción en marañada, enganchar varios rebotes ofensivos hasta que Bo McCalebb lograba sacar una falta de tiro a Tomás Bellas. El base anotaba el primero y lanzaba el segundo a fallar. El rebote lo agarraría Kemp y se lo entregaría a un Rowland que, tras esquivar a varios rivales, conseguía levantar un triple que entraba en la canasta, pero no en el tiempo de partido.