Gran inicio de partido de ambos equipos, con el Unicaja desplegando su habitual arsenal ofensivo con Jaime, Wiltjer y Shermadini como referentes, y sobre todo de un Breogán cuyo ataque no le tenía nada que envidiar al malagueño, con Jerome Jordan asociándose a la perfección con Cvetkovic, y tomando su primera ventaja tras los cinco primeros minutos (10-12). La entrada de Salin dotó de tiro exterior al Unicaja, que cerró el primer cuarto por delante (22-16), tras mejorar su defensa sobre el bloqueo directo de Jordan.

El ritmo de posesiones rápidas continuó en el segundo cuarto, pero el acierto disminuyó, seguramente porque tanto Luis Casimiro como Natxo Lezkano optaron por meter a la segunda unidad en sus equipos. Por parte local, Brian Roberts encontraba el camino del aro con tiros de media distancia desde la bombilla, que permitieron al Unicaja distanciarse ligeramente (29-20, min 15), hasta que Cvetkovic enchufó dos sensacionales triples (uno en contraataque, el otro con step back incluido) para volver a recortar (29-26, min 16). Casimiro devolvió a su estrella, a Jaime Fernández, y el madrileño respondió liderando un parcial 10-2 para Unicaja, llegando al descanso con un 39-28 para los locales. Tuvo sus primeros minutos de la temporada Viny Okouo, siempre por detrás en la rotación de Shermadini y Lessort, y respondió con una canasta tras rebote ofensivo. 

El marcador reflejaba menos puntos que en otros partidos de Unicaja, en un reflejo de la mejoría atrás de los hombres de Casimiro. No obstante, al mismo tiempo su nivel de acierto se había reducido bastante en este partido, con Lessort desaprovechando multitud de oportunidades de anotar debajo de aro, y Wiltjer y Salin errando triples liberados. El Breogán jugó a gran nivel en este tercer cuarto, con Alec Brown más acertado que en la primera parte, Jordan anotando en la pintura, y Redivo penetrando al aro, hasta el punto de recortar la diferencia hasta 2 (50-48, min 29). Los hombres altos visitantes proveían una constante fuente de rebotes ofensivos y, por ende, de segundas opciones, lo cual les daba opciones de acercarse en el marcador a pesar de no tener buenos porcentajes de acierto. Carlos Suárez anotó tres tiros libres para el 53-48 que cerró el tercer cuarto, pero los lucenses habían metido el miedo en el Carpena. Había partido a falta de diez minutos. 

No se rindió el Cafés Candelas Breogán, que en defensa consiguió parar durante muchos minutos el torrente ofensivo del Unicaja, y en ataque cargó con energía el rebote ofensivo, con unos inconmensurables Gerun (9 rebotes, 5 ofensivos), Brown (10, y 5 en ataque) y Löfberg (9 rebotes, 3 en ataque). Redivo anotó un triplazo para ponerse a 5 (59-54), y esa fue la tónica hasta el final del partido: el Unicaja se estiraba, el Breogán se acercaba pero sin llegar a completar la remontada. Lo único que le faltó al cuadro de Lezkano fue un killer que diera el sorpasso a un Unicaja que jugó a un nivel por debajo de lo habitual. Un killer que sí tiene Unicaja. Sí, Jaime Fernández, cuyo tremendo final permitió al Unicaja respirar (78-72 fue el marcador). 24 puntos, 7 asistencias, 9 faltas recibidas y 35 de valoración para el madrileño, que se ha establecido como la gran revelación de la temporada.