Fiesta de final de temporada en el Palacio de los Deportes de Madrid. Cerraba el año el clásico duelo de canteras en un partido intrascendente que se preveía como un espectáculo para disfrutar del baloncesto. Ya en los primeros compases, la falta de tensión competitiva propiciaba el juego ofensivo, que se vivía, por parte madrileña como una exhibición de talento individual (7 puntos seguidos de Clark, 9 de Kuric) en tanto que los hombres de Maldonado comenzaban a hacer circular el balón, dirigidos magistralmente por Oliver, para anotar los primeros triples aprovechando la floja defensa de sus rivales.

En el segundo cuarto, la salida de un explosivo Corey Fisher al campo rompía el partido. Los verdinegros comenzaron un auténtico recital ofensivo que los locales eran incapaces de seguir. Todos sus hombres contribuían al ataque, y de hecho, tan solo Álex Barrera se quedaría sin anotar al final del partido. Ni siquiera la vuelta a las canchas de Germán Gabriel conseguía hacer entrar en el choque a los hombres de Vidorreta, que se fueron al vestuario con 58 puntos encajados.

Moses Ehambe se echaba el equipo a las espaldas a la vuelta de vestuarios, consiguiendo mantener la diferencia en torno a los 20 puntos y martilleando desde el perímetro aun en la segunda mitad. Solo la clase de Kyle Kuric parecía ser capaz de penetrar la intensa defensa badalonesa, que acabó de rematar el partido con la vuelta al parquet de Corey Fisher.

Tras superar los 100 puntos, una hambrienta Penya quería más. Un triple de Ehambe igualaba el récord de lanzamientos triples anotados en la Liga Endesa. Poco después, en el último minuto, Álex Suárez anotaba desde el 6,75 para batir el récord. Y, quién si no, Corey Fisher, cerraba la hazaña y la temporada con un 3+1 desde el centro del campo a falta de 4 décimas de segundo.