La AmeriLeague era el centro de muchas conversaciones en el mundillo del basket norteamericano. De la nada surgía una competición con base en Las Vegas con una propuesta que podía poner el solfa el monopolio de la D-League como liga secundaria para todos aquellos que quisieran ganarse un puesto en la NBA.
Ocho iban a ser los equipos en participar en una primera edición para la que la competición ya había reclutado a ex NBAs como Josh Selby, Terrence Williams, Dajuan Wagner, David Harrison, Antoine Wright, Royce White, Al Thornton o Joe Crawford. Estos jugadores iban a contar con sueldos de entre de 150.000-200.000 dólares por tan solo tres meses de competición, aunque la media de las nóminas de otros nombres más modestos iban a estar entre los 10.000-20.000 dólares. En cualquier caso, cifras superiores a las que se pagan en la D-League, que no superan los 25.000 dólares por seis meses de trabajo (para conocer mejor la D-League, no se pierdan los lectores este magnífico trabajo publicado en la web Basket Americano). Incluso se hablaba de poder reclutar en el futuro a los mejores jugadores de instituto con cebo en forma de ofertas de hasta 2.5 millones de dólares. Pero algo olía a podrido en todo este proyecto.
A pocos días del draft de la competición, se ha conocido a través de medios de comunicación como la ESPN que el Director Ejecutivo de esta nueva competición, que se hacía denominar Cerruti Brown, es un estafador con antecedentes oscuros. Su verdadera identidad es la de Glendon Alexander, nacido en 1977 y que fue en su pasado jugador de la Universidad de Oklahoma State. En su historial, robo a ex compañeros de Universidad, jugadores de la Liga de Beisbol y otros casos de estafa. Con la caída del "cerebro" de la competición, queda saber si esta idea quedará en el olvido, en falsas promesas que han hecho caer en sus redes a decenas de jugadores.