Ayer a la mañana Andre Ingram (1.91m), 32 años y jugador de los South Bay Lakers de la G-League (Liga de Desarrollo de la NBA) llegaba a las instalaciones de los Lakers para su reunión de final de temporada. Lo que ni él ni nadie esperaba es que tras 6 años con la franquicia afiliada de South Bay y casi 10 en la G-League, los Lakers le ofrecieran un contrato para disputar con ellos los dos últimos encuentros de temporada regular en la NBA.

Tras llamar a su mujer y decirle que hiciera las maletas, Ingram se preparó para entrenar con la primera plantilla bajo las órdenes de Luke Walton y debutar con los Lakers anoche frente a Houston. El debut de Ingram con la franquicia angelina no fue uno cualquiera sino que Andre consiguió19 puntos (la quinta mejor marca en un debut con la elástica púrpura y dorada) y anotó 4 de sus 5 intentos de triple (récord de la franquicia en un debut) para levantar a todo un pabellón que le aclamaba con gritos de "MVP…MVP…".

El propio Kobe Bryant, toda una leyenda angelina, tuiteaba al final del encuentro su alegría por el debut de Ingram y su actuación ante los Rockets. Ingram ocupa el segundo lugar en la clasificación histórica del partidos jugados en la liga de desarrollo con 384, apenas 16 menos que Renaldo Major que ostenta el récord con 400 encuentros disputados. En sus 10 años en la G-League, Andre Ingram tiene el récord de más triples anotados de la historia de la competición y ha promediado 10 puntos y 3 rebotes por encuentro en su carrera.

Tras el encuentro de anoche fueron muchos los compañeros y entrenadores que se acercaron a felicitar a Ingram. "¿10 años eh? Vaya debut, vaya debut", le decía Luke Walton en el vestuario, haciéndole entrega del balón del partido. 

El propio Kyle Kuzma, una de las sorpresas y sensaciones de la temporada Laker expresaba en Twitter su admiración por su nuevo compañero. Una de esas historias que parecen hechas a medida por la NBA, una competición que más allá de resultados y highlights a menudo nos regala estos relatos humanos tan inspiradores.