Antoine Walker fue uno de los jugadores más carismáticos de la NBA durante finales de los 90 y comienzos de la primera década del siglo XXI. Ganador de la NCAA en 1996 con los Wildcats de Kentucky, llegó a la mejor liga el verano de ese mismo año , tras ser elegido por los Celtics en la 6ª posición del draft. En la franquicia verde formó con Paul Pierce una pareja inolvidable durante un buen número de temporadas.

De aspecto poco atlético, desde la posición de 4 era capaz de hacer de todo sobre una cancha de baloncesto: anotar en la pintura o desde el perímetro, rebotear, asistir… su talento para el juego era ilimitado.

En la franquicia de Massachusetts disputaría 7 temporadas, las mejores de su carrera profesional. Fue All-Star en 1998, 2002 y 2003, siendo su mejor temporada (en cuanto a números) la 2000-2001, en la que promediaría 23.4 puntos, 8.9 rebotes y 5.5 asistencias por encuentro. De la mano de Pierce y Walker, los Celtics llegarían a las Finales de Conferencia en 2002, en las que caerían ante los Nets.

El duo mágico de Boston se rompió en 2003, cuando Antoine fue traspasado a los Mavericks. Ya nunca volvería a ser el mismo. Sería un jugador útil en la franquicia texana e incluso pieza importante en los Heat que ganaron el anillo en 2006. Pero para entonces vivía ya una prematura decadencia, dejando la liga en diciembre de 2008, tras ser cortado por los Grizzlies.

El mejor Walker en Kentucky y Boston:

Desde entonces, mucho se habló de sus problemas económicos, debido a un estilo de vida alocado, una serie de malas inversiones y por mantener a un buen número de personas a su cargo. Se especulaba que había dilapidado una fortuna de nada menos que de 110 millones de dólares.

Las últimas noticias que tuvimos de él fue su corta y decepcionante experiencia en la pasada edición de la Liga de Puerto Rico, defendiendo los colores de los Mets de Guaynabo. En Puerto Rico disputaría 12 encuentros, promediando 12.4 puntos y 8.9 rebotes. Se mostró muy fuera de forma y  renqueante de una lesión, por lo que fue cortado por el equipo boricua.

El pasado verano intentó su vuelta a la NBA, participando en el training camp de los Bobcats, pero no tuvo suerte. Pero Walker, a sus 35 años, no ceja en su empeño de volver a ganarse una plaza en la NBA. En diciembre de 2010 lograba un puesto en la plantilla de Idaho Stampede de la NBDL y las cosas no le marchan nada mal. En 32 partidos disputados firma unos promedios de 16 puntos, 5.7 rebotes y 3.4 asistencias. ¿Volverá a tener una última oportunidad en la mejor liga del mundo? ¿Pasará el tren de la NBA por su estación? Él que tuvo retuvo. Un día fue grande. Su talento sigue intacto, aunque no así su físico.Ojalá logremos ver a Antoine volver a renacer de sus cenizas como el Ave Fénix.

Antoine Walker en su debut con los Idaho Stampede: