La noticia más inesperada y nostálgica que podía golpear estos últimos días, sobre todo si has celebrado 5 anillos en los últimos 20 años, ha llegado hoy. De la mano del protagonista, sin euforia, "sobredosis mediática" y en una tranquila entrevista desde la calma y la seguridad de su casa. Así ha decidido Tony Parker anunciar su retirada del baloncesto profesional. Al más puro estilo Spur'. Y es que una temporada fuera de casa no sirve para olvidar rutinas grabadas a fuego en el interior.
"Si ya no puedo ser Tony Parker, si ya no puedo pelear por un anillo, ya no puedo seguir jugando al baloncesto."
Así, pausado y con buena letra, se despide un hombre con orgullo de lo que ha hecho durante 18 años al otro lado del charco. Según dice, al igual que afirmó Wade hace unos meses, le queda gasolina y fuerza para dos temporadas más en la competición profesional, y su objetivo era llegar a las 20 campañas, pero no era buena idea aplazar lo inevitable. Eso sí, admite a "The Undefeated" (el medio que ha elaborado la entrevista) que todo se ha adelantado debido a esta última temporada de Charlotte.
It’s with a lot of emotion that I retire from basketball, it was an incredible journey! Even in my wildest dreams, I never thought I would live all those unbelievable moments with the NBA and the French National Team.
— Tony Parker (@tonyparker) 10 de junio de 2019
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Alejado de sus dos hogares, de sus dos familias, era el momento de seguir adelante. Y quizá por esto, por esta afirmación y estas palabras, resulta difícil de comprender, a la par que doloroso, que haya vivido sus últimos 56 partidos portando y defendiendo honradamente una tela que no se creía que fuera a ser la última que llevase como jugador de la NBA. Aunque la búsqueda de nuevos retos, de un cambio, y de salir de la famosa "zona de confort" en la que lleva inmiscuído desde que Tim Duncan no le dirigiera la palabra en sus primeros entrenamientos en San Antonio, explican esta decisión.
Deja atrás, sin manchas, borrones o tachaduras en su expediente, una larga lista de logros que le sitúan como el mejor base de la historia de los San Antonio Spurs, uno de los mejores europeos de la historia de la NBA y con un currículum que le asegura una entrada "express" en el ranking de mejores bases de la NBA, de siempre, aunque el orden lo dejamos a su elección.
- 4 veces campeón de la NBA (2003, 2005, 2007, 2014)
- MVP de las Finales de la NBA (2007)
- 6 veces All Star (2006, 2007, 2009, 2012, 2013, 2014)
- 3 veces 2º All-NBA Team (2012, 2013, 2014)
- 1 vez 3º All-NBA Team (2009)
- All-Rookie Team (2002)
- 1 oro en el Eurobasket (2013)
- 1 plata en el Eurobasket (2011)
- 2 bronces en el Eurobasket (2005, 2015)
Y, además de todos estos títulos colectivos e individuales, unas estadísticas que son de auténtica leyenda. Y es que, entre los jugadores activos, es el 5º con más partidos disputados, el 7º en minutos completados, el 3º en asistencias repartidas y el 9º en puntos. Además de estar en el top 50 histórico de puntos (19473), en el top 20 de asistencias (7036) y en el top 35 de partidos (1254). Y, como punto definitivo, es el único jugador (según Basketball Reference) en superar los 19000 puntos, 7000 asistencias y 1200 partidos y hacerlo en menos de 47000 minutos (los de Stockton y Payton), haciéndolo en poco más de 38000 más en concreto.
Pero sería una incorrección centrar el legado de Tony Parker, al igual que con cualquier jugador que viva rodeado del aura y de los valores de la franquicia de las espuelas, en función de unas estadísticas puestas en una hoja de Excel, pues él es más. Es saber hacer, es equipo, es mirada al horizonte, es paciencia y control del nerviosismo, es conocimiento del baloncesto, y es baloncesto en sí.
Se va uno de los más grandes de este siglo y, como añadido personal, no puedo hacer más que darle las gracias y desearle mucha suerte en sus próximas batallas como presidente del ASVEL francés.