José Manuel Calderón
X.S. Año importantísimo el de Calderón. Acabando su contrato inicial, su rendimiento es fundamental a la hora de poder decidir qué situación elegir el próximo verano. Pero me centraré en la actualidad, donde continúa con el mismo rol del pasado curso, saliendo desde el banquillo mas jugando minutos de calidad. Creo ver siempre en los Raptors insistencia por parte de Mitchell en intentar desbordar desde la posición de base, buscando que la defensa se cierre y que este tenga opciones tanto de terminar en individual como de doblar el pase para lanzamientos cómodos desde el exterior, algo que Calderón realiza bastante bien. Siguen con las carencias de los interiores en la continuación del bloqueo y eso provoca que en muchas ocasiones Calderón y Ford deban forzar más de lo necesario.
El extremeño me sorprende continuamente con su progresión en el juego. Además de una tremenda facilidad en la penetración, ha mejorado notablemente su lanzamiento de media y larga distancia, lo que le convierte en mucho más difícil de parar. Quizás deba dar más aún en defensa, donde no destaca por encima de la media NBA, mientras los momentos de locura que provoca TJ a los contrarios hacen que sea más que difícil el poder incrementar su tiempo en cancha.
A.M. El base extremeño tiene por delante una temporada crucial. Está en último año de contrato y si continua con su progresión va a ser un jugador muy cotizado el verano que viene, con lo que tiene toda la pinta de que obtendrá un contrato multianual muy interesante. Calderón está en el mejor momento de su carrera, y se ha consagrado como uno de los mejores bases suplentes de la Liga, pero lo mejor es que no deja de evolucionar en su juego. Su sustancial mejora en el lanzamiento exterior le ha convertido en un jugador muy peligroso en ataque, y que aporta en múltiples facetas del juego. Poseedor de una ética de trabajo admirable, el base es el sexto hombre de los Raptors, y un jugador muy valorado por Sam Mitchell. El único aspecto negativo de Calderón es, curiosamente, que el base titular de la franquicia canadiense también posee un gran nivel y está en continua progresión. No obstante, mi percepción es que los Raptors deberían hacer lo posible por mantener al español en el equipo, para asentar una gran pareja de bases, con un magnífico presente y mejor futuro. Novias no le van a faltar a Calderón a final de temporada, a buen seguro proposiciones con un rol de titular y muchos minutos de garantía. Veremos qué ocurre entonces.
I.G. Iba a decir que este debe ser su año para ganarse un gran contrato el verano que viene, pero posiblemente no necesite ni quitarle el puesto al ogro Ford para conseguirlo. Diría que Calderón afronta esta temporada con los deberes hechos o casi terminados si nos ceñimos exclusivamente a los aspectos económicos, pero salvo que el lector sea pariente de Sprewell, digo Calderón, no creo que sea lo que más le interese.
Los Raptors afrontan una temporada complicada, en parte por haber puesto un techo tan alto el año pasado, y me gustaría comprobar cómo reaccionarían si al llegar el break del All Star, no se atisba un resultado similar. Pero si nos centramos en Calderón, su gran reto esta temporada debe ser mantener el nivel. ¿Por qué? Porque si bien en otros aspectos de la vida el es más difícil mantenerse que llegar resulta casi obsceno, en el deporte no. Ya al finalizar la temporada pasada las defensas controlaban más sus penetraciones, algo que en teoría será constante durante la actual y por lo que Calderón está obligado a seguir lanzando bien de cinco-seis-siete metros si quiere seguir siendo un factor desde el banquillo, recuerden las palabras de Mitchell: Las dos únicas posiciones cuyos titulares están grabados en piedra son la de base y ala-pívot. Y no me parece especialmente malo para Calderón.
D.V. Calderón es, Gasol al margen, el jugador español que goza de una mayor estabilidad dentro de la liga. Está clara su posición de segundo base dentro de los Raptors, siendo el jugador más importante del banquillo canadiense. Incluso se está afianzando como uno de los bases suplentes más importantes de toda la NBA. Precisamente el hecho de ser un híbrido entre titular y suplente es uno de sus puntos a favor en el desarrollo de los encuentros, como ya se ha podido ver en el comienzo de esta temporada (abusó de Darrell Armstrong en el paseo de los Raptors frente a los Nets). Pocos bases suplentes pueden salir bien parados en el duelo ante el extremeño.
Lo ideal sería que se convirtiese en un contrapunto de TJ Ford, ofreciendo algo distinto a las virtudes del tejano, algo que lleva haciendo en cierta medida desde la temporada pasada: solidez, sosiego, una dirección más cerebral e incluso notable presencia física. El éxito de la temporada en Toronto depende en buena medida del rendimiento de los dos bases; no puede volverse a repetir el naufragio que sufrieron el año pasado frente a Jason Kidd en Playoffs, al menos si quieren repetir título de división y hacer algo más que meterse en postemporada.
J.T. Muy buen inicio de temporada en el que mantiene el excelente estado de forma que ya demostró en el pasado Eurobasket, donde, a mi juicio, fue el mejor jugador. No obstante, su status dentro del equipo sigue siendo el mismo que el del año pasado, es decir, suplente de T.J. Ford, lo cual tampoco impide que el de Villanueva de la Serena se muestre como un jugador decisivo para los Raptors, aunque de no coincidir con un base como Ford, seguramente jugaría más minutos. No acabo de entender por qué Sam Mitchell prácticamente no utiliza la opción de jugar con los dos bases. Por lo demás, el extremeño sigue creciendo como jugador, es impresionante la progresión de su tiro exterior desde que llegó a la NBA.
A.A. Si Sergio Rodríguez y Jorge Garbajosa salieron mal parados del Eurobasket, la figura de José Manuel Calderón salió más reforzada que nunca.
El trabajo incansable en el tiro del que nos llegaban noticias veranos atrás volvió a dar sus frutos y esta vez de manera espectacular. La tímida mejoría en el lanzamiento de seis metros que mostró durante la temporada pasada desembocó en un acierto descomunal en el tiro exterior, alcanzando porcentajes que en ocasiones rayaron lo absurdo por irreal.
Tanto fue así que abandonó sus labores de base para convertirse en un anotador puro, pasando de ser la cuarta opción en ataque de la selección a rivalizar en peso con Pau Gasol. Obligado o no por las circunstancias, la realidad fue aquella, pero ahora es tiempo de volver a su particular batalla con TJ Ford en territorio canadiense.
Conviene recordar que éste es un enfrentamiento con balas de goma, un cara a cara del que siempre saldrán vencedores los Raptors. El extremeño y el tejano forman, aún a pesar de muchos, la mejor pareja de bases de la NBA. La suya no es una distinción entre titular y suplente, sino una distinción de cometidos. El de Calderón, en este caso, es el de estabilizar el partido, trabajar el marcador desde un ataque más sosegado.
La diferencia este año estará, como ya se vio recientemente ante los Nets, en que sus progresos en los quehaceres más puramente ofensivos le permitirán también revolucionar el partido con arranques anotadores.
La suya no es una batalla ganada. Y tampoco perdida. Porque es ficticia.
M. Desde el año pasado, la situación de Calderón ha permanecido básicamente inalterada. Sin que ninguno sea una estrella, tanto Ford como Calderón están ofreciendo un rendimiento muy satisfactorio, cada uno dentro de su estilo. Aunque es muy probable que Ford permanezca de titular ya que su estilo parece acercarse más a lo que busca Mitchell, Calderón va a seguir gozando de muchos minutos porque como alternativa es igualmente eficaz. En principio, parece que su trabajo con el tiro sigue dando sus frutos y el ex del TAU se va convirtiendo cada vez más en un jugador extremadamente fiable cara al aro. La cuestión candente sobre Calderón es que termina contrato esta temporada. ¿Qué va a pasar? Es probable que los Raptors intenten renovarle (se habla de $5 millones) considerando su buen rendimiento y las persistentes dudas sobre la salud a largo plazo de Ford, pero el español se ha convertido en una pieza cotizada en la NBA y podría recibir ofertas muy suculentas, sea como agente libre o en un sign and trade.
Jorge Garbajosa
A.M. La temporada ha comenzado de una forma complicada para Jorge, que ha visto como la llegada de Kapono y Delfino le han relegado a un rol casi marginal en la rotación. Desde la franquicia aún se tienen ciertas dudas sobre su estado físico, lo que unido a su falta de acierto en los tiros está provocando que Garbajosa pise pocos minutos la cancha. No obstante, el madrileño es un jugador de equipo, muy inteligente y que sabe esperar su momento. Personalmente pienso que, al igual que en la temporada pasada, éste llegará y Jorge acabará formando parte de la rotación habitual de Mitchell que sabe de la importancia de Jorge a la hora de equilibrar al equipo-. La confianza en sus propias posibilidades se antoja muy importante, ya que cada vez está más complicado ganarse un sitio en estos Raptors.
I.G. Un verano muy convulso que puede marcar la carrera de Jorge Garbajosa en la NBA. Esta sería la frase que utilizaría si me pidieran un atto-análisis. Veremos cuándo Garbajosa está a buen nivel físico, o veremos cuándo consideran los técnicos de los Raptors que Garbajosa está a buen nivel físico, que para el caso es lo mismo. Veremos si para cuando llegue ese momento, la rotación de los Raptors no está ya marcada, si los resultados son buenos o no, y si no se produce ninguna lesión importante. En cualquier caso hablamos de un titular de la temporada pasada que tendrá opciones de recuperar su status en el equipo, pero supongo que los Raptors tomaron nota de que Jorge Garbajosa era de pequeño de la selección española. Lo digo porque si me pongo en la piel de un dueño, entrenador, manager o aficionado de los Raptors, miraría con mejores ojos a aquellos jugadores cuyo compromiso con los Raptors no sembrase dudas. Y no, Garbajosa no está entre ellos.
D.V. El 26 de marzo de 2007 ha podido marcar para siempre la carrera de Jorge Garbajosa. Suena duro, pero a día de hoy es innegable. Después de que FEB y Toronto Raptors se pasasen la preparación para el Eurobasket jugando al gato y al ratón, con el resultado que conocemos todos (¡cómo se han portado los de la Mutua, Itu!), el torneo no resultó ser la reconciliación esperada del madrileño con el baloncesto. Se le veía más lento, con menos decisión, temeroso por momentos y un poco fuera de ritmo; lógico, por otra parte, al reincorporarse tras casi seis meses sin jugar.
El hecho es que parece que son problemas pendientes de solucionar, una vez que ya ha empezado la temporada. Sam Mitchell dice que no ha recuperado la confianza y que sigue sin ser el mismo de antes de la lesión y que hasta ese momento no recuperará la importancia pasada. Y así está el panorama: si Garbo se recupera tanto física como mentalmente, será uno de los exteriores importantes de los Raptors, aportando lo de siempre: defensa, tiro exterior, inteligencia y cierta versatilidad (sobre todo atrás). A fin de cuentas, es mejor jugador que Delfino y Kapono, sus rivales en la posición de tres, aunque el tiro exterior de este último le convierte en un complemento más que útil para determinados momentos de partido.
J.T. Hay cosas de Sam Mitchell que son difíciles de explicar. Se ha deshecho en elogios con el de Torrejón durante todo el año e incluso hace alrededor de un mes dijo que Jorge sería su tres titular, pero a los pocos días de esto, le acusa de estar en baja forma. Total, que Garbajosa ha quedado relegado a un papel casi marginal en la rotación. Supongo y así lo espero que se trata de algo temporal y quiero creer que son problemas físicos lo que mantienen a Jorge casi fuera de la rotación. Porque ni Kapono ni Delfino ni Graham me parecen soluciones para el puesto de alero y si bien Garbajosa es un parche (no nos engañemos, ha sido un cuatro toda su vida), por su defensa y su tiro exterior me parece la mejor opción para Toronto.
A.A. La plata del Eurobasket puede acabar teniendo un sabor mucho más amargo del que tuvo en su momento. Presentado el seguro, los Toronto Raptors se lavaron las manos en el asunto de Jorge Garbajosa en el torneo continental, pero comenzada la temporada son ellos quienes tienen ya la última (y única) palabra.
El de Torrejón de Ardoz forzó, dicen, más de lo debido para estar presente en el Europeo de Madrid. Cegado por su empeño en tomar parte en tan especial cita, desoyó las recomendaciones de disminuir el ritmo y (las más alarmistas) las de someterse a una operación para reparar su pierna.
Más que una pretemporada de cara al año NBA, su participación con la selección española fue la constatación de que Garbajosa no estaba en plenas facultades. Pese a que no hay condición física que iguale su inteligencia sobre el parqué, y a pesar de no haber destacado nunca por su físico, sí resultó evidente su falta de ritmo, maquillada en ataque y descubierta en defensa, donde fue incapaz de seguir o siquiera aguantar al rival.
A ello hay que sumar la llegada de Carlos Delfino y Jason Kapono, el uno intenso en defensa y hasta el momento acertado en ataque, y el otro un tirador de tres nato. Y a la ecuación hay que añadir el crecimiento de un Andrea Bargnani que demanda cada vez más minutos y protagonismo.
Como resultado, nos queda un Jorge Garbajosa que, a día de hoy, sólo disfruta y por poner un verbo de minutos marginales. Será su trabajo volver a hacerse imprescindible, pero hasta entonces, a terminar de recuperarse y a pagar por el Europeo.
M. Considerando que Toronto ha cambiado poco o nada su estructura, cabría esperar que del mismo modo el papel de Garbajosa sufriera pocas modificaciones: Kapono entra por Peterson, Joey Graham no terminó de cuajar (especialmente en playoffs), Humphreys sigue siendo un jugador muy secundario y lo que progrese Bargnani probablemente impacte más en Nesterovic. Sin embargo, el elevado precio pagado por Kapono prácticamente le garantiza la titularidad, con lo que el triple poste que representaba la presencia de Garbajosa junto a Bargnani y Bosh ha dejado de ser la primera opción. Ya el año pasado jugaban muchos minutos con un esquema más convencional, pero el buen arranque de Delfino podría terminar por certificarlo. En estas primeras jornadas apenas está actuando, quizás debido a serias dudas (más bien certezas) sobre su estado físico; cuando se recupere completamente veremos si se sigue manteniendo la opción táctica del triple poste o Garbajosa se queda solamente como hombre alto suplente.
Sergio Rodríguez
X.S. Con Sergio tengo un problema, y consiste en que siento auténtica debilidad por su juego, pero creo entender los problemas por los que pasa.
Se encuentra en una franquicia en total reconstrucción, además con la referencia principal perdida para toda la temporada por lesión. Comparte posición con un jugador experto como Blake, de quien declararon desde la franquicia haberse equivocado cuando se marchó; con un jugador que hizo una campaña pasada más que correcta como Jack, y con el RoY del año pasado, Roy, de quien se piensa que podría dar un buen resultado como base y es probable que lo prueben en esa posición a lo largo de la temporada.
La baja de Oden perjudica al canario, pues le impide destacar en uno de sus puntos fuertes, la lectura del pick&roll con alguien determinante al lado, y es cierto que ha dejado muestras en muchos partidos de precipitación, inconsistencia en el tiro, y claros problemas en defensa.
Pese a todo, no deja de resultar curioso cómo gurús (¿frikis?) de la estadística como Hollinger o Friedman analizan con bastante bondad lo que aportaba al juego de su equipo el pasado año. También es cierto que, en ocasiones, se trataba simplemente de minutos de la basura, y eso relativiza aún más las conclusiones que se puedan sacar.
Debe dar un paso adelante, aprovechando que habrá minutos para todos los componentes de la plantilla, e imponerse como referencia en ataque. De lo contrario, ocupará el fondo del banquillo durante gran parte del curso. Sería una lástima.
A.M. Seguramente el español que más negro lo tenga y no sólo por el color de la camiseta de su equipo- este curso. Y es que, a pesar de la debilidad de los Blazers en el puesto de base, McMillan sigue sin depositar una confianza habitual sobre el base canario, que ve como Jarrett Jack y Steve Blake copan los minutos de Point Guard en la rotación. Como ven, no es que la competencia sea feroz, pero la falta de confianza del propio Sergio tampoco ayuda a que sus minutos aumenten. Al menos desde la franquicia se sigue confiando en su evolución, lo que es importante a la hora de no ponerse excesivamente nervioso con la situación. Lo único que le queda a Sergio es trabajar al máximo, progresar en su juego algo que no ha hecho en los últimos tiempos- y aprovechar las pocas oportunidades de las que parece va a disponer. Porque las ideas de McMillan parecen reticentes a dar cancha al español a no ser que haya contratiempos en forma de lesiones. Será entonces cuando Sergio tenga su oportunidad… y más le vale sacar partido de ella.
I.G. 82 partidos. Sí, no llegan a los 162 del beisbol pero son más de cinco veces los 16 del football. ¿Qué quiero decir? Que todos salvo muy contadas excepciones- los jugadores tienen sus oportunidades, y está en sus manos aprovecharlas. Sergio Rodríguez tendrá sus oportunidades. Eso sí, no pidamos oportunidades infinitas para nuestro jugador filia y solo una para nuestro jugador fobia, porque se empieza por ahí y se termina plasmando en el de enfrente (entrenador habitualmente) nuestras miserias.
El año pasado comenzó como tercer base y terminó como segundo. Esta temporada de nuevo ha vuelto a ser el tercero con la llegada de Steve Blake, pero a poco que aproveche sus oportunidades subirá de nuevo un escalón, aunque no tengo yo muy claro si adelantando a Jack o a Blake. O quizás suba los dos, y es que no me sorprendería demasiado si al finalizar la temporada tenemos a Jarret Jack fuera de los Blazers y a Sergio Rodríguez como titular.
D.V. Paciencia. Sergio se encuentra en una situación difícil de mejorar de cara a su desarrollo como jugador en la NBA. No es que esté en un entorno cómodo para su evolución, pero lo cierto es que hay pocos sitios imaginables donde las circunstancias pudiesen ser más favorables. No obstante, pese a que los Blazers todavía no tienen exigencias deportivas, McMillan es un entrenador que detesta perder. Lo detesta lo suficiente como para no tirar una temporada de antemano en pos del desarrollo de los jóvenes. ¿Qué significa esto para Sergio? Que si no es competitivo, no jugará.
Sus rivales en la dirección del equipo tampoco son dos genios de esto. Jack y Blake no dejan de ser dos jugadores sumidos, con todos los respetos, en la mediocridad. Si a algo apuntaba Sergio Rodríguez durante su formación, era justamente a ser lo opuesto: un jugador eléctrico, capaz de revolucionar un partido y, sobre todo, de ser muy determinante. Claro está, para poder demostrar esto tiene que convertirse en un jugador cuanto menos aceptable en defensa, algo que no sólo es cuestión de actitud. Conjugando una mejora defensiva y más madurez en ataque, los minutos acabarán llegando. Y más vale que lleguen; a estas edades, pasarse un año prácticamente dos, en este caso- sin jugar puede cortar la progresión del más pintado.
J.T. Es un año muy difícil para el canario, en teoría desplazado en la rotación por Steve Blake, uno de los fichajes de los Blazers para esta temporada. No obstante, ha tenido minutos en los dos primeros partidos de la temporada y lo ha hecho bastante bien, lo cual es muy importante; no va a tener, en principio muchas oportunidades, pero si aprovecha las que le ofrezcan, como parece que está haciendo, irá haciéndose un hueco mayor en el equipo. Su mejor arma, el ser un base arriesgado e imaginativo, contrasta con la sobriedad de la pareja Jack-Blake y por ahí le pueden llegar las oportunidades, pues Portland no tiene jugadores de su corte.
A.A. Sergio Rodríguez afronta un año muy complicado en Portland, Perogrullo dixit. Si ya el año pasado le costó ganarse los minutos y la confianza de Nate McMillan, este año se encuentra con la llegada de otro base, Steve Blake, y las siempre jugosas declaraciones de su entrenador antes del comienzo de temporada.
La contratación del base de Maryland supone una mala noticia para Sergio, y no precisamente por el nivel de juego que pueda desplegar, sino porque es un base muy del gusto de McMillan. Frente a la rapidez, la imaginación y el desenfreno del canario, aparece la sobriedad de Blake. No es un base que vaya a hacer más de lo que se le pida, pero sí seguirá al pie de la letra cuanto le sea requerido. Al igual que Jack y a diferencia del Chacho, no creará juego ni opciones en ataque más allá de lo evidente. Son dos bases de sota, caballo y rey, y ante ellos Sergio Rodríguez deberá jugar sus cartas.
Pero la nota negativa es que sus cartas ya vienen marcadas desde el verano, donde su actuación con la selección española fue desacertada en el mejor de los casos. Sergio llega en un momento bajo de forma, por lo que primero deberá luchar contra él mismo para enfrentarse a los otros dos en igualdad de condiciones.
Y es que, pese a todo, la famosa declaración de intenciones de McMillan no hay que tomarla como dogma de fe. Si el año pasado sugirió que la liga de desarrollo sería un buen destino para Sergio Rodríguez, este año le han colocado como cuarto base y, por extensión, fuera de la teórica rotación. Pero si el año pasado Sergio no se marchó a Anaheim para hacer compañía a Majic Dorsey, es de esperar que esta temporada todo vuelva a quedar en un toque de atención.
Es a Sergio a quien le toca responder.
M. Se avecina otra temporada gris y de trabajo para Sergio Rodríguez, especialmente con el fichaje de Blake. Sergio parece ya fijo como tercer base, y sobre todo como proyecto de futuro a muy largo plazo: en la franquicia todos parecen tan convencidos de su potencial como poco impresionados por el rendimiento que puede ofrecer a día de hoy. Incluso los minutos de la basura pueden terminar yendo a Green, un jugador de nivel muy discreto pero del perfil esforzado que gusta a los entrenadores en general y a McMillan en particular. Actuaciones como las que engarzó la
temporada pasada deben convertirse en norma, y para ello tiene que ganarse los minutos con trabajo físico y mejora defensiva. Tiene de plazo esta temporada y, con suerte, la que viene; más allá está el waiver wire, que creo que es un alambre desde donde se saluda.
¿Y vosotros? ¿Qué opináis?