San Antonio y los sorprendentes Hornets lideran la Southwest. Lakers y Celtics han tenido un buen arranque. Orlando y Atlanta se encuentran entre los mejores, y hasta los Warriors tienen balance positivo (+3). ¿Y Miami? El llamado a ser "gallito de la temporada" lleva cuatro derrotas en 11 partidos. ¿Equipo en construcción o poco baloncesto más allá del trío mágico? Nuestros colaboradores os dan las claves de este frío inicio otoñal de Miami.

Xesús Serrano

Xesús Serrano¿Pasa algo extraño en Miami? Es la pregunta que todos nos hacemos, y mi respuesta es “de que no”. La primera derrota ante Boston entraba dentro de lo normal, la de los Hornets se ve que tampoco es para llevarse las manos a la cabeza, y todo cambió ante los Jazz. Pero hagamos un inciso, ya que en el primer tiempo del partido ante Utah se vieron muestras de por qué deben considerados claros aspirantes al anillo: una capacidad de defensa exterior sensacional en anticipación y capacidad de romper el sistema del rival y una definición extraordinaria en ataque gracias a la presencia de Wade y LeBron. La remontada de los Jazz crea inseguridad y se ponen de manifiesto los puntos débiles: un rebote ofensivo deficiente y la defensa interior insuficiente. ¿Hay que preocuparse? Yo no lo creo, pues nos encontramos ante un conjunto remozado en fase de pruebas. La gran capacidad en las ayudas de Dwyane y James pueden minimizar la recepción interior de los postes rivales, mientras sus estrellas siguen el proceso de identificación que debe hacer mejor el grupo aprovechando las ventajas que generan. La presión es grande y hay defectos, sin duda. ¿Quién no los tiene? Sí me sigo preguntando el motivo por el que se hizo casi imprescindible para Riley la renovación -agotando el escaso espacio salarial restante- de un Haslem a quien se ven los defectos sin un pívot grande al lado, difícilmente “arrejuntable” con Bosh y cuya presencia en cancha se verá limitada por la de Chris.

Andrés Monje

NOMBRESoñar con batir el 72-10 es realmente bonito. Pero en Miami, este curso, interesan aspectos más terrenales. El triángulo Wade-James-Bosh apenas está dando sus primeros pasos, circunstancia que requiere análisis y paciencia para explotar adecuadamente la enorme baraja de posibilidades que ofrece. La rotación, con roles claramente marcados y siempre directamente dependiente de sus cabezas visibles, se encuentra aún conformándose, buscando la fórmula que encuentre su mejor rendimiento. Los resultados, nunca alarmantes, no preocupan en absoluto. Los Heat –en construcción, no olvidemos– ya han mostrado, de forma sorprendente para su poca cohesión temporal, destellos de un nivel defensivo potencialmente glorioso, con una imponente lectura de la defensa de ayudas. Pendientes del rebote defensivo, aspecto que sin duda deben pulir, y de una correcta integración ofensiva, Miami es un bloque todavía tan tierno como permanentemente aterrador para el rival.

Meej

MeejPara bien y para mal, los Miami Heat son y serán el tema de la temporada. De momento lo son por sus dificultades para ganar partidos, concretados en dos derrotas claras contra los Celtics, otra contra los Hornets y una espectacular remontada de los Jazz, además de una victoria ajustada sobre los Raptors. Mientras, en el lado positivo sólo cuentan con un par de victorias con autoridad frente a Suns y Magic. Aunque las críticas se han centrado en Chris Bosh y su difícil ajuste, lo más preocupante a largo plazo es lo limitado de su plantel de secundarios. En teoría necesitaban de ellos tiro exterior, rebote, defensa interior y exterior; pero sólo parecen haber cubierto bien lo primero. Sufren defendiendo a los bases rivales, Joel Anthony es móvil pero carece de un físico dominante mientras que Ilgauskas es un regalo para el pick’n’roll del rival. Es probable que consigan mejor aportación de Bosh, y que James y Wade dejen de cederse el turno mutuamente. Pero no pueden permitirse llegar a playoffs con esos agujeros en defensa.

Juan Carlos Serrano

Juan Carlos SerranoUn aspecto olvidado en “The Decision” fue la filosofía, las señas de identidad respetables de la franquicia Heat: competitivos desde la defensa, con rigor en la preparación física. Siempre ha sido así con Riley, que el Showtime también vio la mejor defensa zonal de la historia. Chris Bosh no se enteró y su poco trabajo de pesas con la mudanza nos lo ha presentado flojo, con un déficit de energía que explica que Spoelstra le castigara en el cuarto período contra Toronto. El balsámico Phoenix calmó la herida al permitir buscarle por primera vez, pero ese juego al poste parece insuficiente; que LeBron sigue sin saber jugar allí, con lo bien que vendría ante Pierce. Es parecido en defensa, sin intimidación pero con el movimiento y actividad que imbuye James. Con él llegaron en ataque todos esos espacios para triplistas (lástima que Jones no tenga más lateralidad, aunque sabía forzar cargas) o pívots abiertos a cinco metros, que los defensores seguirán a James en cada pick and roll. La alternancia de la pegada Wade-James, tan fuerte como cabía esperar, no ha mostrado conexiones entre ellos más allá de algún desmarque bajo el aro por pura rapidez, o ese mano a mano que colocaba el 97-87 ante Raptors, la mejor jugada que han enseñado y que queremos ver ampliada. De lo poco potable de la comparsa, y reclamado por los críticos, el tobillo de Chalmers no justifica su despiste e imprecisión.

José Navas

NOMBRESi tuviera que pensar un titular para el rendimiento de los Heat de este inicio de temporada sin lugar a dudas sería “no es tan fiero el león como lo pintan”. Miami a mi entender es una plantilla mal confeccionada. Sí, vale, tienen a LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh, pero no dudando del nivel que puedan dar estas tres grandes estrellas de la NBA la preocupación principal de este equipo viene desde varios frentes, una la posición de base, Carlos Arroyo es un “comparsa” en la pista, su labor es meramente testimonial, ¿subir la bola?, para eso está LeBron. El otro punto preocupante es sin duda su juego interior. A Miami les falta contundencia en sus hombres interiores; solo hay que comparar el juego interior con los Celtics y veremos que la ecuación es fácil. De momento los Celtics les han ganado los dos partidos a los Heat, pero si de verdad un equipo como este tiene en mente ganar el título de momento a día de hoy están claramente muy por debajo de Boston y un peldaño por debajo de Orlando. Erik Spoelstra tiene mucho trabajo por delante. Mucho trabajo, y la sombra de Pat Riley -si los resultados o el juego del equipo no mejora- cada vez será más y más alargada.