El curso pasado, Los Angeles Lakers no tuvieron la oportunidad de contar en su equipo con Pau Gasol y Andrew Bynum. La llegada del primero desde Memphis se producía después de que el joven center cayese lesionado, por lo que no pudimos ver jugar a ambos simultáneamente hasta esta temporada.
¿Ha afectado el jugar junto a Bynum al juego de Pau? De ser así, ¿cómo? Nuestros colaboradores nos muestran su opinión
Juan Carlos Serrano
Uno se va cansando de que los anillos justifiquen todo. ¿Sería un fracaso si Gasol no gana el campeonato con estos Lakers? Pues sí, nos lo venderían como tal y ya no tendríamos que buscar más explicaciones. Una excusa magnífica para ese deporte que tanto gusta: el no analizar su figura tontamente intocable. Realmente es más complejo el asunto. Incluso si lo gana, puede que tampoco haya un éxito total. En la Final de Pekín, el debilucho Howard agarró del cuello a Pau y lo tiró al suelo. Hay que ser muy peligroso para merecer tamaña consideración de un Dream Team. No parece una mala evolución para aquel larguirucho, ¡alero de 2.15!, que nos maravilló en el poco tiempo que estuvo en la ACB. Pero en la NBA no ha alcanzado ese mismo estatus, con el mal sabor de boca de no poder ejercer de verdadero jugador franquicia para Memphis. Ser un secundario en Los Angeles hace más difícil la observación del fenómeno. En esta liga no hay tantos problemas de espacios como en el basket europeo y el perfil buscado para los cuatros sigue siendo eminentemente interior, aunque con suficiente versatilidad como para encarar o amenazar con el tiro. Con la perfecta edad de 28 años, a Pau se le ve fresco y rápido corriendo la pista, algo que ayuda mucho frente a esa competencia. Su no ideal stamina debería notarse menos acompañado de dos interiores con garantías y sabiendo quién se las jugará al final, mientras sobrevuelan la regular sin machacarse demasiado. En materia defensiva, comentar que sigue hundiéndose en situaciones de pick and roll, para usar su envergadura y proteger el aro. Y en ataque parece más cómodo cuanto mayor es el espacio del que dispone al poste. Sería muy bonito que le viéramos más acciones de desbordar desde fuera, como apuntó Jackson en pretemporada. Pero repito que no hay que obsesionarse tanto con el resultado de las Finales como para olvidar la pregunta definitiva que espera al final del camino: ¿Te convertiste en el mejor jugador que podías llegar a ser? En el caso de Pau, el dichoso destino Laker todavía aguarda muchas respuestas.
Matías Castañón
Después de una semana convulsa en el panorama político norteamericano, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que "algo tiene que cambiar para que todo siga como antes". Las primeras semanas de competición dejan a la vista "más árboles que bosque", pero no debemos dejar de lado el "nuevo" rol de Pau Gasol. Su regreso al puesto de "cuatro" tras la recuperación de Andrew Bynum reafirma el planteamiento inicial, marca una pauta a seguir durante este curso y abre la puerta a nuevas ideas. Cambia el puesto pero no el rol: ahora es Bynum el que frena a los interiores rivales para dejar el rebote al catalán, lider de los Lakers en esta faceta; sin embargo, se reafirma en su papel de "segunda espada", encomendándose al tiro de media distancia, plantándose de frente ante la canasta rival. Raro sería que veamos algún lanzamiento de tres puntos como en los viejos tiempos, aunque todo es posible con el mayor de los Gasol. A Pau le llega la hora de demostrar su valía en la mejor Liga del mundo: cómo ocurrió en el Barça, lo hará desde el desparpajo del que se sabe preparado. Los que conocemos esta faceta no podemos esperar otra cosa que lo mejor; los que no, que se vayan preparando.
J.R. Sanchís
La recuperación física de Andrew Bynum iba a permitir a Phil Jackson poder jugar con un pívot puro y uno versátil. El señor de los anillos “castigó” a Odom a encabezar el banquillo y dio pleno poder a Pau Gasol desde la posición de 4. El de Sant Boi debutó con el Barcelona jugando de tres-cuatro, cuando el físico no era su mejor aliado. Luego pasaría a desempeñar posiciones más interiores en Memphis, aunque no de inicio. Fue entonces dominador como cuatro y lo ha sido luego de cinco. Sobre todo, la temporada pasada en Lakers y jugando para la selección española. Lo importante en el nuevo rol de Pau Gasol es saber si se encuentra a gusto. Y sus declaraciones tras la victoria ante Rockets así lo ponen de manifiesto. “Estoy trabajando para ser más agresivo en ambos tableros. Desde la posición de ala-pívot puedo atacar los rebotes desde más lejos, logrando un mejor posicionamiento”. Este nuevo papel en el equipo le lleva a ser el máximo reboteador, con 11.5 rebotes por partido. Es, además, el que más minutos juega, robándole tal honor a Kobe Bryant. Y más aún, a Pau Gasol lo vemos más intenso, más agresivo que nunca. Ya se ha “pegado” con gente dura como Kenyon Martin, Marcus Camby o Carl Landry (del que probó el acero de su codos), acabando los duelos con nota alta. No sólo achacable al cambio de posición; es porque realmente se lo está pasando muy bien. Vamos, que ya se ve con el anillo en el bolsillo.
Gabi Muela
Todo se ve de color de rosa cuando acabas de comenzar la temporada y ves el 5-0 junto al nombre de tu equipo en la clasificación. Aún se ve más rosa, si cabe, cuando anoche acabas de marcarte un 20-15 frente a uno de los aspirantes al trono del Oeste como son los Rockets. Por tanto, estoy tratando de obviar estos datos y pensar mentalmente mi análisis sobre el cambio de rol de Pau Gasol, pero el problema es que, con sólo dos semanas de competición, se me queda incompleto… Por lo visto hasta ahora, quizás el mayor cambio en el juego ofensivo de Gasol sea una mayor movilidad en ataque y una mayor presencia en el poste alto. Eso le beneficia, ya que puede aprovecharse de su velocidad y sus largos brazos para penetrar y forzar faltas. Por otro lado, Pau es un jugador listo y sabe acompañar muy bien las penetraciones de sus compañeros para un posible balón doblado, al igual que suele realizar buenos cortes en el juego sin balón. Con todo, su presencia ofensiva debería ser mayor, pero quizás en estos partidos no lo esté siendo tanta. No si en parte es porque el equipo no lo ha necesitado tanto o por el lógico proceso que debe seguir Pau para adaptarse en un sistema tan complejo como el triángulo ofensivo del tío Phil. Aunque si he de decir la verdad, esto suena más a excusa que otra cosa…Jackson ya le ha pedido públicamente que sea más egoísta en ataque porque su equipo le necesita. Veremos que tal prosigue su adaptación para jugar con Bynum como pareja interior porque es una de las claves para que Lakers pueda disputar el anillo esta temporada.
Defensivamente ya todo es más discutible. Ahora le tocará lidiar con jugadores más bajos y rápidos que el año pasado, tendrá que moverse más, y sobre todo, mejor. El tema del rebote es lo que a mi personalmente más me preocupa. A Pau siempre se le reprocha que con su altura y su envergadura, debería atrapar más rebotes de los que coge. Se le achaca que no cierra demasiado bien a sus rivales y que no pone esas ganas que tienen otros a la hora de saltar a por el rebote. Si todo esto se le recriminaba a Pau jugando de cinco, normalmente cerca del aro y con teórica ventaja en la posición cerca del aro, habrá que ver cómo lo gestiona jugando de cuatro, estando varias veces durante el partido alejado de canasta cuando se produce un lanzamiento y teniendo que estar muy atento al rechace. Bynum es un buen reboteador, pero él sólo no puede hacer todo el trabajo. Aún teniendo buenos exteriores que ayudan al rebote como Kobe, Ariza o circunstancialmente, Odom, muchos ojos estarán puestos en Pau. Las primeras críticas podrían llegar desde ese punto y en su mano está que no se conviertan en objeto de debate abierto cuando no vengan bien dadas y no todo sean victorias. Pero deberíamos ser positivos porque Pau siempre ha declarado que su posición real en el campo es la de cuatro y que la posición de cinco que ha ocupado gran parte del tiempo en Lakers y Grizzlies, ha sido motivada más por escasez de cincos puros en las plantillas que por ser la posición donde más rinda en el campo.