Si la semana pasada centrábamos nuestro amplio análisis en la situación de Calderón, Garbajosa y Sergio, en la actual queremos fijarnos en la situación del primer español que ha triunfado en la NBA. ¿Qué Gasol veremos este año?
Gabriel Muela: La pregunta del millón. Para mi, el Gasol que veremos este año va en función de cómo evolucione su equipo en estas importantísimas primeras semanas. Si los Grizzlies consiguen tener una buena racha de victorias y su record está por encima del 50%, creo que podremos ver al Gasol All Star de hace dos temporadas. Si por el contrario, entran en dinámica perdedora, veremos al Pau del año pasado, un 20-10 con menos influencia en el juego que el Gasol que llevó a Grizzlies a Play Off, un Pau que no sólo anotaba y reboteaba, sino que pasaba, taponaba y era el eje principal en ataque de un equipo ganador. Estadísticamente algo menos influyente, pero sobre el campo cada noche, infinitamente más decisivo.
Andrés Monje: Tras el complicado -en todos los sentidos imaginables- curso pasado, Gasol debe reafirmarse como un jugador de la élite de la Liga. No es que tenga al lado un equipo maravilloso, pero debe mostrarse como el líder de los jóvenes Grizzlies e ir subiendo peldaños hacia la post-temporada. Creo que, motivados ambos, puede formar una buena pareja con Milicic pero sin duda lo que más dudas genera es su intensidad en el juego. El principal peligro para Pau es que la dinámica inicial de los Grizzlies sea mala y el español se deje llevar por la desidia, lo que podría desembocar en algo parecido a lo que sucedió la temporada pasada. Si logra implicarse, Gasol podría/debería ser All-Star y conducir a la franquicia de Tennessee a una plaza de PO. Podríamos decir entonces que habría cumplido objetivos.
Iñigo García: Sinceramente creo que la pregunta más importante no es qué puede hacer Gasol esta temporada sino ¿a qué Gasol vamos a ver esta temporada? Y lo digo con el Pau Gasol del otro día en Seattle en mente. Porque una cosa es que una persona pueda tener días más acertados que otros, días horribles y días mágicos, pero no comparecer en alma y prácticamente no hacerlo en cuerpo son palabras mayores, y así resumiría la actuación de Gasol frente a los Sonics. No sé lo que le sucede, si está mosca porque parece que Iavaroni otorga el eje del ataque a los exteriores, si no le gusta el sistema, si no cree que este conjunto de jugadores pueda hacer algo digno, si ya está cansado de la ciudad o si tiene problemas que trascienden del ámbito de la cancha, pero el Pau Gasol de los primeros días de competición ha sido una caricatura de lo que fue, a pesar de que se nos intente convencer de lo contrario.
Javier Torrecilla: Espero y deseo que Gasol sea el jugador de hace dos temporadas. La campaña pasada fue muy dura para Pau: primero, por perderse el inicio por su lesión. Luego, por ser incapaz de variar el rumbo de unos lamentables Grizzlies. Y por último, por solicitar por activa y por pasiva su traspaso, finalmente frustrado. Fue su mejor año estadístico, sí, pero uno de sus peores en cuanto a juego, pues, si bien siempre ha sido algo indolente, se le veía claramente desmotivado y sus – buenos – números apenas tenían influencia en la marcha de su equipo.
Una vez decidido a quedarse en Memphis, sólo queda ver a un Gasol comprometido con el equipo y llevando los galones de estrella que le corresponden. Los objetivos de los Grizzlies para esta temporada dependen, en gran medida, de que veamos a su hombre franquicia jugando como todos deseamos.
Gonzalo Vázquez: Pau Gasol, lo más parecido a Sabonis que hemos tenido, lleva camino de dejar de sorprendernos. De un tiempo a esta parte casi fijaría su cima en Seattle parece instalado en un tibio estado de competición que, en este punto de carrera, comienza a hacer asomar por primera vez el recuerdo de los jugadores que pudieron ser mucho más de lo que fueron. Con esto no digo que vaya a ocurrir. Ni quiero. Pero los indicios de que se conforma con lo puesto empiezan a ser más de lo que es aceptable asumir para un jugador que ha reclamado la presencia de Navarro, que dijo comprometerse a empezar otra vez y que aseguró gustarle el nuevo entrenador. Pau corre el riesgo de convertirse en pasto fácil para un inminente listado a cargo de unos de los pájaros de ESPN de los más decepcionantes jugadores franquicias de la liga. Incluso de aspirar a un traspaso de manera silenciosa, no es éste el mejor modo de cotizar al alza. Si el traspaso tuviera lugar y viéramos de repente a otro Pau, más motivado, mejor jugador, aún sería más pertinente la sospecha.
David Vilares: Algo no funciona en Pau. Hace dos años empezaba la temporada con el objetivo de estrenar su cuenta de victorias en Playoffs; ahora, solamente 24 meses después, afronta un nuevo curso baloncestístico sin tener muy claro el objetivo. De aquel equipo aún quedan ciertos nombres importantes: el propio Gasol, Stoudamire o Mike Miller. Lo triste es que parece que en la cancha sólo queda el recuerdo lejano de aquel equipo, especialmente en defensa. De hecho, ni siquiera Gasol es el mismo Gasol.
Lo que hemos podido comprobar en estos primeros compases de la temporada es descorazonador para el seguidor de Gasol, pues no difiere mucho es más: resulta incluso peor por momentos- de la pesadilla vivida el año pasado en Tennessee. Pau está absorbido en un equipo sin espíritu, sin alma y sin aspiraciones. Que no engañe el término absorbido: él tiene culpa de este hundimiento tanto como todos. Sobre la pista se ve a un Gasol desdibujado, gris, triste, poco relevante, casi anónimo si sabemos de lo que es capaz. ¿Cuándo recuperará el brillo de hace dos temporadas? Memphis apunta maneras de túnel sin salida y suena algo utópico recuperar la alegría en el juego durante ese equipo este año, salvo que cambien mucho como pocas transformaciones se recuerdan en los últimos tiempos- las cosas. ¿Un cambio de aires? Complicado. Quizá si Gasol fuese la clase de jugador que muchos esperamos, el equipo no estaría así; no obstante, miren a Kevin Garnett, que empieza a ser santificado de nuevo en Boston.
¿Y vosotros? ¿Qué pensáis?