Ya están aquí las Series Finales de la NBA, con una enfrentamiento mediático entre las máximas estrellas del firmamento NBA: LeBron James vs Kevin Durant. Nuestro equipo habitual ofrece sus predicciones de cara a la post-temporada y a ellos se unen una seriede firmas invitadas para enriquecer este Coast To Coast Final Series Edition.

José Manuel Puertas (Tirando a Fallar)

En primer lugar, vuelvo a agradecer a Solobasket e Igor Minteguía que me dejen participar en este Coast to coast. Hablando de la final, percibo un favoritismo atroz a favor de Oklahoma que yo, sinceramente, no termino de ver nada claro. En Tirando a Fallar el pasado sábado todo el mundo daba a los Thunder ganadores en cuatro o cinco encuentros. Y yo no veo una final a menos de seis partidos en ningún caso. Quizá sobreestime a Miami, pero el nivel de LeBron en los momentos más difíciles de estos playoffs, tanto ante Indiana como frente a Boston, me parece casi el mejor de su carrera. Eso sí, para poder estar a ese devastador nivel, James necesita poder correr. Así masacró a Celtics, y esa es la clave que debe intentar frenar Oklahoma City. El balance defensivo es crucial para los de Scott Brooks.
Por otro lado, quizá vamos a asistir al inicio de una rivalidad para la historia: Durant vs LeBron. Creo que puede ser el primer episodio de muchos para mayor gloria de la NBA. James es el jugador más completo que existe en una cancha de baloncesto, pero Durant me parece la mayor delicia para los ojos de la última década. Siéntense, ¡ Y disfruten el duelo!
MI pronóstico: complicadísimo, pero me voy a mojar. Miami en 6 (2-4). Para ello, claves: Wade debe dar su mejor nivel, algo que genera dudas ahora mismo. Y es imprescindible que Bosh llegue en forma a las finales. Quizá confío demasiado, sí…
 

Alberto de Roa (ACB.com, Hoopshype, Cuadernos de Basket)

José Navas

Hacía 14 años (Michael Jordan vs Karl Malone) que los dos jugadores más votados para MVP no se enfrentaban en unas Finales de la NBA. El emparejamiento entre LeBron James y Kevin Durant no sólo nos regala el duelo entre los dos mejores jugadores del momento, sino que además abre una nueva era en la liga. Por primera vez, las estrellas indiscutibles de los dos finalistas de la NBA han sido drafteados en el siglo XXI. El duelo entre Miami y Oklahoma City, dos equipos que hace cuatro años fueron los peores de la liga, enfrenta también dos estilos opuestos a la hora de construir un proyecto. La habilidad de Pat Riley para formar un "Big Three" que nació con vocación de crear leyenda (aquel "not one, not two, not three…" que siempre perseguirá a LeBron James) contra el cariño de Sam Presti, niño prodigio de los despachos NBA, para encontrar y tallar a la perfección diamantes en bruto. En estas Finales se coronará a un nuevo campeón y, posiblemente, nacerá una nueva dinastia. Bienvenidos al futuro. Lo estábamos esperando.

Andrés Monje

Ante unos Spurs brillantes, los Thunder maduraron por necesidad (0-2 abajo en su serie) y a la velocidad de la luz. Quemar etapas se les da bien, pero para el último paso, a menudo el más difícil, siempre es necesario algo más. Durant es una obra maestra y Harden el genio de la lámpara que hechiza en los últimos cuartos, pero Westbrook será capital y, su lectura de situaciones (selección de tiro, delegar cuando se precise y saber cuándo atacar y cuándo no), aún más. Madurez elevada al infinito y defensa, porque el conjunto de Scott también ha mostrado saber imponer ritmos desde la destrucción. En Miami, los compañeros de LeBron James acudieron al rescate el día más importante. El prodigio de Akron, expuesto cada minuto de cada partido, volverá a ser referencia pero se espera a Wade, que no está bien, exigiendo esfuerzo a sus pares defensivos. Los secundarios (Chalmers, Battier, Haslem) y Chris Bosh (sacando de la zona al terrorífico Ibaka) también cruciales, como el tiro de tres, ante un previsible cerrojo de la pintura de los Thunder. Las Finales exhiben a los dos mejores jugadores del planeta y les plantean la opción de medirse, cara a cara, en ambos lados de la cancha. No pedimos pedir más.

Juan Carlos Serrano

La historia de Oklahoma es como una película de Hollywood, comentaba artero Popovich. Con tanta suerte como habilidad, Sam Presti ha construido un proyecto con la sutileza definitiva: lograr que todos sus jugadores parezcan mejores de lo que son; sin excepción, incluido Durant. Una situación delicada con Harden e Ibaka aún por renovar. Este lujo actual ha resistido con cuatro defensores (Fisher y Cook juntos, lo único que se le discutió a Brooks) frente al mejor cinco atacante Mav; ha maximizado a Perkins, ideal con sus bloqueos para los partidos fáciles a base de simple juego abierto de Durant, o para golpear a Bynum, Duncan y hasta a Nowitzki; ni se despeinaron con las torres Lakers ofreciendo cuatro defensores distintos contra Kobe; o ha visto a Sefolosha como el mejor en el día más importante, el tercero ante los Spurs. El viejo sueño de ver a Durant de 4 es posible en la NBA actual. Carlisle y Popovich acabaron quemando a sus interiores, pero eso no pasará con el músculo de LeBron; el único capaz de oponer intimidación a las penetraciones Thunder.
Los playoffs de James han completado el círculo de la esquizofrenia colectiva cuando se aplaudió en los medios americanos que volviera a ser el de Cleveland gracias a la “oportuna” lesión de Bosh. Hubo un miedo infundado contra Indiana, un equipo notoriamente más grande pero con un backcourt a años luz de James y Wade. No lo parecía cuando en el tercer partido se vivió el enfrentamiento entre Spoelstra, brillante esa noche, y un Wade que asusta de lo envejecido que parece, volviendo imposible cualquier pronóstico o planes de futuro como se vio en una serie que nunca debió alargarse contra Boston. Pendientes del Fisher-Chalmers y el Harden-Battier, su duelo con Westbrook hará brotar la urticaria entre los puristas, que quieren ver si los balones perdidos Thunder siguen en cifras bajas ante una defensa de verdad. Con Perkins pegando a Bosh, tendrá que ser Haslem con sus tiritos el que aleje del aro los tapones de Ibaka. Frente al público paleto y animoso de Oklahoma, la atezada grada de Miami siempre parece asustada de ver lo que les cuesta ganar. Para miedo el que da Riley si no hay anillo.

J.R. Sanchis

Deseábamos mucho esta final aunque a los románticos tal vez les hubiera gustado otra final inédita, la que hubiera enfrentado a los veteranos Celtics y Spurs. La realidad del campeonato al final ha sido justa con el boceto inicial y llegan dos equipos: uno de presente y otro de presente y futuro. La reconversión de los Heat les lleva a jugar su segunda final consecutiva. El equipo no es mejor que el del año pasado y la dependencia de Wade y, sobre todo, de LeBron es todavía mayor. La diferencia es que James se ha cargado definitivamente el equipo sobre sus anchos hombros y parece estar dispuesto a aprender de errores pasados. Su rival es el favorito por el público. Un equipo emergente, fabricado desde el draft y que va quemando etapas año tras año. Como los Heat, Oklahoma se apoya en dos de los 6-7 mejores jugadores en esta temporada; a diferencia de Miami, estas dos figuras están muy bien acompañadas por jugadores que además de tener un rol definido, también son muy determinantes. La victoria, pues, debe corresponder a OKC. Con esto me desdigo del pronóstico inicial en el otorgaba una ligera ventaja a los Heat, pero los de Brooks llegan mucho más demoledores.

Xesús Serrano

Xesús SerranoLa final esperada allá cuando el fin del lockout, en una temporada hipercomprimida que nos deja con frecuencia ver a equipos agotados, como las imágenes de Boston o SA en sus últimos choques. En ese sentido, quizás lleguen en mejores condiciones a los Thunder, con una plantilla más joven y muchos físicos explosivos frente a las dudas sobre el estado de Wade o Bosh. Quizás sea Battier quien empiece emparejándose con Durant y por unos breves momentos veamos a LeBron sin encargarse de los principales referentes del conjunto contrario, en unos POs donde ya ha realizado de todo. Con todo, quizás el rendimiento de Westbrook marque el desenlace de la serie, pues estamos ante dos de los mejores conjuntos en transición de la competición y el base de los Thunder jugará un papel básico a la hora de romper una de las mejores defensas en estático del campeonato, en una eliminatoria donde podríamos ver numerosas rachas de anotación y Harden podría marcar las diferencias en los duelos de “segundas unidades”, que quizás no sean tales si Kevin y LeBron vuelven a jugar sin descanso. Bueno, eso, que empiece ya, y por hacer un (desacertado) pronóstico me extrañaría que los de Brooks no se llevasen el anillo antes del séptimo.