Después de unas semanas de aparecer en la prensa por motivos extradeportivos, el juicio de Isiah o el affaire con Marbury, el pasado viernes los Knicks caían con estrépito en Boston: 104 59. No es la paliza más grande que han conseguido los Celtics, que hayan recibido los Knicks, ni llega a los 68 puntos de diferencia que obtuvieron los Cavs ante los Heat en 1991, la mayor desde la implantación del reloj de posesión en la NBA.
Sí ha sido suficiente como para plantearse: ¿Han tocado fondo los Knicks?
Fran Martínez: Deprimente. Un banquillo plagado de supuestas estrellas mirando con desidia y casi desde la distancia cómo los Celtics doblaban en el marcador a los Knicks de Nueva York. Nate Robinson anotando un triple desde su casa para evitar un récord negativo, Zach Randolph quedándose a gusto con una canasta de diez intentos en 18 minutos, Marbury cuatro puntos saliendo de titular y Eddie Curry con -36 en la estadística +/-
Es una vergüenza para la liga que uno de los equipos históricos y con mayor reputación la liga esté dando una imagen tan lamentable durante los últimos años. El otro día, viendo una serie de TV, uno de los personajes entraba en un taxi y el conductor intentaba sacarle tema de conversación: “¡A ver cuando echan a Isiah de los Knicks!”, le decía. Los Knicks siguen teniendo nombre, sí, pero Nueva York no se merece dar esta imagen al mundo.
Jose Navas: Hablar de los Knicks es hablar de la franquicia más bochornosa de los últimos años en la NBA. Lo que está pasando en Nueva York es una vergüenza para la NBA, pero como esto de ser propietario de una franquicia NBA es un negocio, y como tal lo importante es ganar dinero, el problema es mínimo. La razón es simple: Nueva York es la ciudad de Estados Unidos más visitada por los extranjeros, ir a ver un partido de los Knicks es otro de los muchos shows que ofrece la ciudad. Estoy seguro que si solo se vendieran las entradas para los forasteros que visitan la ciudad durante todo el año, los Knicks (o mejor el grupo Madison Square Garden) seguiría ganando el mismo dinero que gana con todo lo que significa New York Knicks; ¿los resultados?, los resultados dan lo mismo, el dinero es lo primero. Mientras los resultados sigan sin importar, tendremos Knicks perdedores para muchos años y para una franquicia histórica de la NBA eso es entrar en terreno pantanoso, la ciudad, la historia y los fans de toda la vida de este equipo no merecen el trato recibido por un grupo de gente que antepone el dinero al los éxitos deportivos.
Iñigo García: Sign Arenas, save the Knicks. En este caso la cheerleader es un elemento prescindible. El impacto que la llegada de Gilbert Arenas provocaría en la ciudad, en la franquicia y en la liga detendría la caida de este equipo y podría ser el punto de inflexión para que los Knicks no fuesen la franquicia preferida de los bromistas.
Pero como en la famosa serie, ese fichaje es condición necesaria pero no suficiente. A día de hoy los Knicks son una franquicia capaz de quemar a cualquier jugador de la liga, y la llegada de Arenas no eliminaría el flagrante desequilibrio de una plantilla donde se acumulan jugadores interiores cuya defensa es dudosa y jugadores exteriores que además de necesitar el balón, son principalmente finalizadores. No sé a quién pretendo engañar, el futuro de los Knicks no prometería ni con Petrelli en los despachos ni con Nakamura en los banquillos, ambos sustituyendo a Isiah. Pero empezar por Arenas no es mala idea.
Jaime G. Nóvoa: Los Knicks
buff. Qué caso tan extraño. Resulta tan fácil y a la vez tan difícil hablar de un equipo que representa a la capital del mundo
Lo cierto es que los Knicks han sido desde hace años una constante fuentes de noticias, todas ellas malas, que nos han prevenido a muchos de ver competir de tú a tú a uno de los equipos históricos de la NBA, de ver vibrar el Madison como lo hacía antaño. Maticemos: la culpa no es de esas noticias, sino de los protagonistas que las generan, que parecen demostrar una aficción inusual hacia ellas.
Y esos protagonistas van desde el jugador número 12 hasta el que ocupa en el asiento más importante del MSG y que es, al fin y al cabo, el que pone el dinero (aunque el dinero no le viene directamente a su persona, si no al otro, pero ese es otro tema interesante que daría mucho que hablar).
Esos mandamases son los que, entre otras cosas, provocan que la situación periodística en el MSG roce la situación de una dictadura como denunció hace unos días el New York Observer. Pero lo peor, sin duda, es que esto es sólo un reflejo de los Knicks actuales. Los Knicks
buff.

Xesús Serrano: Sí y no, si se me permite.
Lo del pasado viernes es un hecho excepcional, mas tampoco podemos afirmar que sea una sorpresa. Una plantilla que parece estructurada pensando en una fantasy o en el clásico videojuego, formada por jugadores que alguna vez han dado destellos de calidad en el lado ofensivo, sin química ni equilibrio, sin orden ni concierto.
Tanto Dolan como Isiah merecen duras críticas por su gestión. En el caso de Thomas, quizás la parte que más se salva es su faceta como entrenador, pues no imagino a nadie capaz de sacar mucho mejor rendimiento a esta plantilla. Ni siquiera me parece suficiente el relativo acierto que se le atribuye en el draft, consiguiendo piezas de rotación en posiciones donde existen siempre piezas de rotación.
Lo mejor de todo es que los rumores de traspaso en los Knicks continuarán, pues Marbury es una pieza interesante para todo aquel que piense en el verano del 2009 como momento para hacer fichajes si están en fase de reconstrucción. Mofa y befa sobre este equipo continuarán, pues dudo que se tarde menos de un lustro en cambiar a algo con sentido.
Al menos, Isiah ha conseguido que los Suns, Magic o Bulls diesen pasos adelante en muy poco tiempo. Gracias al traspaso de Randolph, los Blazers parece que también. Y siempre le agradeceré hacer posible ver al Nash de los Suns. Claro que yo no soy aficionado de los Knicks…