Es habitual en los equipos de la zona noble de la clasificación el que tengan la posibilidad de reforzar sus plantillas con jugadores que han sido cortados de otros equipos a lo largo de la temporada. La semana pasada, Stephon Marbury y Mikki Moore fichaban por los Boston Celtics.
¿Qué pueden aportar al equipo? ¿Cómo se puede beneficiar de sus incorporaciones? ¿Han sido los fichajes una decisión acertada? Nuestros colaboradores nos dejan sus opiniones
Gonzalo Vázquez
De aquí a final de curso, pase lo que pase, Marbury va a hacer lo humanamente posible por ser uno más en ese vestuario. Se juega demasiado y lo sabe. Pero a este Marbury, la enésima versión de sí mismo, no se le juzgará por eso. Tampoco por la cantidad de puntos que pueda aportar (por primera vez en su vida). En un bloque que para ser campeón hubo de elevar la temperatura defensiva en mil grados no cabe examen mayor que la aportación en defensa de que Marbury sea capaz. Todavía es muy pronto. Pero con lúcida previsión Zach Lowe ya ha venido a echarle el guante por su noche ante Detroit. Y cómo los Pistons (aunque fuera por una vez) forzaban continuos desajustes con Steph en pista para obligar una y otra vez al reajuste de la defensa verde. Este Marbury será diana para bien o para mal cuando toque defender a algunos de los mejores exteriores de la liga. Ahí se verá si hay reconversión o no. Decía Adande que el riesgo de los Celts con este fichaje era bajo. Pero me gustaría saber si los aficionados verdes aprueban eso del riesgo alto o bajo. Si no están todos inmersos en la reválida y si es Marbury lo que ese banquillo precisaba. Un banquillo que con Garnett de vuelta completarán Powe, Davis, House, Marbury y Moore. No sé si suena bien o mal. Simplemente se trata de enfrentarlo al de los Cavs. Porque no habrá otra. Mikki Moore bastante tiene con hacer olvidar a P.J. Brown. Diría lo mismo en el caso de Gooden pero no en el de Joe Smith, que parece otra vez ‘cavalier’ sí o sí.
Meej
Lo más triste del fichaje de Moore es que los Celtics deben de estar deseando haberse enterado antes de que Drew Gooden iba a quedar libre. En muchos sentidos, Mikki Moore no es la clase de pívot que querían en Boston: no es un buen defensor, no es un reboteador más que correcto, no tiene buena mano de media distancia, es incapaz de sujetar el balón, es alto pero no le cunde. Pero hay un aspecto en el que es la clase de pívot que querían en Boston: es pívot y está vivo. Además, es un jugador de gran movilidad y mucha intensidad, al que le gusta cortar hacia el aro sin balón y que en defensa saca muchas faltas ante las penetraciones de los rivales, un rasgo que lo hace especialmente valioso para los Celtics. Quizás soy el único al que le convencía más que Joe Smith. Sobre el fichaje de Marbury, se ha dicho mucho. Peter May o Bob Ryan creen que resolverá las carencias de manejo de balón y anotación de la segunda unidad de Boston, Berri cree que su poca eficiencia ofensiva y sus carencias defensivas lo condenan al fracaso, y Kelly Dwyer cree que no tendrá una influencia perceptible. Quizás el aspecto más interesante es que ha sido recibido en Boston como el redentor que viene a salvar la temporada de los Celtics. ¿Realmente es así? ¿Tan mal iban los Celtics que necesitan que los rescate Starbury? Los labios de Ainge y Rivers dicen "no, no", pero sus ojos parecen decir "sí, sí".
Juan Carlos Serrano
Es toda una experiencia recuperar algún partido del dúo Garnett-Marbury en Minnesota hace más de una década. Uno ha llegado al cielo, exhibiendo todavía mucho de aquel primer despliegue, tan alienígena física y técnicamente. Odiado por agresivo, no se le reconoce –junto al más indiscutible Bryant– el mérito de ser los mejores de la nueva ola que volvió a saltarse la universidad en la edad moderna. Con toda la presión de ser los primeros. Pero el otro acabó en el infierno, desperdiciando un potencial digno de meterse entre Tim Hardaway y Paul. Base explosivo, de los de llegar y tirar sin encomendarse a nadie, visionarle en su versión inicial es un pelotazo de modernidad que prefiero dejar como recuerdo, y no toda la basura que inunda su carrera. Nada de eso arreglará este nuevo episodio, que se plantea en un necesario muy segundo plano: ni un anillo con racha-tiro importante, a lo Payton, en un improbable mejor escenario; ni el extremo absurdo de fastidiar en la caída de estos Celtics a los que les va la marcha por lo que parece. Con Moore más en la línea de lo que se espera de refuerzos de última hora para los gallitos, queda la duda de Joe Smith y la facilidad irregular de Gooden. No le gustaba a Mike Brown y me imagino que tampoco a Popovich, pero no sólo de Udokas vive el hombre.
J.R.Sanchís
El analista deportivo del Boston Globe, Tony Mazzaroti, no tiene dudas respecto a la importancia de la llegada de Marbury. El ególatra, el creador de mal ambiente…el mejor base del mundo –según el propio jugador- llega a Boston en el mejor momento, cuando empieza a prepararse el asalto al repeat. La opinión de los bloggers y fans célticos es unánime: la llegada de Marbury, y en menor grado, la de Moore significa fortalecer un banquillo que se quedó con poco fondo tras las bajas de Posey, Brown y Cassell. La lesión de Garnett vendrá bien para que Moore coja minutos de confianza e intente ser el de la temporada 2006-07. Marbury deberá asumir el rol de reserva de Rondo si de verdad prefiere un título colectivo que redima sus anni horribiles en una Gran Manzana podrida en parte por su reprochable conducta. En la cara opuesta están los aficionados de los Lakers que ven como el equipo no ha conseguido reforzarse (de momento hay poca confianza en Morrison). La lesión de Bynum trajo consigo una bonanza de buen juego y exhibiciones de Gasol, Kobe y un enorme Odom que fue batiendo partido a partido su registro de rebotes como si de del mejor Bubka se tratara. Las escasas garantías que ofrece el banquillo –sólo Ariza es fiable- y el exceso de minutaje en sus figuras acabó pagando tal exuberancia . Las dos derrotas consecutivas, que podrían ser anecdóticas, empiezan a mermar la confianza en un equipo que hace pocos días parecía ilimitada. Lo malo es que no hay un infant terrible que pueda devolver un entusiasmo que parece estar en stand by. Todo parece indicar que Gooden pacerá por las llanuras texanas.
Xesús Serrano
Leía hace unas horas que Shaq y Bernard King eran 2 de los 3 jugadores que habían conseguido anotar 40 puntos en 4 equipos diferentes de la liga. El tercero era el reciente fichaje de los Celtics, Marbury. No se pretende que supere la marca en Boston, ni que lleve el peso anotador del equipo, sino completar la rotación aprovechando sus virtudes. Yo no lo veo, la verdad. Tras las broncas continuadas con Isiah el pasado año antes de abandonar el equipo por lesión, y la decisión de Walsh y D’Antoni esta temporada de que donde mejor aportaba en los Knicks era alejado de las canchas, basta recordar los múltiples problemas que ha generado en los últimos años para no ser excesivamente optimista con su incorporación. ¿Tan mal estaban los Celtics como para asumir un riesgo de este calado? Yo creo que no, pero tampoco sería la primera vez que me equivoque. Moore intenta completar una débil rotación interior, con urgencias de refuerzo tras la lesión de Garnett. Y quizás esas urgencias les han privado de un fichaje mejor, que ya no tiene desde hace tiempo el esforzado Mikki a Jason Kidd para aumentar su rendimiento.