En la NBA, desde que en el verano 2016 la banca saltara por los aires, se reparten contratos multimillonarios “por doquier”. En primer lugar, porque los ingresos de televisión permiten a los equipos llevarlo a cabo. En segundo lugar, porque hay jugadores que rinden a un nivel de estrella multimillonaria, y ayudan a generar tanto dinero. Y, en tercer lugar, porque este dinero se acaba repartiendo entre el Estado, la NBA, el resto de jugadores y fondos dedicados a la ayuda a los jugadores retirados y el fomento de programas de desarrollos.

Y si decimos que se reparte entre todas estas Instituciones es porque lo que recibe en bruto un jugador y lo que acaba teniendo en neto a final de año son cifras muy distintas. Una cifra final que, en el mejor de los casos, está cerca del 55% de lo que estipulaba en el contrato cuando el jugador firmó, y que en el “peor” de los casos puede llegar a bajar hasta más allá del 45% de lo que se suponía que cobraría este jugador. Y en este artículo explicaremos por qué sucede esto, a dónde se va el dinero, cuáles son los mecanismos concretos que activan este engranaje salarial y cómo afectan, de manera aproximada, todos los impuestos a los 15 jugadores que más cobran en la NBA.

Impuestos en la NBa

En la NBA los contratos varían dependiendo de la cantidad, el agente, el Estado en el que te encuentres… e incluso el país en el que estés, pues no influye de igual manera que tributes en los Estados Unidos que en Canadá. Y es que este es el primer nivel de las “taxes” que los jugadores de la competición abonan cada año de su contrato. El primero de 5 niveles.

Jugadores como Lowry, Gasol o Ibaka pierden, por decirlo de esta manera, un 53% de su salario entre los impuestos base federales de Canadá y lo que pagan por residir en la ciudad de Toronto, que se encuentra en torno al 15% y 20%. Para jugadores de otros estados, es decir, los 29 equipos restantes en la NBA, las tasas federales de USA son del 37%. Y entonces entran en liza, una vez más de un tercio del salario del jugador está ya en manos del país, los impuestos estatales, pues la estructura federal de la nación permite que cada uno de los 50 Estados “juegue” con sus tributos fiscales según les convenga.

Y es por ello que contamos con un gran abanico de posibilidades. Desde el 13.3% que deben pagar los residentes de California -Stephen Curry siempre es líder en esta clasificación- hasta el 0% que disfrutan en Texas, Florida y Tennesee. Y que disfrutarían en Las Vegas o Washington -los Sonics- si contaran también con una franquicia. Los Estados más cercanos a California -con equipo NBA- son New York, Oregon, Minnesota, el Distrito de Columbia y Wisconsin, con un 10% los primeros 3, un 9% los integrantes de los Wizards y un 8% Giannis y compañía. Los Estados que menos pierden, pero pierden, son Indiana y Pennsilvania, con un 3% únicamente de tasas estatales. Y, en tercera posición, los que se encuentran a medio camino, entre el 4 y el 7%, que son Georgia, Louisiana, Colorado, Utah, Ohio, North Carolina, Massachusetts, Michigan, Illinois y Oklahoma.

Estas tasas, las estatales, son el segundo nivel, y provocan que, cobrando una cifra muy cercana -sólo se diferencian en poco más de 600k dólares-, Harden y LeBron tengan 5 millones de diferencia en el sueldo neto que finalmente terminan percibiendo. O que Stephen Curry vaya a perder más de 5,350,000  de sus 40 millones debido al cálido sistema fiscal de California. Pero no todo acaba aquí. Ya que tras el país y el Estado viene la NBA, con el Sistema Escrow, un sistema que asegura el reparto de dinero equitativo y correcto entre los diferentes jugadores de la competición. Equitativo y correcto, que no quiere decir que compensan la diferencia entre Chris Paul y Kyle Lowry. Son cosas distintas.

Lo que hace este sistema es quitarle a cada jugador, independientemente de sus ingresos, el 10% de lo que debe percibir, mandándolo a una cuenta conjunta con el 10% del resto de la competición, a lo que se le quitan los impuestos, y se reparte la temporada siguiente entre los más de 400 jugadores de la NBA. Esto es porque al igual que en el Hockey la NBA, Adam Silver, debe asegurarse de que los jugadores, verdaderos protagonistas de lo que sucede, reciban el 51% de los beneficios de la competición.

Tras el tercer nivel del “juego económico” llegamos al 4º círculo, las Jock Taxes. Unas tasas que paga cada jugador según las noches que dispute fuera. Noches que, dependiendo del calendario, de la Conferencia en la que estés encuadrado, y de la División en que te toque competir, pueden causarte perder más de un millón de dólares, o “simplemente” 800 mil. Y es que si ya pagas los 13.3% millones correspondientes de tus ganancias por vivir en California, te “quitas de encima” pagar eso cada vez que viajes a Sacramento, Los Ángeles o San Francisco. O si, por ejemplo, te encuentras en la División Noroeste entre Oklahoma, Colorado y Utah -con 4 partidos contra ellos- te ahorras mucho dinero en tasas.

Y ya en último lugar tenemos el pago, prácticamente en especias, que realizan los jugadores por contar con un agente. Y es que únicamente un 3% abandona su salario, quedando aproximadamente una reducción total del 55% de media por jugador de su salario. Aunque como ya comentamos al comienzo, esta media se encuentra en la mitad de un gran abanico de posibilidades. Abanico que veremos a continuación, con el salario pre-impuestos y el post-impuestos de cada uno de los 15 jugadores mejor pagados de la NBA.

Ganancias y pérdidas personalizadas

La mejor plataforma para observar los salarios de los jugadores, cómo estos afectan al suelo y techo salarial de cada equipo, cómo encajan dentro del límite y los impuestos de lujo… es la web Spotrac,  de donde están sacados los 15 salarios que encontramos a continuación.

  1. Stephen Curry –> 40,231,758
  2. Chris Paul –> 38,506,482
  3. Russell Westbrook–> de 38,506,482
  4. Kevin Durant –> de 38,199,000
  5. John Wall –> de 38,199,000
  6. James Harden –> de 38,199,000 
  7. LeBron James –> de 37,436,858
  8. Kyle Lowry –> de 34,996,296
  9. Blake Griffin –> de 34,449,964 
  10. Paul George –> de 33,005,556 
  11. Kawhi Leonard –> de 32,742,000
  12. Kemba Walker –> de 32,742,000
  13. Jimmy Butler –> de 32,742,000 
  14. Klay Thompson –> de 32,742,000 
  15. Tobias Harris –> de 32,742,000 

Entre Stephen Curry y Tobias Harris hay cerca de 7 millones y medio en su salario bruto, pero únicamente 600 mil dólares una vez las correctas reducciones son llevadas a cabo. Además, destaca también el nombre de John Wall, lesionado la pasada campaña y que no volverá a competir hasta el próximo curso, pero que percibe la 5ª mayor cantidad de la NBA, y el de Klay Thompson o Kevin Durant, que a pesar de estar lesionados de gravedad este verano firmaron un nuevo y suculento contrato. O el hecho de que el 2º y el 3º jugador con más dinero en su salario fueron traspasados este verano el uno por el otro, y llegó a hablarse de ello como un alivio económico para los Rockets, que han cambiado un contrato por otro que, curiosamente, es idéntico.

Como decíamos, esta cifra se ve reducida a lo largo del curso, y al final cada jugador percibe entre un 55% y un 40% de lo que se estipula en la Agencia Libre, o en la renovación de su contrato. Una brecha salarial que veremos con detalle a continuación, observando los jugadores que más padecen las deducciones fiscales.

  1. Russell Westbrook –> 22,96 M (+2)
  2. James Harden –> 22,77 M (+4)
  3. Chris Paul –> 21,23 M (-1)
  4. Kevin Durant –> 20,45 M (=)
  5. Jimmy Butler –> 19,63 M (+8)
  6. John Wall –> 19,62 M (-1)
  7. Stephen Curry –> 19,05 M (-6)
  8. Tobias Harris –> 18,48 M (+7)
  9. Blake Griffin –> 18,07 M (=)
  10. Kemba Walker –> 17,96 M (+2)
  11. LeBron James –> 17,66 M (-4)
  12. Kyle Lowry –> 16,26 M (-4)
  13. Paul George –> 15,46 M (-3)
  14. Kawhi Leonard –> 15,33 M (-3)
  15. Klay Thompson –> 15,33 M (-1)

Por tanto, los jugadores que más restricciones económicas han vivido en su cuenta bancaria, por así decirlo, han sido Stephen Curry, LeBron James y Kyle Lowry; mientras que los que más se han beneficiado de la geografía de su equipo fueron Jimmy Butler, Tobias Harris y James Harden. Y, por ello, analizaremos estos 6 casos un poco más en profundidad.

Stephen Curry cuenta este año con unos “earnings” de 40,2 millones aproximadamente, cifra que baja un 53%, siendo los 19,05M un 47% aproximado de su contrato inicial. LeBron James, en su caso, pierde también un 53%, pasando de los 37,44 que recibe por parte de los Lakers a los 17,66 que acaban entrando en su banco. Curiosamente, los dos que más bajan por culpa de los dos impuestos comparten los impuestos de California, una muestra clara de causa/efecto. Y, por acabar este trío de ases, de California nos vamos a Toronto, donde Kyle Lowry desciende de sus 35 millones a los 16.26 que le quedan tras impuestos. Es decir, se queda con un 46%.

En el otro lado de la balanza comenzamos con Jimmy Butler, que asciende 8 posiciones colocándose en 5º posición, gracias a cobrar este año en el Estado de Florida, Estado favorable para los contratos multimillonarios, como comentamos anteriormente. Él baja únicamente un 41%, siendo sus 19 millones un 59% de su contrato oficial. Tras él tenemos la subida de 7 puestos de Tobias Harris, que consigue colarse en el top 10 de jugadores mejor pagados en neto. Y es que al final del año pierde tan sólo el 44%, siendo uno de los jugadores con mayor porcentaje tras tasas. Y ya para acabar esta retahíla de números, el jugador actual más longevamente beneficiado por su localidad, Houston, Texas. Ya que al igual que Butler, los casi 23 millones finales son el 59% del acuerdo financiero inicial de James Harden.