Juan Carlos Serrano
Dolorosas las tres derrotas in extremis de la serie pero sólo cabe calificar de exitosa la campaña para Orlando, tanto por resultados como por su baloncesto, con un ataque fluido, moderno, de la mano de bases penetradores, escoltas atléticos y falsos cuatros polivalentes, todos ellos tiradores, acompañando a un center camino de ser muy dominante. Mucha búsqueda del triple tras acciones de drive and dish, con uso de las esquinas; el tan manido por aquí doble poste alto, y sobre todo mucho juego desde el pick and roll, con el consiguiente sobreesfuerzo para un Howard, no tan infatigable como se podría pensar por su musculatura. Para el futuro tendrá que buscar cómo ser aprovechable en sus continuaciones, además de lo obvio del juego al poste y los libres.
La orfebrería lenta y paciente de Detroit respondió a la crisis del cuarto partido igual de bien que en el cuarto de la serie anterior ante Sixers. Sin Billups, muy brillantes Hamilton, Prince y decisiva gran labor de sus interiores sobre Howard. Recomiendo al espectador no perder de vista a un Rasheed Wallace, siempre irregular pero muy sabio, y a punto de alcanzar si no lo está ya- ese delicioso estadio último de dominio sobre el juego de los veteranos importantes que consiguen prolongar sus carreras.
Meej
Al final, pasó lo que tenía que pasar: los Magic acusaron su debilidad interior, con demasiados tiradores para tan pocos reboteadores, y a Jameer Nelson se le volvieron a ver las carencias evidenciadas en la fase regular y ocultadas en primera ronda frente a no sé quién. Balones perdidos, malos tiros, debilidad en la defensa interior y un Dwight Howard superado por la defensa rival. Enfrente, los Pistons han recibido menos ayuda de sus suplentes de la que necesitaban, han sufrido la baja de Chauncey Billups y siguen sin brillar de verdad, pero cuando han necesitado una canasta o una defensa nunca les ha faltado y los errores que han cometido se pueden contar con los dedos de una oreja. Hamilton y Prince han sido dos martillos pilones, y Antonio McDyess se ha puesto las botas ante las carencias de los Magic en la posición de cuatro. El balance de pérdidas del último partido (21 para Magic, 3 para Pistons) es brutal, y el desplome anímico terminó afectando a los tiros libres y hundiendo sus últimas posibilidades. Los Magic estuvieron ahí, realmente estuvieron ahí, un par de buenas jugadas en momentos claves hubieran producido victorias quizás decisivas. Al final, sin embargo, la moneda siempre cayó del lado de Detroit. Demasiada casualidad.
Xesús Serrano
Todo parecía seguir la rutina establecida: victoria de los Pistons en casa los dos primeros partidos y empiezan las complicaciones para los de Detroit al llegar a Orlando, mas no se esperaba que una lesión de Billups al inicio del tercer encuentro pudiera empezar a sembrar dudas. Los Magic arrrasan a los Pistons en el inicio de ese encuentro, y muchos empezamos a plantearnos hasta qué punto afectará eso a los de Saunders. No demasiado, ya que continuaron consiguiendo minimizar la presencia de Howard y Hamilton tomó protagonismo con un acierto extraordinario. Bastaba ver cómo era capaz de desquiciar por completo a Dooling en el cuarto partido, con una muestra de dominio del partido sensacional. Se las sabe todas. La falta de acierto en el último tiro de Turkoglu arruinó la remontada anterior, y bastaba una victoria en casa para pasar. Lo hicieron no sin problemas, con Hamilton de nuevo como principal exponente.
Algunos detalles curiosos: Hamilton se ha convertido en el máximo anotador en playoffs de la historia de los Pistons, superando a Isiah Thomas; los Pistons han logrado la que es -hasta el momento- la única victoria visitante en esta fase, en unos playoff en que se está marcando el mayor diferencial de puntos entre equipos locales y visitantes de la historia de la liga; y disputarán los de Michigan su sexta final de conferencia consecutiva, ya fuera con Carlisle, Brown o Saunders desde el banquillo. Mis respetos para Joe Dumars.
Los Magic nos han dejado este curso un muy buen sabor de boca, con una mejora de resultados a través de un baloncesto claramente ofensivo. Llegan ahora, sin embargo, las dudas, por el coste de la plantilla diseñada por Otis Smith, ¿serán Dwight Howard y el estado de Florida suficiente atractivo contra el tope salarial?