Los nuevos aficionados a la NBA recordarán a los Spurs como el mejor equipo de la década. Su temprana eliminación nos permite mirar el retrovisor y ojear los inicios de uno de los proyectos más sólidos.

En 1987 los Spurs lo tienen muy claro. Se deciden por David Robinson, el prospecto más interesante y con más potencial desde Michael Jordan y Akeem Olajuwon, pese a que debía de cumplir dos años más de formación en la NAVY. Nada más conocerse el resultado de la lotería, los Spurs mostraron la camiseta del equipo con el nombre serigrafiado de Robinson, en una imagen que dio la vuelta al mundo. La fábrica de las estrellas lanzaba un nuevo producto y éste llegaba a todos los rincones donde había una televisión.

El retorno de Red McCombs –uno de los propietarios fundadores de la franquicia- permite la llegada de Larry Brown a los banquillos y la edificación de un proyecto en torno a la figura de Robinson. Terry Cummings aterriza en Texas desde Milwaukee a cambio de Greg Cadillac Anderson y Alvin Robertson.

En el 97 desembarca Tim Duncan. Si en el 89 Cummings ejerce de maestro, Robinson hace lo propio con Duncan en sus primeros años aunque el de las Islas Vírgenes es un alumno avanzado. La llegada de estos dos fenómenos permitió a los Spurs conseguir una marca de 56-26 en la temporada del debut de ambos. En la temporada 88-89 San Antonio sólo había ganado 21 partidos y perdido 61. En la 96-97, el récord fue de 20-62. Un tercer elemento, Popovich, y unos cuantos extras (Mario Elie, Antonio Daniels, Malik Rose, Jerome Kersey…) permitía marcar el inicio de una gran época marcada por cuatro títulos conseguidos en año impar.

Tras el título del 99, temporada del lockout, llega el del 2003 ante Nets (4-2), 2005 contra los Pistons de Larry Brown (el primer entrenador de David Robinson en la NBA) por 4-3 y en el 2007, su cuarto anillo ante unos sorprendentes pero accesibles Cavaliers (4-0). David Robinson se hizo grande y se retiró tras el segundo campeonato pero los Spurs se fueron nutriendo de especialistas como Horry, Bowen, Barry, Finley…y de un par de estrellas olvidadas en las ceremonias del draft. Estos últimos, Parker y Ginobili, han formado la columna vertebral de los Spurs junto con una serie de extras muy bien dirigidos y aleccionados por Gregg Popovich.

Esta temporada finalizaba en año impar aunque la veteranía de muchos de sus miembros no hacía presagiar un éxito total, sobre todo viendo la eliminación a cargo de los Lakers en los pasados playoffs. La lesión de Ginobili dejó al descubierto un gran agujero que los nuevos outsiders (Mason, Hill…) sí han sabido cubrir en la regular season pero no en la segunda parte del gran circo. Los Mavericks -otro equipo necesitado de rejuvenecimiento- les ha dejado fuera con un contundente 4-1. Dolorosa fue la caída en las finales del Oeste del 2006 ante Nowitzki y cía pero igualmente lo ha sido la manera en que se ha producido la eliminación.

¿Fin de una época?

Muchos hablan de final de una época gloriosa que se inició en el draft del 87 pero que se consolidó en el del 97. Houston Rockets pudieron haberla marcado gracias a los números 1 de Ralph Sampson (83) y Akeem Olajuwon (84). La suerte les permitió concentrar a dos grandísimas estrellas en un periodo corto de tiempo mientras que los Spurs tardaron casi 10 años en hacerlo. Sin embargo, la pérdida de las finales ante los Celtics unidos al escándalo de drogas de algunos jugadores (Lewis Lloyd, Mitchell Wiggins) y el traspaso de Sampson a los Warriors impidieron unos éxitos parecidos a los conseguidos por los Spurs.

Otros hablan de que todavía hay vida en el trío y de que los refuerzos llegarán para intentar convertir el próximo año par en sinónimo de éxito deportivo. De momento la rumorología habla de un interés por Rasheed Wallace. Asistiremos a partir de ahora a un baile de nombres que acabará por confirmar una u otra teoría. Complicado si el refuerzo llega por la vía de la veteranía.